Lactancia materna: ¿cómo saber si tengo leche?

La alimentación del recién nacido nos preocupa bastante y nos atormenta la idea de no saber cuánto come, o si producimos toda la leche que él necesita. Miryam Triana, responsable de la Consulta Médica de Lactancia Materna del Hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca, nos ha respondido a algunas dudas sobre el tema.
Lactancia materna: ¿cómo saber si tengo leche?

La duda de toda madre es saber si tiene o tendrá leche. Miryam Triana, responsable de la Consulta Médica de Lactancia Materna del Hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca nos aclara todas las dudas sobre el tema y lo primero que deja claro es que hay que estar estar tranquilas: la mayoría de las mujeres somos capaces de producir la leche suficiente para amamantar a nuestro bebé  (o nuestros, pues las madres que tienen gemelos son capaces de amamantar a los 2). La hipogalactia primaria (incapacidad para producir leche) es rarísima.

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La hipogalactia secundaria es más frecuente. Es decir, la madre no tiene ningún problema para producir la leche, pero, por diversas razones, el bebé no está obteniendo lo suficiente. Lo más frecuente es que la técnica no sea la adecuada. Un mal enganche que dificulte que el bebé extraiga rígidos (la lactancia debe de ser a demanda y frecuente) son las causas más habituales.

¿Cómo sé si el bebé está comiendo suficiente?

Aunque nos gustaría, no podemos mirar dentro del pecho y medir cuánta leche queda tras la toma; y tampoco podemos mirar en el estómago del bebé cuánto ha comido. La extracción del bebé es mucho más potente que la del sacaleches, por lo que extraerse la leche para ver cuánto producimos no es una buena manera de saber si el bebé tiene suficiente.

Antiguamente, y aún hay profesionales que lo hacen, se realizaba el método de la doble pesada: se pesaba al bebé antes y después de la toma y se asumía que la diferencia era lo que había tomado. Sin embargo, esto podría servir para una toma concreta, pero lo que interesa saber es si come bien en general. Yo puedo desayunar poco un día y luego comerme unas tostadas con tomate y un vaso de leche a media mañana para compensar cosa que los bebés no pueden hacer, por lo que no pueden compensar si no quedan saciados.

Así que deberemos buscar signos indirectos de que el bebé está comiendo lo suficiente:

  • Los pañales: el bebé debe realizar al menos un pis en las primeras 24 horas de vida e ir aumentando de manera que, al alta (sobre el tercer día) y los días posteriores moje al menos 4-5 pañales de pis al día. Las deposiciones no indican tan bien el estado de hidratación, pero un bebé debería eliminar el meconio en los primeros 2-3 días y los días posteriores realizar deposiciones de transición, para pasar después a las típicas deposiciones color mostaza. Un bebé que come bien suele realizar 3 o más deposiciones al día, a menudo tras cada toma (en las primeras semanas de vida, luego disminuyen, afortunadamente...).
  • El peso: es un indicador fundamental. Todos los recién nacidos pierden peso en los primeros días de vida, un máximo de un 10% (aunque lo normal debería ser en torno al 7%) y lo recuperan hacia los 10-15 días de vida. Posteriormente ganan en torno a 20-30g/día (unos 150-200g a la semana).
  • La madre: aunque no a todas las mujeres les pasa, y eso no quiere decir que no tengan leche, muchas madres sí notan que el pecho se hincha antes de las tomas y se vacía después (y esto, por suerte, desaparece según avanza la lactancia, y tampoco es síntoma de que se nos esté acabando la leche…).
  • El bebé: a veces es más difícil de valorar y debe interpretarse de manera individualizada. Los recién nacidos realizan muchas tomas, entre 8-12 al día y eso no quiere decir que no estén comiendo suficiente. El recién nacido que come bien, en general, mama activamente (con sus pausas para descansar) hasta que suelta el pecho y se duerme; se le escucha tragar cuando mama; aunque duerma mucho tiempo, cuando se despierta está vital. Un recién nacido que no come bien puede estar aletargado, que cueste mucho despertarle o, por el contrario, irritable, llorando y buscando todo el tiempo, realizar tomas eternas y apenas dormir. Un bebé que adquiere un colo muy amarillo también puede ser, entre otras cosas, que no esté comiendo bien.

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