Estas son las cinco prácticas tóxicas más habituales en la crianza de los niños según una psicóloga

La psicoterapeuta Milena González expone cuáles son, en su opinión, las cinco prácticas tóxicas más habituales en la crianza de los niños.
niños y niñas

Milena González es psicoterapeuta y escritora, divulgadora además en redes sociales sobre cuestiones emocionales que tienen que ver directamente con la crianza y la infancia. En uno de sus últimos post publicados en su cuenta de Instagram, @unamamapsicologa, reflexiona sobre las actitudes o prácticas tóxicas que los adultos cometemos en la crianza de nuestros hijos e hijas más a menudo.

Asegura Milena González que “no se trata de caminar la crianza de puntillas sin cometer errores porque la realidad es que nos vamos a equivocar incluso cuando tenemos una mayor consciencia de la importancia de los buenos tratos”. Lo dice porque reconoce que ella también ha gritado a sus hijos, ha condicionado sin ser consciente de ello su amor o disponibilidad hacia ellos, ha manejado altas expectativas sobre su comportamiento y los ha criticado en medio de su frustración.

En lo que incide la psicóloga en promover una educación “basada en los buenos tratos”, sin prácticas tóxicas como las citadas en el día a día de la crianza, “y mucho menos justificarlas”. Este último matiz es importante: dado que alguna vez llevarás a cabo una de estas prácticas, la clave es saber reconocerlas y no justificarlas, en opinión de la experta.

Y es que Milena González tiene claro que “no existe una forma amorosa de hacerle daño a otra persona y menos a nuestros hijos”.

Estas son las cinco prácticas tóxicas más habituales en la crianza

Una vez expuesto el contexto de la publicación de la psicóloga, es el momento de profundizar y concretar cuáles son las prácticas tóxicas en la crianza que ella considera que son más habituales entre los adultos. Son las siguientes:

Descripción de la imagen - Getty Images

Criticar y buscar culpables constantemente

Critica Milena González que los padres y madres valoremos solo los resultados, nos centremos “repetidamente” en los fallos y en los errores y que no reconozcamos el esfuerzo de nuestros hijos y en nosotros mismos también.

Pone un ejemplo para ilustrar está práctica, cuando un niño nos dice que ha aprobado un examen y le decimos algo parecido a lo siguiente: “Si es que no esperaba menos de ti. No tienes ninguna responsabilidad en la vida. Si no es porque te dije que te iba a castigar, no apruebas”.

No respetar los límites personales del niño/a sólo porque es pequeño

Milena González cree que es muy habitual entre los adultos la práctica tóxica de “forzar al niño a hacer cosas que no quiere” y “no aceptar un no por respuesta”, ignorando su opinión, sin tener en cuenta lo que quiere y piensa.

Pone el siguiente ejemplo la psicoterapeuta: ·“Vas ya mismo a darle el juguete… porque si no lo haces yo misma me encargo de dárselo aunque chilles y te olvidas de juguetes por un buen tiempo”.

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Amor con condiciones

La tercera práctica tóxica en la crianza de la que habla Milena Gonzáles es “tratar con indiferencia y amenazar al niño por expresar sus emociones o cuando no hace inmediatamente lo que se pide”. Es, también, condicionar el amor hacia ellos.

Por ejemplo, cuando lloran y creemos que no tienen por qué hacerlo. “Si no dejas de llorar ya mismo me voy y te dejo sola/o”.

Castigos constantes

Critica Milena González esas prácticas familiares en la crianza basadas en “no ver más allá del mal comportamiento”. Habla de “aislar, pegar, gritar y amenazar constantemente el niño/a cuando tiene un comportamiento errado” como uno de los cinco hábitos más tóxicos en el día a día de la crianza.

Dicho de otro modo, “decir constantemente lo que no se debe hacer sin enseñar lo que sí puede/debe hacer”, apunta González, que pone este ejemplo concreto: “Un solo golpe y te vas a acordar toda tu vida de no volverlo a hacerlo…”.

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Exigir constantemente que las cosas se hagan “bien” (perfectas)

En opinión de Milena González, “ignorar que los niños son personas en proceso de aprendizaje y que necesiten tiempo y práctica” es un grave error, una práctica tóxica.

También lo es, asegura, “esperar que el niño aprenda rápidamente y luego lo haga sin preguntar y sin ayuda”, y “enseñar sin paciencia y luego criticar porque el niño/a tiene miedo de equivocarse”, concluye la psicoterapeuta.

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