El embarazo no solo nos cambia físicamente, sino también nos hace experimentar cambios psicológicos. y es que, ser madre por primera vez hará que cambien muchas cosas en tu vida.
Tras ser madre, te sientes y actúas de manera distinta, eres más responsable, desarrollas un sexto sentido y tu modo de ver la vida ha dado un pequeño vuelco. Nuestras vidas cambian y es que, ahora hay una personita que depende de nosotros y de nuestras decisiones, y esto hace que maduremos en un sentido mucho más positivo y queramos darle lo mejor de nosotras. No solo somos capaces de renunciar a cosas que antes creíamos importantes, sino que lo hacemos con gusto al saber que es en beneficio de nuestro bebé y adaptamos nuestras vidas a esta personita que llega.
“Tu vida va a cambiar, hazte a la idea”, es el consejo más repetido durante el embarazo, y debemos afrontarlo como un desafío al que vamos a hacer frente. Una nueva oportunidad para aprender, crecer y disfrutar de esta nueva etapa. La vida nunca para de cambiar, pero ser madre provoca una restructuración de nuestra normalidad por completo, adecuándonos al bebé y cambiando nuestra forma de vida, lo que conllevará a tener metas y objetivos con los que quizá no contábamos antes.
Al ser madre vas a sentir cosas que nunca habías sentido y vas a vivir cosas que nunca habías vivido y será una aventura ver cómo nace una nueva vida que crece y se desarrolla. Valorarás cosas que antes no tenían importancia y entenderás decisiones que tomaron tus padres, sabrás hacerlo.
Si todavía no sabes lo que es ser madre, pero vas a saberlo pronto, te gustará saber qué cosas van a cambiar en tu vida cuando llegue el bebé. Y si ya eres mamá, entenderás estos 12 hechos que han cambiado en tu vida después de tener a tu pequeño.
El tiempo
Tu tiempo será reducido, sobre todo en los primero años de tu bebé. Vas a sacrificar tiempo que antes era para ti misma, pero en realidad es porque tus prioridades han cambiado. Ahora, muchas veces prefieres dedicar a tu bebé tiempo que antes habrías invertido en ti. Planifica tu día, de manera que tengas tiempo para hacer el mayor número de cosas, pero no olvides también que es necesario tener un ratito para ti, ya sea en casa o fuera.

Entenderás a tus padres
Es verdad lo que siempre dicen de que "entenderás a tus padres cuando tengas hijos". Ser madre es sinónimo de entender el porqué de aquel castigo, o la razón de que no te dejaran ir a aquella fiesta. Valorarás el doble el esfuerzo que hicieron tus padres para criarte, porque será el mismo que tú estás haciendo ahora.

Un nuevo amor
Descubres un cariño que no habías sentido nunca, algunos lo describen como el verdadero amor. Muchas madres relatan el amor que sintieron al ver a su hijo por primera vez y otras cuentan como ese amor fue creciendo día a día. De la forma que sea, será algo que durará toda la vida, nos hace sentir plenos y con necesidad de darle todo ese amor a esa personita.

Te volverá más compasiva
Uno de los sentimientos que también se desarrolla más tras la maternidad es el de la compasión. Desde que eres madre, ver a cualquier niño sufrir te resulta mucho más insoportable, pues empatizas con él como si fuese tu propio hijo. También nos resultará más facil ponernos en el lugar del otro, porque al cuidar de nuestros hijos entrenamos la empatía y quereremos para ellos lo mejor.

Harás las paces con tu cuerpo
Cuando veas lo que tu cuerpo ha logrado hacer, aprenderás a quererlo. Pasamos mucho tiempo fijándonos y dando importancia a nuestros defectos. Ni kilos de más, ni celulitis, ni estrías son lo más importante. Debes respetarte y quererte tal y como eres. Por supuesto eso no significa que no debas preocuparte de cuidar tu salud para sentirte bien.

Serás la reina de la diverisión
Descubrirás múltiples facetas tuyas. No habrá cansancio que valga, cuando tu hijo te pida jugar estarás dispuesta a lo que sea. Te convertirás en monstruo o pintarás con las manos, lo que te pida tu pequeño con tal de verle feliz y disfrutando mientras juega contigo.

Cambios en tu vida social
Tener un hijo no es renunciar a la vida social, pero evidentemente se producen cambios. Las salidas nocturnas y las fiestas se hacen menos frecuentes, sobre todo los primeros años. Un bebé reclarma y necesita mucho tiempo y, también, nos agota un poco, por lo que el ocio se transforma y se adapta a las nuevas necesidades. Seguramente acabes conociendo a otras mamás en la misma situación que tú y surgan también nuevas amistades que coincidan con tu nuevo estilo de vida.
Cabe decir que también necesitamos tiempo para nosotras, por lo que no pasa nada si el bebé se queda con tu pareja o con los abuelos mientras disfrutamos de tiempo libre con nuestros amigos.

El desorden
Ahora habrá juguetes y artículos del bebé por toda la casa. No te vuelvas loca, aprende a encontrarle un sitio a lo que antes no necesitabas y adáptate a las necesidades de tu pequeño de jugar y tener los juguetes a mano... Habilita una zona para que juegue sin molestar a nadie y donde pueda tener sus cosas. Además, mantener el orden en casa es cosa de todos los que viven en ella, por lo que el reparto de las tareas y la colaboración mutua es clave.

Resistirás el cansancio como nunca
Siempre nos dicen eso de que las noches del bebé son agotadoras: llantos, amamantar... Sí, es verdad que será duro no descansar tanto como antes, pero resistiras el cansancio, te adaptarás, despertándote cuando tu bebé lo necesite hayas dormido 1 o 6 horas.

Cambian tus prioridades
Ahora sentirás que lo que antes te parecía tan importante, ya no lo es tanto. No significa que cambies tu manera de pensar, ni de ser, sino que muchas de las preocupaciones de antes pasan a un segundo plano al haber algo que te preocupa más. Empezarás a preocuparte por temas de salud, alimentación, eduación... que antes no te parecían tan importantes y siempre buscarás el bienestar de tu bebé.

Desarrollarás nuevas habilidades
No solo ellos aprenden de nosotros, nosotros aprendemos gracias a ellos. Cosas que antes te veías incapaz de hacer con fluidez ahora serán hábitos en tu vida: cambiar pañales mientras cantas, entretenerle mientras come, trabajar y vigilarle a la vez. Nos volvemos más resolutivas en todo lo que gira alrededor del bebé.

Le entenderás
Da igual que tu bebé no sepa hablar y solo emita unos pequeños gritos, tu sabrás qué es lo que quiere y qué te está pidiendo, aunque cueste al principio, lo acabarás sabiendo. Te sorprenderás a ti misma hablando con él y contándole cosas, así como siguiéndole el juego cuando sea él quien parezca que te quiere contar algo.
