Convertirse en madre transforma cada rincón de la vida. Entre pañales, noches sin dormir y una avalancha de emociones nuevas, muchas mujeres sienten una soledad inesperada. Pero sentirse sola no significa estar sola. Hoy, la ciencia respalda con fuerza algo que muchas madres han necesitado o deseado escuchar: pedir ayuda psicológica durante el embarazo o el posparto puede marcar una gran diferencia, y está más al alcance que nunca.
Para muchas mujeres, la transición a la maternidad viene acompañada de una carga emocional inesperada, que a menudo pasa desapercibida o se trivializa. En contextos de vulnerabilidad económica o con acceso limitado a servicios de salud mental, estos retos pueden intensificarse.
Una investigación reciente publicada en Nature Medicine (abril de 2025) demuestra que la psicoterapia breve para la depresión perinatal funciona igual de bien cuando se brinda por telemedicina y por profesionales no especialistas, como enfermeras o parteras capacitadas. El estudio, llamado SUMMIT, es el mayor de su tipo y abre la puerta a una revolución en el cuidado emocional de las madres: más accesible, más flexible, más humano.
Las madres no tienen que enfrentar la ansiedad, la tristeza ni el agotamiento emocional en silencio. La terapia psicológica —especialmente la centrada en activación conductual— puede adaptarse a sus rutinas, a sus horarios y a sus realidades. Y lo más importante: puede brindar alivio real en un momento crucial.
El ensayo, liderado por un equipo internacional de investigadores, demostró que una intervención de una sola sesión, con seguimiento telefónico posterior, tiene efectos positivos comparables a los de las terapias tradicionales. El estudio se realizó en Canadá, Pakistán y Kenia, y representa uno de los esfuerzos más amplios por evaluar estrategias escalables para apoyar la salud mental materna.
Una sesión, una diferencia significativa
La intervención utilizada en el ensayo se conoce como Terapia Cognitivo Conductual Adaptada (TT-CBT). Esta versión simplificada y culturalmente sensible de la terapia tradicional se aplica en una sesión de aproximadamente 90 minutos. A esto se suma un seguimiento vía telefónica durante cinco semanas.
La terapia fue administrada por trabajadores comunitarios, enfermeras, parteras o consejeros que no eran psicólogos especializados, pero recibieron capacitación para aplicar el protocolo. Esta estrategia buscó precisamente reducir la dependencia de especialistas, algo fundamental para hacer viable el acceso a tratamiento en entornos con pocos recursos.
En total, 1.200 mujeres con síntomas de depresión posparto fueron reclutadas. Las participantes tenían bebés menores de un año y vivían en condiciones de vulnerabilidad. La mitad recibió la terapia breve, y la otra mitad fue asignada al grupo de control que recibió la atención estándar disponible en su región.

Resultados positivos y consistentes en tres países
Las participantes que recibieron la sesión terapéutica mostraron mejoras notables a las seis semanas. El 59% tuvo una reducción significativa de los síntomas, en comparación con el 42% del grupo de control. Además, la tasa de remisión de la depresión fue mayor en el grupo intervenido.
Estas mejoras se mantuvieron estables en las evaluaciones realizadas a las 12 y 24 semanas.
También se observaron beneficios adicionales en la funcionalidad cotidiana, en la relación madre-bebé y en la sensación general de bienestar.
Uno de los aspectos más alentadores es que los efectos se replicaron en tres contextos muy diferentes: Toronto (Canadá), Nairobi (Kenia) y Rawalpindi (Pakistán). Esto sugiere que la estrategia es culturalmente flexible y potencialmente aplicable en otros entornos.
Un modelo diseñado para ser escalable
Uno de los objetivos clave del ensayo fue probar una intervención que no solo fuera eficaz, sino también escalable y sostenible.
Para ello, el equipo de investigación capacitó a personal de salud no especializado mediante manuales estandarizados y sesiones de supervisión remota.
El entrenamiento duró entre dos y cinco días, dependiendo del país, y se enfocó en habilidades de escucha, validación emocional y enseñanza de técnicas cognitivo-conductuales básicas. Posteriormente, se aplicaron sesiones piloto para asegurar la calidad de las intervenciones.
El diseño de la terapia permite que sea implementada en centros de salud comunitarios, hospitales públicos y también en servicios de salud digital, ampliando su alcance potencial a zonas rurales o remotas.

Un enfoque centrado en la experiencia materna
Durante el ensayo, muchas participantes describieron la sesión como una experiencia "empoderadora" y "aliviadora". El enfoque de la terapia se basó en validar las emociones, desafiar pensamientos negativos y construir estrategias de afrontamiento adaptadas a la realidad de cada madre.
Las terapeutas también ofrecieron información sobre los cambios emocionales comunes en el posparto, ayudando a normalizar la experiencia. Además, se trabajó sobre la identificación de redes de apoyo y la planificación de actividades gratificantes.
Este enfoque no patologiza la maternidad, sino que la acompaña desde el respeto, ofreciendo herramientas concretas para manejar el malestar.
Implicaciones para políticas de salud materna
Los autores del estudio sugieren que este modelo podría integrarse como parte de la atención materna rutinaria. Dada su efectividad y bajo costo, podría ampliar el acceso a apoyo psicológico en el posparto, especialmente en contextos con alta demanda y pocos recursos.
Actualmente, muchas mujeres con depresión posparto no reciben tratamiento debido a la escasez de especialistas, el estigma o la falta de tiempo.
Esta intervención breve podría ofrecer una solución realista y sensible a esas barreras.
Si bien los resultados son prometedores, los investigadores reconocen que se requieren estudios adicionales para evaluar la efectividad a largo plazo y la implementación en sistemas de salud pública.

Una oportunidad para acompañar sin sobrecargar
El estudio SUMMIT ofrece evidencia concreta de que una sola sesión de terapia puede tener un impacto duradero en el bienestar de madres vulnerables.
Su diseño simple, adaptable y escalable lo convierte en una herramienta valiosa para transformar la salud mental en el posparto.
Al demostrar que el apoyo emocional puede brindarse de forma accesible y efectiva, este modelo invita a repensar cómo acompañamos la transición a la maternidad. Porque ninguna madre debería sentirse sola en el momento más vulnerable de su vida.
Referencias
- Singla, D.R., Silver, R.K., Vigod, S.N. et al. Task-sharing and telemedicine delivery of psychotherapy to treat perinatal depression: a pragmatic, noninferiority randomized trial. Nat Med. (2025). doi: 10.1038/s41591-024-03482-w