La importancia de los juegos en el método Montessori

Son igual de importantes los juegos que los juguetes en el método Montessori porque son una parte integral de este enfoque educativo que también se puede desarrollar en casa.
Bebé jugando con cubos
Bebé jugando con cubos. iStock - iStock

Para uno de los mayores exponentes de la psicología del desarrollo, Lev Vigotsky, “el juego es una realidad impulsora del desarrollo mental del niño” algo que comparte con la filosofía de María Montessori quien apostaba por el juego para promover el aprendizaje, el desarrollo motor y sensorial y en definitiva el crecimiento integral del niño o la niña.

Los juegos en el método Montessori están planteados para ser atractivos y estimulantes y se enfocan fundamentalmente en despertar la curiosidad natural y el deseo de aprender.

“Si queremos apoyar a un niño, debemos proveerlo de un entorno que le permita desarrollarse libremente” según María Montessori, por eso los juguetes en el método Montessori tienen una serie de características tanto de forma como de fondo que son fundamentales, hay una serie de juguetes recomendados para el primer año de vida del bebé, encontramos otros con los que desarrollar a través del juego las capacidades del niño o la niña que se recomiendan en torno a los tres años de edad.

En definitiva, se trata de juegos, juguetes, objetos y materiales flexibles que puedan adaptarse a diferentes edades y niveles de desarrollo para que se facilite la personalización del aprendizaje y que además sean atractivos para los “periodos sensibles” que definía la propia María Montessori, en los que los niños y las niñas muestran un claro interés por determinadas actividades muy concretas.

¿Cómo se aprende a través del juego en el método Montessori?

La idea de la filosofía desarrollada por la pedagoga italiana María Montessori es que los niños aprendan a trabajar mientras juegan, de una manera colaborativa, aprendiendo a respetar el espacio de los demás, desarrollando habilidades sociales a través de estas actividades compartidas que se plantean a modo de juego.

Pedagogas tan reconocidas como María Couso, defienden esta misma línea de educación a través del juego y añaden que “el juego es la herramienta más potente que tenemos para el desarrollo cognitivo del niño.”

De este modo, de una forma lúdica, se trata de estimular el pensamiento crítico de los niños y las niñas, la creatividad y su capacidad para resolver problemas sencillos acorde a su edad.

El aprendizaje también viene por la exploración y el desarrollo sensorial ya que los niños descubren el mundo que les rodea a través de sus sentidos (la vista, el tacto, el olfato, el gusto, el oído) y todos ellos interactúan en las actividades planteadas como si fueran juegos con los que además, se apoya el desarrollo integral del niño, su motricidad gruesa y su motricidad fina también. 

Es importante, para la metodología Montessori, que los niños elijan sus actividades de forma autónoma, algo que fomenta la independencia y la motivación, permitiéndoles aprender según sus intereses y a su propio ritmo.

Juegos y actividades Montessori para los más pequeños

Para la profesora de la Universidad de YaleErika Christakis, los niños en la franja de edad de la educación infantil, estarían mejor atendidos si sus educadores “se quitaran de su camino” y les permitieran desarrollar experiencias educativas más centradas en el juego, creando entornos menos abarrotados y visualmente exigentes que los que existen ahora, donde los niños “naturalmente curiosos puedan explorar y pensar en voz alta”. Un planteamiento que coincide con la filosofía de María Montessori.

Ahora que empiezan las vacaciones de verano muchas de estas actividades se pueden realizar en casa para que los niños aprendan a ser más independientes, siempre que las planteemos como un juego. 

Según la filosofía Montessori un niño de 2 a 3 años está preparado para llevar a cabo una serie de tareas en casa que podrían formar parte de un juego centrado en “la vida práctica”. 

Actividades sencillas como limpiar, vestirse, cuidar el entorno, ordenar sus juguetes. Se trata de plantear mediante el juego actividades que le ayudan a concentrarse, que fomentan su independencia y desarrollan las habilidades motoras tanto finas como gruesas.

Verter líquidos puede ser un juego muy divertido para el verano con los más pequeños y solo necesitamos materiales que tenemos en casa como jarras, vasos, cuencos o embudos. Los niños practican pasar líquido de un recipiente a otro, primero los más grandes que son los más sencillos hasta llegar a los más pequeños que serán más dificultosos. La idea es que con esta actividad, están desarrollando sus habilidades motoras finas y la coordinación ojo-mano.

Atar cordones en zapatos, deportivas o a través de una tabla o cartón. Los niños practican el gesto de atar y desatar cordones y así trabajan su habilidad para vestirse solos y su motricidad fina.

Es muy importante valorar lo mucho que aprenderán tus hijos jugando incluso a actividades que a priori no son juegos pero que podemos plantear de forma lúdica, como se hace en la metodología Montessori.

Que los niños elijan sus juegos y los planteen según sus preferencias es clave en la filosofía Montessori. - Getty Images/iStockphoto

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