La arqueología y las disciplinas científicas que estudian los fósiles y restos del pasado nunca habían profundizado en cómo era la pubertad en los adolescentes de la prehistoria. Sí lo habían hecho en la maternidad; por eso sabemos cuántos hijos tenían las familias de la prehistoria y cómo evolucionó la natalidad, pero no en la pubertad. Lo ha hecho por primera vez un equipo multidisciplinar de investigadores de distintas universidades, que han llegado a la conclusión de que la pubertad de hace 25.000 años y la de ahora no se diferencian en tantas cosas como cabría esperar.
El estudio, titulado ‘Una evaluación del estado de pubertad en adolescentes del Paleolítico Superior europeo’, se ha publicado en la prestigiosa revista Journal of Human Evolution y supone un hito en la investigación porque “proporciona la primera evidencia directa de la pubertad en adolescentes del Paleolítico Superior”, destacan los propios investigadores.
Más allá de su impacto científico, para quienes no somos profesionales o expertos en la materia, lo curioso de las conclusiones del estudio es que la pubertad de los adolescentes de hace 25.000 años, del Paleolítico Superior, se parece a la que experimentan los adolescentes contemporáneos.

Para llegar a estas conclusiones que ahora expondremos, los investigadores han analizado los restos óseos de trece individuos que vivieron en el Paleolítico Superior y tenían cuando fallecieron entre 10 y 20 años. Lo han hecho mediante una técnica desarrollado por Mary Lewis, de la Universidad de Reading, que ha sido capaz de determinar la mineralización de los dientes caninos y el desarrollo de huesos como la mano o el codo, entre otros, para determinar así qué etapa de la pubertad había cubierto o alcanzado cada individuo estudiado en el momento de su fallecimiento.
De esta form a, los investigadores han concluido que la pubertad en los adolescentes del Paleolítico Superior comenzó a los 13 años y medio en la mayoría de los casos, si bien puntualizan que existe variabilidad en los individuos estudiados. Cita el estudio el caso de los adolescentes de Arene Candide (AC1 y AC16), dos de los trece estudiados, que cuando murieron a los 16 años todavía no habían avanzado tanto en la pubertad como sus pares. Esta es una edad un ligeramente posterior a la edad en la que empieza la pubertad en niñas y niños de ahora.

Por otro lado, el estudio también ha intentado determinar la edad de la menarquía, la primera menstruación (aquí te contamos más sobre el inicio de la menstruación a una edad temprana y los riesgos para la salud que conlleva), de las adolescentes del Paleolítico Superior. “Fue un desafío debido a la escasez de adolescentes mujeres, pero según la evidencia disponible, parece haber ocurrido entre los 16 y los 17 años de edad”, señalan los investigadores.
Y sobre la edad en la que se completaba la adolescencia para entrar en la edad adulta, en base a la información obtenida de estos trece individuos que habitaron distintos lugares del planeta en el Paleolítico Superior, el estudio concluye que “la adultez completa se había alcanzado entre los 17 y los 22 años”. Este dato, se lee en el estudio, “es similar a los patrones observados en los países ricos modernos y antes de las poblaciones históricas que vivían en entornos urbanizados”.

Las investigadoras tienen claro que las conclusiones de su estudio "indican que los adolescentes de la Edad de Hielo comenzaron la pubertad en un momento similar al de los adolescentes en los países modernos y ricos”, e inciden en que “nuestra investigación ayuda a humanizar a estos adolescentes de una manera que el simple estudio de herramientas de piedra no puede”.
Para Mary Lewis, una de las investigadoras, "esta es la primera vez que mi método de estimación de la etapa de pubertad se aplica a fósiles paleolíticos, y también es la aplicación más antigua de otro método: el análisis de péptidos para la estimación del sexo biológico". Y para Jennifer French, arqueóloga de la universidad de Liverpool y colaboradora de este estudio, la información de la investigación “proporciona una nueva lente para interpretar sus entierros y el tratamiento en la muerte".