Un estudio de la Universidad de Granada (UGR) ha concluido que tener altos niveles de estrés durante el embarazo podría aumentar las posibilidades de que el bebé naciera con autismo o sufriera obesidad y cólico lactante. La investigación, publicada en la revista Midwifery, se ha basado en una muestra de 65 millones de mujeres embarazadas y sus recién nacidos de diferentes países de Europa, Norte de América, Asia y Oriente.
El investigador del departamento de enfermería de la UGR, Rafael A.Caparrós-González, y el resto de los autores hicieron un análisis de más de 73.000 estudios, de los cuales 42 cumplieron con los criterios que estaban observando. "El estrés es uno de los mayores tóxicos que pueden afectar a la salud y enfermedad de las personas. Concretamente, durante el embarazo, se ha asociado con diversas consecuencias negativas tanto para la mujer embarazada como para el feto que aún no ha nacido", apunta Caparrós-González en el estudio publicado por la Universidad de Granada.
¿Cómo afecta el estrés durante el embarazo si aún no ha nacido el bebé? Caparrós-González ha determinado que el estrés psicológico de la madre durante la gestación puede atravesar la placenta y alcanzar al feto que está desarrollándose en el útero materno. "El estrés psicológico materno es capaz de alterar los niveles de diferentes componentes, como la hormona del estrés cortisol, o de neurotransmisores como la dopamina, serotonina y noradrenalina, involucrados en el desarrollo y funcionamiento del cerebro", señala Caparrós-González.
Desarrollo de autismo y otras consecuencias negativas
En este estudio han descubierto que los efectos del estrés pueden afectar a que los bebés desarrollen autismo, tengan obesidad a lo largo de su vida o aparezca cólico del lactante. El estrés psicológico de las embarazadas puede influir en las bacterias que de manera normal viven en el intestino materno (microbiota) y que intervienen en la vía intestino-cerebro de la madre y el bebé, relacionada con procesos metabólicos como la obesidad, con alteraciones inflamatorias intestinales y con la madurez del cerebro y la aparición de trastornos psicopatológicos en la descendencia.
Los niveles de estrés durante el embarazo se asocian a un mayor riesgo para la mujer embarazada de padecer diabetes gestacional, pre-eclampsia o incluso trastornos psicopatológicos como la depresión posparto. Sobre el feto en desarrollo se relaciona con prematuridad y bajo peso al nacer. Pero los efectos del estrés pueden perdurar en el recién nacido durante toda su vida, llegando esos efectos incluso a la edad adulta.
"Son varios los mecanismos por los que el estrés de una mujer embarazada puede afectar a la salud y la enfermedad de sus recién nacidos a lo largo de toda la vida. En este estudio, hemos encontrado relación con varios estados de salud: autismo, obesidad y cólico del lactante, aunque la lista podría ser mayor", concluye el investigador en el estudio publicado por la Universidad de Granada. En este sentido, lo mejor es evitar la tensión y la angustia durante el embarazo. Pedir ayuda para afrontar los pequeños cambios en la rutina diaria beneficia tanto a la madre como al bebé, no dudes en pedir apoyo de los que te rodean para sobrellevar la situación adecuadamente en la medida de lo posible.