Muchos son los debates que hay acerca de cuándo es el mejor momento para iniciar a los niños en el proceso de aprendizaje de la lectura.

Partiendo de la base de que, como para cualquier otro aprendizaje, en cada niño el momento ideal es diferente, hay cierto consenso en que la edad media ideal sería alrededor de los 6 años. Edad, en la que se han adquirido los procesos previos necesarios para que este aprendizaje se adquiera de una manera natural y no traumática para aquellos niños que no están preparados.
Intentar enseñar a un niño a leer y a escribir sin tener adquiridos esos procesos previos, es tan poco productivo como intentar enseñar a un bebé a caminar sin haber alcanzado antes la madurez motriz necesaria.
Esto no quiere decir que algunos niños estén preparados para empezar a leer un poco antes. Habrá niños que estén capacitados para iniciarse en este proceso a los 4 años y otros a los 5 años, igual que hay niños que están preparados para caminar a los 12 meses y otros a los 15 meses.
Para poder determinar cuándo un niño está preparado para empezar con el aprendizaje de la lectura tenemos que tener en cuenta que antes haya adquirido una serie de requisitos previos necesarios.
¿Qué prerrequisitos necesitan haber adquirido los niños para aprender a leer?
- Motivación
- Buen desarrollo del lenguaje oral
- Buen nivel de conciencia fonológica
- Buen nivel de conciencia fonémica
- Buen nivel de vocabulario
- Buena coordinación espacio-temporal
- Buena memoria auditiva y visual
Un primer requisito importante es que el niño esté motivado, que tenga esa motivación intrínseca que posee cada persona a la hora de enfrentarse a nuevos aprendizajes.
Dicha motivación impulsará al niño a tener un interés para acercase a la lectura. Es importante que el niño se sienta emocionalmente seguro a la hora de querer aprender a leer. Esto le facilitará mucho el camino.

Alrededor de los 6 años, el niño en términos generales, ha alcanzado una madurez en su desarrollo del lenguaje oral, que le va a permitir percibir las distintas unidades lingüísticas dentro de la lectura, como son:
- Tener una fonoarticulación correcta.
- Utilizar una gramática adecuada en oraciones y conversaciones.
- Comprender la mayoría de las oraciones.
Esa madurez en el desarrollo del lenguaje oral ayuda a los niños a asentar otro requisito importante, la adquisición de una buena conciencia fonológica, que es la capacidad de comprender la relación que hay entre las letras y los sonidos y la capacidad de identificar las sílabas dentro de una palabra, algo fundamental para la adquisición de la lectura.
El niño debe ser capaz de segmentar palabras en sílabas de una manera oral, como por ejemplo, diferenciar los tres sonidos que forman la palabra pe-lo-ta. Esta habilidad se desarrolla a nivel de escucha.
A su vez esto le va a permitir desarrollar una buena conciencia fonémica, habilidad de escuchar, reconocer y poder manipular los fonemas (sonidos) que formarán las palabras escritas. Esta habilidad es necesaria para que el niño pueda aprender cómo se trasforma un sonido en su grafía.
Otro aspecto que va a facilitar el proceso de aprendizaje de la lectura, es que el niño haya adquirido un buen nivel de vocabulario, puesto que esto le va a facilitar el reconocimiento y la comprensión de las palabras leídas, ganando así velocidad y comprensión lectora. Es más fácil que un niño se sienta motivado en la lectura si al leer una palabra comprende su significado.
Tener una buena coordinación espacio-temporal es otro requisito madurativo que va a posibilitar la adquisición de la lectura y facilitará el poder ejecutar esa lectura correctamente.
La lectura sigue un orden direccional específico, es decir, empezamos desde la izquierda hacia la derecha, y un orden temporal en el que irán apareciendo unos sonidos antes que otros.
Tener una buena coordinación espacio-temporal evitará errores de lectura típicos como son las rotaciones de letras: confundir “b” por “p”, “p” por “q” y “d” por “p, así como la posición de las letras, leer “secoba” en lugar de “escoba”.
Así mismo, para poder reconocer y recordar el orden y la secuencia de las letras dentro de una palabra, es imprescindible tener una buena memoria visual y auditiva.
Por lo tanto, para poder determinar cuándo es el momento ideal para que el niño se enfrente a este nuevo aprendizaje de una manera eficaz, tenemos que tener en cuenta todos estos aspectos anteriormente citados.
En la etapa de educación infantil se refuerza la finalidad de dotar a los niños de las competencias necesarias para desarrollar el interés y el aprendizaje de la lectura a través de actividades lúdicas que favorecen la maduración de estos requisitos, respetando los ritmos individuales de cada niño.