Ha llegado la semana 38 de tu embarazo y seguramente te sientas muy agotada estos días. Y es que... ¡El bebé podría nacer en cualquier momento!
Esto significa que estás llegando al final de tu gestación y por eso es normal que te encuentres muy pesada y que, ante los nervios de todo lo que viene, también estés ansiosa y duermas peor. Por su parte, el bebé ya tiene todos los órganos preparados para sobrevivir en el mundo exterior, así que, sí, queda muy poco para que lo tengas pronto contigo. Mientras, descubre cómo se encuentra el pequeño ahora mismo dentro de ti.
¿Cómo es el bebé en la semana 38 de embarazo?
- El bebé ya puede superar los 3 kilos y tiene una longitud aproximadamente de unos 48 centímetros. Su tamaño se parece al de un melón.
- Tiene una capa de grasa que lo recubre y que tiende a deshacerse, la cual permanece suspendida en el líquido amniótico.
- Su piel siente más intensamente el agua que lo envuelve.
- Según se va acercando la fecha de parto, irá aumentando sus niveles hormonales que ayudarán a su vez a mantener el nivel de presión sanguínea.
- Está ya listo para poder sobrevivir fuera del útero de la madre en el mundo exterior. No obstante, aunque esté capacitado para vivir con normalidad, algunas partes continuarán su desarrollo después de nacer, por ejemplo, el sistema nervioso.
¿Qué se puede ver en la ecografía?
- Una ecografía a las 38 semanas te mostrará la cabeza fetal hacia abajo, lo que es ideal para el parto vaginal y una señal de la proximidad del alumbramiento.
- Podrás ver la cara del futuro bebé y reconocer en ella sus ojos, nariz, boca, frente...
- También se puede ver el líquido amniótico y comprobar que tiene una cantidad normal, para asegurarse del bienestar del feto.
Tu cuerpo estando embarazada de 38 semanas
Se puede decir que entras en la conocida “zona de parto”, es decir, que tu embarazo ha llegado “a término” utilizando palabras más técnicas.
En este momento puede ser que aumentes algo más tu peso (incluso hasta un poco antes del alumbramiento) o que no se haya incrementado nada las últimas semanas. Eso sí, tu barriga está más baja y ya no habrá cambios tan sobresalientes.
En esta semana puede ser que notes las llamadas contracciones de Braxton-Hicks, que son las que se encargan de ayudar a ablandar la pelvis y sí: de preparar el parto. No obstante, el líquido amniótico en el que está sumergido el futuro bebé hace que no sientas apenas este tipo de contracciones. El ginecólogo revisará que tienes el suficiente líquido amniótico y que tu placenta no ha envejecido demasiado.
Asimismo, te harán una exploración para observar la dilatación del cuello del útero y cómo es su grado de borramiento y también para ver si tienes muchas contracciones. Otra comprobación que llevarán a cabo es confirmar que se oye el latido del feto.