Cinco hábitos de crianza típicos de muchas familias que pueden estropear la vida de los niños

El psicólogo infantil Guillermo Cieza explica en un vídeo divulgativo cinco de los hábitos más típicos en madres y padres que pueden tener efectos muy negativos en sus hijos e hijas.
Discusión padre e hijo

“No siempre las mejores intenciones producen los mejores resultados”. Esta reflexión es del psicólogo infantil Guillermo Cieza, que dedica parte de su tiempo a la divulgación en redes sociales sobre aspectos relacionados con la crianza. Por ejemplo, a los hábitos, aspecto esencial de etapa de la vida según la mayoría de expertos.

Son esenciales los hábitos porque son factores clave en la evolución de nuestros hijos e hijas pequeños y también en la evolución de la vida de todo el núcleo familiar. En primer lugar, debemos tomar la decisión de qué tipo de hábitos inculcamos en los peques de la casa, porque damos por hecho que hábitos, queriendo o sin querer, se traspasan de generación en generación. Es inevitable.

Y en segundo lugar, y he aquí la cuestión, debemos ser conscientes de que hay hábitos que, por mucho que creamos que ayudan a nuestros hijos e hijas, les perjudican. Así lo aseguran muchos de los expertos y expertas a los que hemos dado voz en Ser Padres. Entre ellos, el psicólogo infantil Guillermo Cieza, que se atreve a afirmar que hay hábitos de crianza que pueden arruinar la vida de los niños y niñas.

Quizá no a arruinar, porque siempre estamos a tiempo de reflexionar y cambiar, y porque como seres autónomos que son, también pueden sobreponerse a lo aprendido, pero es cierto que son hábitos los que señala que tienen consecuencias negativas a nivel social y emocional en los peques de la casa.

Discusión padre e hijo - Getty Images/iStockphoto

Cinco hábitos que pueden estropear la vida a los niños

Los cinco hábitos de crianza típicos de muchas familias todavía en la actualidad que destaca Guillermo Cieza, fundador del Instituto para padres, son los siguientes:

  • Pedirles que no lloren: cuando le decimos a un niño o a una niña que no llore, puede que lo hagamos con nuestra mejor intención, pero los psicólogos infantiles advierten del peligro que este hábito conlleva. “Le estás pidiendo que no muestre sus emociones, que no calaice todo aquello que le está haciendo daño, su malestar, que se lo guarde”, apunta Guillermo Cieza.
  • Decirle que no puede: este hábito es también muy habitual de padres a hijos, incluso inevitable que nos salga de primeras en muchas ocasiones, pero debemos trabajar por evitarlo, por contenernos el impulso, porque estamos limitando la autonomía y confianza en sí mismos de nuestros hijos e hijas. “En lugar de decirle que no puede, con amor y paciencia, enséñale cómo hacerlo, y si crees que, al realizar determinada actividad, se puede hacer daño, enséñale a tomar precauciones”, aconseja el psicólogo infantil.

En este sentido, Guillermo Cieza también invita a evitar el “cuidado que te vas a caer” y frases así cuando los niños y niñas han empezado una acción. Aconseja acompañar para evitar daños mayores, pero evitando desconcentrarles. “De estar enfocado en la meta, se enfoca en la desgracia, en la caída”, dice. “Aumentan drásticamente las probabilidades de caer porque nuestros resultados están estrechamente ligados a nuestro foco de atención”, agrega al respecto el psicólogo infantil.

  • Comparar: comparar a nuestros hijos e hijas con otros peques, ya sean hermanos, primos o compañeros de clase, “puede hacer que asimilen el mensaje de que no le aceptan tal y como es o que se quiere más a esa otra persona con el que se le compara”, reflexiona Guillermo Cieza.
  • Amenazar con la otra figura paterna o materna: el cuarto hábito negativo que destaca el psicólogo es cuando amenazamos a nuestros hijos e hijas no ya con un castigo, sino con advertirle de que “verás cuando se entere tu padre/madre”. “Te recomiendo eliminar cuanto antes este mal hábito porque les estás dando a entender que no tienes autoridad y de que su otro papá o mamá es una persona castigadora”, dice Cieza.
  • Obligar a socializar: el besito en la mejilla o mandarles solos cuando necesitan acompañamiento son dos gestos que podemos hacer con buena intención pero que dañan a nuestros peques porque les estamos obligando a socializar de un modo que, a lo mejor, no desean. “Sus decisiones no son tomadas en cuenta y no tienen autonomía corporal, y que las necesidades de los adultos están por encima de las de los niños”, afirma Guillermo Cieza.

El psicólogo infantil recuerda que “los hábitos nos gobiernan” y que “la forma como nos llevamos con nuestra pareja, cómo criamos a nuestros hijos, el tipo de alimentación que tenemos, etc, son dirigidos por nuestros hábitos”. Inculcarlos, concluye Guillermo Cieza, “toma tiempo y paciencia”.

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