Los motivos por los que llora un niño son tantos y tan diversos que, a veces, se nos agota la paciencia, la calma y la tranquilidad. No sabemos qué le pasa, solo queremos que pare para que se le pase ese mal estado de ánimo. Eso sí, es importante que sepas que la forma en la que tú reconduzcas ese llanto, tendrá mucho que ver con su estado posterior. Para saber sobrellevarlo de la mejor manera, debes saber que hay frases con las que puedes perjudicar, más que beneficiar, a tus hijos si se encuentran en pleno llanto. Y también otras que sí puedes decir, pero esas te las contamos aquí.
En primer lugar es importante saber que cuando un niño llora lo hace por un motivo, puede que ese motivo nos parezca insignificante, pero el llanto es una forma de expresarnos cuando las palabras faltan, de comunicarnos y de desahogarnos. Cuando son bebés el llanto es la primera expresión a la que pueden recurrir para comunicarse y la forma que tienen de hacernos saber que necesitan algo, ya sea porque tiene hambre, frío, calor, dolor o porque nos necesitan a su lado.
Cuando los niños van creciendo, van contando cada vez con más vocabulario y recursos para expresar sus emociones, pero no siempre es suficiente y el llanto es una forma más de expresión. Es frecuente recurrir a frases del tipo “no llores” o “deja de llorar”, pero debemos ser conscientes de que no son acertadas.
Es importante validar las emociones y sentimientos de los niños y no reprimirlos, de lo contrario lanzamos un mensaje que relaciona el llanto con algo negativo, que debe ocultarse o que provoca vergüenza y esto repercute en la autoestima y en el desarrollo emocional que tendremos como adultos. Además muchas veces recurrimos a frases sexistas que son muy perjudiciales, como relacionar el llanto con algo propiamente femenino.
A continuación vamos a hablar de las frases más frecuentes que utilizamos y que no se deben decir a un niño cuando llora, ya que más que calmar o ser de ayuda, consiguen un efecto negativo y, en la mayoría de los casos, solo sirven para acrecentar el llanto.
Es importante que los niños sientan que pueden desahogarse y que cuando lloran pueden contar con nosotros, que estamos ahí para escucharles y para tratar de ayudarles a buscar una solución al problema por el que lloran, que podemos ayudarles a calmar el dolor si es lo que les provoca el llanto y que estamos a su lado para que se desahoguen cuando se sienten frustrados, confundidos o enfadados.
Entender y gestionar las emociones no es fácil para los adultos, imaginemos entonces lo difícil que es para un niño…Paciencia, amor, empatía y comprensión son las claves para responder ante las lágrimas infantiles.
No llores
No debemos invalidar la emoción o el sentimiento del niño cuando llora. Llora porque es su forma de expresar lo que siente, sea cual sea esa emoción. Además, no es muy práctico ni da mucho resultado. Es mejor optar por mensajes más positivos como “Llora si es lo que necesitas”, “Entiendo que te sientas mal, ¿cómo te puedo ayudar?, “Vamos a buscar una solución juntos, ¿te parece?”. Buscar fórmulas donde prime la empatía siempre es mejor opción.

¡Deja de llorar ya de una vez!
Igual que en el caso anterior, con esta frase no validamos las emociones o sentimientos de nuestros hijos y les impedimos que se desahoguen, además de que con ella se suele conseguir justo lo contrario…Recurrir a frases más empáticas como las que comentábamos antes es mejor idea.

Como vaya vas a llorar con motivo
Recurrir a la amenaza nunca debe ser un recurso para educar a los niños. No solo no validamos las emociones de nuestros hijos, con frases de este tipo infundimos miedo porque estamos amenazando con un castigo físico y la violencia nunca debe admitirse como parte de la educación de los niños.

Los chicos no lloran
Esta frase es tremendamente injusta y muy perjudicial. No solo estamos lanzando a nuestro hijo un mensaje sexista, machista y anticuado, además estamos diciéndole que los chicos deben reprimir sus emociones y sus sentimientos, ocultarlos y hacerse siempre los fuertes. El llanto no tiene género y es fundamental en el desarrollo para convertirnos en adultos que saben expresar sus sentimientos.

Todos te están mirando
Esta frase también es bastante frecuente entre muchos padres y madres, pero no es un recurso aconsejable. Tratar de reprimir el llanto del niño provocando en él una emoción negativa como sentirse juzgado o avergonzado no hará que nuestro hijo se sienta mejor. Además, relacionará el llanto como algo que se debe ocultar, reprimir y de lo que hay que avergonzarse, pero el llanto es una forma más de expresar las emociones cuando las palabras no son suficientes.

Llorar es de bebés y tú ya no lo eres
A medida que crecemos vamos teniendo más vocabulario para poder expresar con palabras lo que nos pasa, si estamos tristes o enfadados y por qué. Sin embargo, ridiculizar a un niño cuando llora diciéndole que eso es de bebés no es una buena idea porque nuevamente les hacemos sentir que el llanto es algo de lo que avergonzarse y que se debe evitar y reprimir. Llorar no es ser inmaduro.

Mientras llores no te voy a hacer caso
Esto provoca frustración y confusión en el niño. Puede que llore por algo que a los adultos nos resulte una tontería, pero si el niño llora es porque le afecta y es la forma que encuentra de expresarlo. Si le decimos que mientras llore le vamos a ignorar lanzamos el mensaje nuevamente de que el llanto no es bueno ni válido, por lo que debe ser reprimido. Además, no hacer caso al niño cuando llora y que no se sienta acompañado o escuchado genera frustración y recibe la idea de que cuando llore no puede acudir a nosotros. Es importante que sientan que pueden contar con nosotros y que podemos escucharles para tratar de llegar a una solución o simplemente para acompañarles en su desahogo.

¿Vas a llorar por eso?
La mayoría de las veces los motivos por los que lloran los niños pueden parecernos insignificantes a los adultos, pero debemos entender que su desarrollo madurativo y emocional es distinto. No es apropiado decir a un niño por qué puede llorar y por qué no, ya que el llanto es una forma de expresarse, de comunicarse cuando no tienen las palabras adecuadas y de desahogarse y los motivos pueden ser muy diferentes. Si llora es porque se siente mal, está enfadado, irritado, cansado, triste…hay muchas razones y, al igual que los adultos lloramos por motivos distintos y no todos experimentamos las mismas emociones ante las mismas cosas, los niños también sienten y lo expresan de forma diferente ante distintas circunstancias y no debemos juzgar o coartar ante qué deben reaccionar o ante qué no. Invalidar sus emociones nunca es buena opción.

¡Qué exagerado, no es para tanto!
Quizá para nosotros no lo sea, pero para nuestro hijo sí, por eso reacciona llorando. Obviamente su desarrollo madurativo no es el mismo que el de los adultos y, aún así, a ningún adulto nos gustaría que nos dijesen que somos unos exagerados si lloramos ante algo que nos afecta. Debemos validar las emociones de los niños y no restarles importancia o menospreciarlas. Igual que en el caso anterior, al decir frases de este tipo estamos seleccionando por qué deben llorar y por qué no, algo que no debe ser así. La alternativa es preguntarles cómo podemos ayudarles, qué les preocupa y que se sientan escuchados.

¡Siempre llorando, no sabes hacer otra cosa!
Si utilizamos a menudo frases de este tipo con los niños, conseguiremos que acaben reprimiendo sus emociones y entendiendo que el llanto es algo negativo que debe evitarse o esconderse. Además, frases como esta menoscaban bastante la autoestima y lanzan el mensaje de que no saben afrontar las cosas y por eso lloran. No es buena idea utilizarla para calmar el llanto de un niño.
