En casa lo celebramos con ilusión sea cuando sea el nacimiento de un bebé. Hay, además, quien planifica su embarazo en función del calendario priorizando, por ejemplo, evitar el tercer trimestre durante el verano, o intentando buscar la mejor época para unir la baja maternal con vacaciones. Pero también hay otros factores a tener en cuenta. Por ejemplo, el mes en el que nacerá el bebé y cómo puede afectarle en su vida académica. Sobre esta cuestión, hay muchos estudios que advierten de posibles consecuencias de nacer en diciembre. Pero otro estudio más reciente, recién publicado, advierte que estas consecuencias en el colegio derivadas de nacer en diciembre pueden estar siendo producidas, en algunos casos, por errores humanos.
El estudio, realizado en Francia y publicado en la revista médica JAMA Network Open en mayo de 2025, señala que los niños y niñas más pequeños del aula —los nacidos en los últimos meses del año— tienen hasta un 64% más de probabilidades de iniciar tratamiento de logopedia que sus compañeros y compañeras nacidos en enero.
¿La razón? No necesariamente un trastorno del desarrollo, ya del lenguaje o de otro tipo, ni otro motivo objetivo que lo requiera vinculado con su mes de nacimiento. Lo que este trabajo sugiere es que muchos diagnósticos se realizan basándose en una comparación injusta entre niños y niñas de distinta madurez, aunque compartan aula. En otras palabras: el sistema puede estar confundiendo una simple diferencia de edad con una dificultad en el desarrollo.
Este fenómeno, conocido como efecto de edad relativa, ya había sido detectado en otros ámbitos, como en los diagnósticos de TDAH. Pero es la primera vez que se documenta con tal solidez su impacto en el inicio de terapias del lenguaje, algo que preocupa a muchas familias durante los primeros años de escolarización.
Y no es una muestra pequeña: el estudio analizó los datos de más de 4 millones de niños y niñas nacidos en Francia entre 2010 y 2016, lo que lo convierte en uno de los más sólidos sobre este tema hasta la fecha.

Más probabilidad de recibir terapia del lenguaje solo por el mes de nacimiento
El equipo liderado por Sophie Billioti de Gage (Inserm, Francia) analizó registros nacionales de salud para rastrear qué niños y niñas iniciaban tratamiento de logopedia entre los 5 y los 10 años. Compararon el mes de nacimiento con la probabilidad de empezar dicha terapia, ajustando por factores como el sexo, el nivel socioeconómico o condiciones médicas previas.
Los resultados fueron contundentes: cuanto más tarde en el año nace un niño o niña, mayor es la probabilidad de que se le indique iniciar logopedia. En comparación con los nacidos en enero, los niños nacidos en diciembre tenían un riesgo un 64% mayor de comenzar este tipo de tratamiento.

Este patrón se mantuvo mes a mes, de forma progresiva: febrero más que enero, marzo más que febrero, y así sucesivamente. La tendencia sugiere que el sistema educativo y sanitario podría estar interpretando como trastorno lo que es simplemente una diferencia de maduración dentro de una misma cohorte escolar.
Para reforzar su hipótesis, los investigadores compararon los datos con otros tratamientos. Encontraron un patrón similar en la prescripción de metilfenidato (usado en TDAH), pero no se observó ningún efecto con la desmopresina, usada para la enuresis nocturna, lo que refuerza la idea de que el problema no es médico sino perceptivo y estructural.

Implicaciones de los hallazgos del estudio
Los hallazgos tienen implicaciones muy relevantes para la crianza y la educación. La primera y más evidente es que no todos los diagnósticos de dificultades del lenguaje reflejan un trastorno real. En muchos casos, podrían deberse a una comparación injusta entre un niño o niña de diciembre y uno de enero, que puede tener casi un año más de desarrollo.
Este desfase de madurez es particularmente relevante en edades tan sensibles como los 5 o 6 años, cuando los sistemas educativo y sanitario comienzan a exigir niveles de expresión, comprensión y articulación que no siempre están alineados con el ritmo individual del niño o niña.

Para las familias, este estudio ofrece una invitación a mirar con perspectiva. Si tu hijo o hija recibe una recomendación de logopedia en los primeros años de escolarización, especialmente si ha nacido en los últimos meses del año, puede ser útil pedir una segunda opinión y considerar el contexto madurativo antes de asumir que se trata de un trastorno.
Y para educadores, pediatras y orientadores, el estudio pone sobre la mesa la necesidad de repensar los criterios de derivación y diagnóstico, incorporando la variable del mes de nacimiento como factor clave.
Referencias
- Sophie Billioti de Gage, Hugo Peyre, Martin Chalumeau, Yann Mikaeloff, Mahmoud Zureik, Alain Weill. Relative Age in School and Initiation of Speech Therapy in Children. JAMA Network Open, 2025; Vol. 8(5): e2512262. DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2025.12262