La presión académica por parte de los padres puede resultar tóxica para los niños, según Harvard

La experta en crianza de la Universidad de Harvard. Jennifer B. Wallace y sus colaboradores aconsejan como abordar la comunicación entre padres e hijos sobre el progreso académico de una forma sana y adecuada.
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Interesarnos como padres o madres por el progreso académico de nuestros hijos o hijas es inevitable. Sin embargo, conviene tener cuidado porque una presión excesiva en este ámbito puede impactar de forma negativa en los niños y queda lejos de aumentar su motivación por el aprendizaje, según sostienen varios expertos de la Universidad de Harvard. 

En este contexto, no está de más considerar que la presión académica afecta a la autoestima de los niños y ésta también es habitual que se ejerza desde la mayoría de los centros educativos con lo que los menores reciben esta coerción por partida doble.

La periodista e investigadora sobre paternidad graduada en la Universidad de Harvard, Jennifer Breheny Wallace, destaca en su libro “Never Enough: When Achievement Pressure Becomes Toxic - and What We Can Do About It (Nunca es suficiente: cuando la presión por el logro se vuelve tóxica y qué podemos hacer al respecto)” que la presión académica que, a veces, como padres ejercemos sobre nuestros hijos puede ser, en contra de lo que pensamos, más contraproducente que beneficiosa.

“Contrariamente a la creencia común, los padres más involucrados pueden ser los causantes de mayor impacto negativo en sus hijos. Sobre todo, cuando la presión proviene del ámbito educativo donde una calificación puede definir el supuesto esfuerzo o talento del estudiante”, sostiene Wallace quien para escribir su libro realizó 6.500 encuestas a padres de todo el mundo.

Niña estudiando - Getty Images

Otro experto de la Universidad de Harvard que ha colaborado en el estudio realizado por Wallace, el psicólogo Laurence Steinberg, apunta que la presión académica puede impactar en la salud mental de los niños y adolescentes de forma más negativa incluso que la interacción en redes sociales: “Al hablar con los menores, la presión académica se menciona más que la búsqueda de aprobación en distintas plataformas como fuente de su ansiedad o estrés”, cuenta Sternberg.

Cómo mostrar interés sin presionar

Entonces, como padres y madres, ¿cómo podemos mostrar interés en el progreso académico de nuestros hijo o hija de forma favorable? Para Jennifer B. Wallace la clave reside en un cambio en la forma de comunicarnos con nuestros hijos.

Hay un consejo muy sencillo que la experta en crianza de la prestigiosa universidad aplica con sus propios hijos y que consiste en reformular la pregunta que les hacemos cuando vuelven del colegio. En lugar de preguntarles por su examen o los deberes que tienen que hacer en el día, es más recomendable desviar la atención hacia otro tipo de temas y preguntarles, por ejemplo, lo que han comido ese día.

“Aunque la dieta del menor parezca menos importante, al enfocar nuestro interés en otro asunto diferente al académico puede resultar clave para evitar la presión constante y de esta forma los hijos aprenden que están por encima de sus propios logros”, explica Wallace.

Contagio emocional

Además, concentrarse demasiado en sus logros y no en el esfuerzo puede producir un efecto llamado contagio emocional que consiste en que los padres pueden transmitir a sus hijos su propia ansiedad, según confirmaron los especialistas en salud mental a los que Wallace entrevistó para su investigación sobre el tema.

Niño haciendo deberes - Getty Images

Es cuando la cultura del logro se vuelve tóxica porque el mensaje que de esta forma reciben los niños es que su valor depende de su desempeño, lo que puede resultar realmente frustrante y desmotivador, según la experta.

Lo cual no quiere decir que haya que evitar tratar sobre todo lo relativo a notas, exámenes o eventos académicos importantes de tu hijo: “Solo debes abordarlo de una manera más sana. Por ejemplo, una buena idea es esperar a que ellos mismos inicien la conversación”, recomienda Wallace.

"Mis hijos me lo van a decir. Está en sus mentes”, asegura. “No tienen que pensar que he estado preocupándome todo el día por un examen. En cambio, deberían recibir de mi parte el mensaje de que me preocupo por ellos como persona en toda su totalidad”.

Otro consejo  que recomiendan los psicólogos con los que habló esta experta y que a los padres les puede resultar muy útil consiste en limitar las conversaciones potencialmente estresantes con los hijos a una hora durante el fin de semana. ¡Tomamos nota!

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