Álvaro Bilbao, sobre educar a los niños con mano dura: "Puedes provocar resentimiento hacia ti"

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao se pregunta si existe algo más eficaz para que los niños aprendan límites y el respeto por los demás que educar con mano dura. 
Castigo no es lo que le quitas, es el cariño que no le das

Álvaro Bilbao no es una referencia para todas las madres y padres de niños y niñas pequeños por casualidad. Sus frases y consejos siempre están argumentados desde el conocimiento científico, como neuropsicólogo que es, y desde su experiencia personal, dado que es padre de tres peques. En uno de sus últimos post en redes sociales, Bilbao reflexiona sobre por qué no debemos dejar que nuestros hijos nos “odien” por educarles con firmeza.

Se pregunta Álvaro Bilbao si puede haber algo más eficaz que educar con mano de hierro o mano dura para que los más pequeños de la casa aprendan las normas y a respetar a los demás. “Si, por supuesto que sí”, se autorresponde, profundizando en ello a continuación: “Los niños aprenden mejor cuando están relajados y conectados con sus padres”, dice.

La condición genérica entra en juego

El neuropsicólogo va un poco más allá de esta razón, y aporta un segundo argumento a tener en cuenta en el debate acerca de cómo educar a los niños y niñas: el condicionante genérico.

Al respecto, Álvaro Bilbao explica que “cuando educas a tus hijos con dureza puedes provocar resentimiento hacia ti”. El especialista en el funcionamiento del cerebro humano desarrolla esta idea de la siguiente manera: “Una reacción fisiológica en su cerebro que hace que sientan rechazo por todo lo que tiene que ver contigo”. Esta reacción, añade, puede ser consciente o inconsciente.

Y si piensas que puedes soportar y sobrellevar bien que tus hijos o hijas te “odien”, quizá te haga reflexionar este otro apunte en base a la evidencia científica que comparte Álvaro Bilbao: “Puede que puedas soportarlo, pero lo que seguro que no estás valorando es que un niño está compuesto un 50% por los genes de su mamá y un 50% por los genes de su papá”, asegura. 

“Y si le educas de tal forma que acabe sintiendo rechazo por ti siempre rechazarán ese 50% de ellos mismos que proviene de ti”, añade.

Amor, no solo firmeza

Por todo lo expuesto, Álvaro Bilbao señala que los límites no solo han de marcarse con la fuerza, la firmeza o la jerarquía propia de una relación clásica padre-hijo. “Los límites, siempre con firmeza y amor”, afirma. No solo de lo primero, también mucho de lo seguro, al menos tanto como de firmeza.

Y lo recomienda así el neuropsicólogo porque es esencial que quieras a sus padres para poder hacer lo propio consigo mismos. “Tus hijos merecen quererte porque solo así podrán quererse plenamente. No hagas que tus hijos te odien”, apostilla.

Para entender la importancia que tiene esto que explica el experto, es esencial, en su opinión, entender a nuestros hijos e hijas, acompañarles en su desarrollo emocional y ayudarles a sentirse bien con ellos mismos. “Y es que su desarrollo emocional es crucial para que sepan gestionar sus emociones cuando sean adultos”, concluye Álvaro Bilbao, que centra las reflexiones expuestas en esta pieza en padres y madres de niños y niñas entre los 5 y los 12 años de edad.

Recomendamos en