Las siete actitudes de los padres que son más tóxicas para los niños, según Álvaro Bilbao

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao enumera, explica y aporta soluciones para las que, en su opinión, son las siete actitudes habituales en padres y madres que pueden resultar tóxicas para los niños.
Síndrome de Burnout parental, ¿también en vacaciones? Consejos para evitarlo

No suele el tono habitual de las publicaciones de Álvaro Bilbao, que es honesto y directo pero quizá no tanto como lo ha sido en su último post, donde enumera y explica siete actitudes de los adultos que son tóxicas para los niños.

El neuropsicólogo asegura que no cree que existan personas tóxicas pero sí actitudes que lo pueden llegar a ser. “A veces resulta difícil demostrar de forma sana todo nuestro amor”, dice Bilbao.

El especialista en el cerebro del niño y en salud emocional dice que son tóxicas las siguientes actitudes habituales entre los padres y madres: sobreexigencia, sobreprotección, crítica, necesidad de poder, abnegación, victimismo e imprevisibilidad.

Tan habituales son, y esto es opinión personal, que es muy probable que te veas identificada en alguna de ellas; incluso un poquito de allí y otro poquito de allá.

Madre cansada

Así describe cada una de las actitudes Álvaro Bilbao

En su post, pese al tono crítico del mismo, como es costumbre en sus textos divulgativos, Álvaro Bilbao no solo explica en qué consiste cada una de estas actitudes, sino que ofrece ejemplos concretos y posibles soluciones para cada una de ellas.

Las repasamos una a una a continuación.

Sobreexigencia

Álvaro Bilbao explica que el perfeccionismo “es la dificultad para estar satisfecho con las cosas”. Según el experto, “el padre exigente siempre quiere más generando estrés, ansiedad y baja autoestima en sus hijos”. El mensaje que da es que no es suficiente para él o ella, y pone el siguiente ejemplo cotidiano: “ Está bien, pero yo le pondría más verde aquí”.

Para reducir el impacto de esta actitud, Bilbao lo tiene claro: “Acéptalo. Tú no eres perfecto y tus hijos tampoco lo serán. Reduce tu nivel de exigencia y ayúdales a hacer algo que a ti te cuesta tanto…”.

Exigencia extrema en los hijos

Sobreprotección

El neuropsicólogo describe a este tipo de madre o padre como una persona cuya “principal función en la vida es que sus hijos no sufran”. Esto hace, añade, “que les cueste desarrollar sus habilidades, confianza y desarrollar sus propios límites y confianza”.

Es un mensaje al menor de que él no puede solo el que emitimos. “Antes de ayudar a tus hijos piensa si realmente lo necesitan. La principal tarea del padre sobreprotector es aprender a confiar en sus hijos. Aprende a echarte a un lado y confiar”, apunta Álvaro Bilbao.

Crítica

“La crítica constante es una de las actitudes más peligrosas porque destrozan el autoestima de los demás”, asegura Álvaro Bilbao. El mensaje que damos a nuestros hijos si somos así es que no nos gusta como es. Y un ejemplo son las frases “eres un llorón” o “eres un desobediente”.

Para reducir el impacto de esta actitud tóxica, Álvaro Bilbao aconseja “aprender a quererse a él o ella mismo tal y como es, o al menos no transmitir esa sensación de falta de valor a sus hijos”. El experto recalca la importancia de felicitar, “sin añadir crítica al final”, a nuestros peques cuando hacen algo bien.

Necesidad de poder

Según Álvaro Bilbao, “la persona con alta necesidad de poder tiende a necesitar que todos obedezcan para sentirse seguros”, lo cual hace, con frecuencia, añade el neuropsicólogo, “que sus hijos se sientan impotentes y utilizados”.

El mensaje que se emite en este caso es que la prioridad es nuestra necesidad de sentirnos poderosos por encima de los sentimientos del niño. A este tipo de padres y madres, Álvaro Bilbao les dice lo siguiente: “su necesidad de dirigir a los demás viene de no haber sido atendidos de pequeños y, al contrario de lo que hicieron con ellos, deben ayudar a sus hijos a sentirse atendidos e importantes”.

- Daniel Laflor

Abnegación

En quinto lugar, Álvaro Bilbao cita la abnegación como actitud tóxica para los niños. “El padre abnegado o sufridor siempre está trabajando y haciendo sacrificios por la familia. No enseña a sus hijos el valor de relajarse, sentirse bien o cuidar de uno mismo”, explica.

El mensaje que da a sus peques este tipo de padre o madre es que “en la vida hay que sufrir”, dice Bilbao, que les recomienda aprender a disfrutar. “Enseña a tus hijos que puedes pasártelo bien. Relájate, date ese gusto que tanto te apetece y, sobre todo, lo le hagas creer que la vida es solo sacrificio”, apostilla.

Victimismo

Para Álvaro Bilbao, el victimismo en los adultos en las desobediencias o conflictos es tóxico para los niños porque genera "genera un gran sentimiento de culpabilidad".

Según el neuropsicólogo, les estamos diciendo que son ellos los culpables de no seamos felices (“¡Vais a acabar conmigo!”), y por eso recomienda a este tipo de progenitores Que se “hagan mayores”. Álvaro Bilbao les dice que deben “entender que tiene que estar por encima de ese papel porque su labor no es lamentarse y mostrar su sufrimiento, sino educar a sus hijos de la mejor manera que puedan”.

Imprevisibilidad

La imprevisibilidad es la actitud tóxica más dañina de padres a hijos en opinión de Álvaro Bilbao. “Sus hijos nunca saben qué humor va a tener. Puede ser un ángel o un demonio. Provoca hipervigilancia, miedo y sensación de angustia”, asegura.

El neuropsicólogo invita a cambiar este tipo de actitudes por el bien de los niños. “Demostrar a sus hijos que pueden sentirse seguros a su lado. Reduce las fuentes de estrés y aprende a gestionarlo. Establece líneas rojas y no las pases”, concluye el neuropsicólogo. 

Recomendamos en