Uno de cada cinco adolescentes entre 14 y 18 años se ha emborrachado en el último mes. Este es el llamativo dato extraído de la Encuesta sobre el uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES) del Ministerio de Sanidad. La misma fuente señala, además, que el alcohol es la sustancia que antes prueban los menores de edad en nuestro país: comienzan a ingerirlo, tanto los chicos como las chicas, a los 13,9 años.
No hace mucho tiempo nos preguntábamos por qué los adolescentes consumen alchol y cómo podríamos evitar que bebieran. Pues bien, en esta línea, el Comité de Promoción de la Salud y la Asociación Española de Pediatría (AEP) se hace eco de la última encuesta ESTUDES, una fuente muy fiable de información sobre los hábitos de consumo de los adolescentes en España que se realiza desde el año 1994 y que depende del Ministerio de Sanidad.
Los profesionales de pediatría muestran su preocupación por la relación de los adolescentes con el alcohol, que entra en sus vidas cuando todavía no han cumplido los 14 años. Y lo hace, además, de una forma peligrosa como demuestra el hecho de que el 20% de los menores de edad entre 14 y 18 años se haya emborrachado en el último mes, según refleja la citada estadística.

La importancia de dar ejemplo de padres a hijos
Los resultados de la encuesta reflejan, además, lo naturalizado que tienen los adolescentes el consumo de alcohol. Por ejemplo, un 40,2% de los adolescentes asegura que su padre consumo alcohol por lo menos los fines de semana, porcentaje que desciende en el caso de las madres al 25,1%.
Como adultos, debemos tener en cuenta que los problemas de alcohol de los padres destruyen emocionalmente a los hijos, y no olvidemos que pediatras como Lucía Mi Pediatra advierten de que el consumo de alcohol en el embarazo es una cuestión de salud pública a nivel mundial.
Por eso, conviene que seamos conscientes de lo que nos traemos entre manos con el alcohol, y más teniendo en cuenta que los hijos e hijas aprenden de lo que ven en casa. “Los padres deben tener presente que son un modelo para sus hijos. Si ellos beben en exceso, sobre todo alcohol de alta graduación, el riesgo que lo hagan sus hijos será mayor”, dice al respecto la Dra. Lefa Eddy, psiquiatra especializada en la infancia y la adolescencia, y miembro del Comité de Promoción de la Salud de la AEP.

"Es un verdadero problema de salud pública"
Para el Comité de la AEP, los datos de la encuesta, que utiliza datos del año 2023, “reflejan un verdadero problema de salud pública entre la juventud, que desconoce que el alcohol consumido a edades tempranas es mucho más peligroso que en la edad adulta, por resultar más adictivo y lesivo para sus órganos inmaduros, al causar mayores estragos a nivel neurológico y hepático”.
El doctor Valero Sebastián también forma parte del Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría, “La ingesta de alcohol a estas edades debería causarnos aún mayor preocupación, porque pueden entrar con facilidad en un coma etílico, sobre todo la primera vez que consumen”. En opinión del médico, los adolescentes “no tienen ni idea de las consecuencias de beber en exceso, solo quieren saber qué se siente, pero su organismo no está preparado ni acostumbrado para metabolizar el alcohol y, por tanto, el daño para su salud es mayor”.

La preocupación de los pediatras por la relación de los adolescentes con el alcohol y el impacto potencial de este en su salud es compartida con las instituciones, de ahí que este verano se presentara un nuevo Anteproyecto de Ley de prevención del consumo de alcohol y de sus efectos en las personas menores de edad con medidas. Esta futura ley, cuyo proceso se encuentra actualmente en trámites de audiencia pública, “pretende influir en el ámbito familiar, educativo, sociosanitario, urbanístico y de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, apuntan desde el Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría.
Según el doctor Sebastián, es complicado que un médico adivine en la consulta que un adolescente bebe alcohol. “En consulta es complicado descubrir si un adolescente bebe alcohol, a menos que te lo cuenten los padres o él se sincere”, dice. Y tampoco es tan fácil detectarlo mediante pruebas. “En una analítica, un día cualquiera entre semana, no se va a ver reflejado y a esta edad, a menos que tenga una enfermedad crónica, los pediatras solemos verlos solo una o dos veces al año”, añade el pediatra.
Por todo lo expuesto, desde el Comité de Promoción de la Salud de la AEP insisten no solo en reclamar que vea la luz y se cumplan las medidas del nuevo anteproyecto de ley con respecto al consumo de alcohol. También solicitan una mayor inversión institucional para que se cumpla la futura ley y para que se pueda divulgar acerca del peligro que supone el consumo excesivo de alcohol en la adolescencia. “Todos los niños conocen la manida frase de ‘fumar mata’ que pone en los paquetes de tabaco y a menudo la repiten a sus padres cuando los ven fumar. Algunos se esconden de los niños incluso cuando fuman. Con el tiempo, deberíamos conseguir lo mismo con el alcohol”, concluye el Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría.