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Hojas de col para calmar la mastitis, ¿realmente funcionan?

Es un remedio natural que no viene de ahora, pero la actriz Sara Sálamo compartió recientemente en Instagram que recurre a ello y el debate sobre su eficacia ha salido a la palestra.

Hace unos días se hizo viral en el universo Instagram el remedio natural y casero que la actriz Sara Sálamo utiliza contra la mastitis: hojas de col entre el sujetador y su pecho, colocadas directamente sobre la piel, tapando los pezones.

La actriz, que fue madre de su segundo hijo fruto de su relación con el futbolista del Real Madrid, Isco Alarcón, a finales del 2020, explicó en varios stories que este consejo le ayuda muchísimo a aliviar el dolor derivado de la lactancia materna durante el posparto, que es habitual en muchas mujeres lactantes. Sobre todo se da en las primeras semanas de vida porque el bebé pasa mucho tiempo enganchado y en los picos de alimentación, por el mismo motivo, que la exigencia del pequeño al pecho de su madre aumenta en dichos períodos.

Las imágenes que compartió enseñando su cuerpo con las hojas de col en sus senos devolvieron el debate a la primera plana de la actualidad en el mundo de la maternidad sobre si este “truco” es realmente eficaz, y hemos aprovechado la ocasión para hacer un repaso por lo que dicen al respecto los distintos estudios publicados al respecto.

Instagram @sarasalamo

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En los últimos años no se han producido grandes novedades sobre esta cuestión en el ámbito de la investigación científica. Sigue siendo necesario, por lo tanto, profundizar más en el impacto que las hojas de col tienen a la hora de descongestionar los senos durante la lactancia y combatir patologías graves como la mastitis.

Sin embargo, instituciones prestigiosas en materia pediátrica como la American Academy of Pediatrics dejan constancia de que son muchas las mujeres que han conseguido resultados satisfactorios con las hojas de col o de repollo. “Las hojas limpias y refrigeradas de repollo o col se pueden cortar en pedazos pequeños o aplicar enteras directamente sobre el pecho”, comienza su explicación sobre cómo se debe proceder a poner las hojas para que puedan ser eficaces. “Las hojas enteras se ajustan a la forma del pecho si primero retira la parte central del tallo. Sostenidas en su lugar por medio del sostén, puede dejar el repollo sobre su pecho todo lo que desee o hasta que se caliente y marchite”, continúa.

Esto último es algo muy curioso, ya que las hojas se llegan a cocer simplemente con el calor que emana del pecho de la lactante. Cuando esto ocurre, si decides probar el tratamiento natural, se deben volver a cambiar por nuevas hojas frescas. “Muchas madres experimentan alivio del dolor y de la inflamación por la congestión de los senos pocas horas después de utilizar el repollo”, concluye esta institución, que deja claro que la investigación clínica sobre la relación de las hojas de col y la descongestión de los senos es escasa, por lo que en cualquier caso no se puede hablar de eficacia ni de tratamiento probado desde un punto de vista científico.

Esta afirmación se corrobora con lo explicado por la prestigiosa asesora de lactancia Alba Padró Arocas a través de sus redes sociales y al consultar algunos de los estudios publicados en los últimos años, algo que se puede hacer por separado o en revisiones tan interesantes como la plasmada en este artículo. En él se referencian tanto investigaciones que sí concluyen que las hojas de col son efectivas contra la congestión mamaria como otras que apuntan en la dirección opuesta, de ahí que concluya afirmando lo siguiente: “Pequeños ensayos clínicos con limitaciones metodológicas importantes presentan resultados prometedores; pero es necesaria una investigación de calidad para poder conocer la eficacia de las hojas de col, comparado con placebo o con otras intervenciones, en mujeres que presentan congestión mamaria en el período postparto”.

La ventaja que tiene con respecto a otros remedios caseros este tratamiento casero con hojas de col, y así lo apostilla también la American Academy of Pediatrics, es que “aparentemente el tratamiento es inocuo”, por lo que no se corre ningún riesgo al probarlo.

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