Las nuevas experiencias en los adolescentes

Ayuda a tu hijo a tomar buenas decisiones.
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Las nuevas experiencias en los adolescentes - Freepik/rawpixel

Cuando se trata de nuestros hijos, es posible que en ocasiones nos cueste ver la realidad que tenemos ante nosotros. Van creciendo y se convierten en adolescentes, pero hasta no hace mucho fueron nuestros pequeños. Cuando son pequeños, los buenos momentos pasan rápido: las primeras palabras, el primer día de escuela, la primera vez que come alimentos sólidos… 

Vivir nuevas experiencias es una parte normal y saludable en los adolescentes, y aunque comienzan a ser mayores van a necesitar nuestro apoyo y nuestra guía. Es muy importante cuidar la comunicación con los adolescentes.

El amor adolescente

El amor en la adolescencia se vive con mucha intensidad. ¿Quién no se acuerda de su primer amor? ¿De la primera vez que le gustó alguien? ¿De su primer beso? Relacionarse con otras personas siempre es complicado, pero establecer relaciones saludables amorosas es todavía más difícil, porque crecemos viviendo clichés de películas y comparando nuestra vida con lo que sale en redes sociales. 

De igual modo, los primeros desengaños amorosos se viven con intensidad. No importa lo que le digas, porque nadie está preparado para que le rompan el corazón.

Lo más importante que puedes enseñar a los adolescentes es a establecer relaciones basadas en el respeto y la confianza, y enseñarles que el amor no lo puede todo, que el amor no duele, que somos personas completas que no necesitan que se les complemente y que nunca habrá amor donde hay faltas de respeto y donde no puedes ser tú mismo/misma. Puedes encontrar consejos en esta guía del Ayuntamiento de Guadalajara sobre relaciones saludables en la adolescencia.

Hablar de sexo con tu hijo adolescente

Si quieres que tus hijos confíen en ti, entonces es importante que les hables de forma abierta sobre el sexo para que se sientan seguros a hablar contigo cada vez que necesiten información o guía en cualquier asunto que necesiten. Si hacen una pregunta y no sabes contestarla, entonces puedes buscar la respuesta a su lado o decirle que no sabes la respuesta que más tarde buscarás la información y se la responderás.

La idea es capacitarles, no controlarles, porque tienen que ser capaces de tomar decisiones por su cuenta. El control solo es un mensaje claro de que no confías en ellos ni en su capacidad para tomar decisiones, y si no confías en tus hijos adolescentes, ellos tendrán también dificultades para confiar en ti y en ellos mismos. Cuando creas que pueden estar tomando una decisión equivocada (o antes de hacerlo) entonces no dudes en darles la información que necesitan para que sean más conscientes de lo que quieren hacer.

Hay múltiples guías que te pueden ayudar, como esta del Ayuntamiento de Burgos.

La adolescencia es la transición hacia la vida adulta, y está llena de nuevas experiencias. - Getty Images/iStockphoto

La toma de decisiones

Las personas hasta los 24 años aproximadamente no tendrán el cerebro totalmente desarrollado —aunque siempre puede seguir cambiando y evolucionando—, pero las decisiones que se tomen antes de esto pueden estar guiadas por el impulso más que por la lógica.

Por eso es importante ayudar a los hijos a tener un pensamiento crítico desde que son bien pequeños, de éste modo cuando lleguen a la adolescencia serán más capaces de tomar una decisión que aunque pueda ser impulsiva, también habrán barajado otras opciones antes.

3 frases que es mejor evitar para no invalidar las experiencias de los adolescentes

1. “Yo a tu edad…”

Decir esta frase es usar una comparación directa con tus hijos. Piensa que ellos no tienen que ser como tú. Tienen otras aspiraciones e intereses que debes respetar. Si tú lograste cosas a su edad que ellos no han conseguido, no alimentes su sentimiento de inseguridad y busca la manera de apoyarlos.

Aunque tu deseo sea motivarle, la realidad es que no lo consigues en absoluto. Puedes explicarle tus vivencias pero nunca con el afán de compararte o hacerle sentir inferior. Tu hijo es una persona ajena a ti y debes respetarle y aceptarle tal y como es.

2. “Te lo dije”

Esta frase no nos gusta escucharla a nadie, no importa la edad que se tenga. Pero si le dices esta frase solo estarás recalcando que no confías en sus criterios y que te demuestra que tampoco confía en ti.

Si tu hijo se ha equivocado, lo mejor es que le ayudes a reflexionar sobre sus acciones y buscar las mejores soluciones de cara al futuro. Ayúdale a comprender sus errores, pero no para que se sienta mal, sino para que sea capaz de aprender de ellos y ser mejor en el futuro.

3. “No es para tanto”

“No es para tanto”, “no es para que te pongas así”… Quizá para tu hijo adolescente sí es para tanto porque le duele emocionalmente y le cuesta gestionar esos sentimientos intensos. No compares sus problemas con los de un adulto, le falta experiencia y sabiduría para canalizar ciertas cosas de la vida y te necesita para conseguirlo. No minimices su dolor, más bien, acompáñale siempre que lo necesite.

Es fundamental que le prestes empatía cada día y que sepas ponerte en su lugar. Solo de esta manera mantendrá una buena confianza contigo y la comunicación necesaria para que te exprese cómo se siente o qué le pasa en un momento determinado.

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