Problemas para tener el segundo hijo
No es fácil en absoluto quedarse embarazada en el primer intento, aunque ya se haya tenido uno o varios hijos antes. Y es que las mujeres que no tienen ningún problema de fertilidad y que mantienen relaciones sexuales sin protección solo tienen el 30 por ciento de posibilidades de concebir en un ciclo.
De hecho, la mayoría de parejas tardan varios meses en lograrlo, algunas hasta un año y muchas más de doce meses. Por lo tanto, los ginecólogos recomiendan no preocuparse hasta que pase al menos un año desde que se empieza a buscar un embarazo. Dentro de ese margen, todo se considera normal.
Eso sí, si transcurrido este tiempo la mujer sigue sin quedarse embarazada, los expertos recomiendan ponerse en contacto con un ginecólogo para que analice el caso y lleve a cabo un estudio de fertilidad tanto al hombre como a la mujer.
Según los datos más actuales, el 40 por ciento de los problemas de fertilidad en una pareja proviene de la mujer, otro 40 por ciento de los casos viene del hombre y el 20 por ciento restante, de ambos.
¿Esterilidad o infertilidad?
Como la pareja ya ha conseguido tener un hijo, hablaríamos de esterilidad secundaria o infertilidad secundaria:
Problemas para quedarse embarazada
Los problemas para quedarse embarazada están relacionados con muchos factores. Uno de los más importantes es la edad de la mujer, ya que a los 35 años la posibilidad mensual de conseguir el embarazo es del 10 por ciento, mientras que a los 40 años es solo de un 5 por ciento. Ahora bien, esto no significa en absoluto que una mujer de más de 35 años no pueda tener más hijos, sino que probablemente y salvo contadas excepciones necesitará más tiempo para conseguirlo.
Es importante también tener en cuenta que a veces, muchos problemas de esterilidad se producen por causas externas a la pareja como el estrés, la falta de tiempo, los hábitos o la alimentación de la pareja.
De ahí que los ginecólogos recomienden que si se está buscando un bebé, ambos miembros de la pareja cuiden su alimentación, evitando exceso de azúcares y grasas y apostando por frutas, verduras y una dieta rica en proteínas y vitaminas, y lleven a cabo una vida lo más saludable posible. Se entiende por esto último hacer algo de ejercicio semanalmente y no apostar por una vida sedentaria, no fumar, no beber alcohol en exceso y por supuesto tener controlado el extrés y la ansiedad. Todos estos factores pueden dificultar la llegada de un bebé e incluso que el embarazo, si llega no llegue a término.