La vacuna frente a la hepatitis B lleva incluida en los calendarios vacunales infantiles de todas las comunidades autónomas desde hace muchos años. En España la incidencia de la infección por virus de la hepatitis B es muy baja y cada vez mayor desde la introducción de la vacuna.

Se trata de una vacuna que se administra a los 2, 4 y 11 meses de vida, cubriendo de esta forma la enfermedad de una forma efectiva. Cuanto más pequeños son los niños contagiados mayor es el riesgo de desarrollar una forma crónica de hepatitis y por eso la importancia de vacunar lo más pronto posible.
Hace unos años se administraba al nacimiento, pero gracias a las elevadas coberturas ya no es necesario administrarla en ese momento y se reserva para casos muy contados (madre con enfermedad activa frente a hepatitis B y por tanto elevado riesgo de transmisión vertical).
En algunas comunidades autónomas se ha incluido una forma combinada de vacuna que aglutina tanto el virus de la hepatitis B como el virus de la hepatitis A. Este último es menos frecuente en España, pero debido al aumento de la inmigración y los viajes internacionales hay un mayor riesgo de transmisión. Se recomienda a las familias que en caso de viajar a países con elevada endemicidad de la enfermedad por virus A administren la vacuna antes del viaje: siempre en mayores de 12 meses y si puede ser 6 meses antes del viaje (se necesitan dos dosis con un intervalo mínimo de 6 meses).
Además del control mediante vacunación podemos añadir una serie de recomendaciones para disminuir el riesgo de adquirir una hepatitis:

- Adecuada higiene de manos y consumo de agua potable para disminuir el riesgo de contagio por virus de la hepatitis A.
- Control serológico prenatal: es importante que antes de intentar buscar un embarazo se haga un estudio serológico tanto al padre como a la madre que puedan detectar formas asintomáticas de hepatitis y por tanto se puedan tomar medidas en el momento del parto para reducir al máximo el riesgo de transmisión.

- Manejo adecuado y racional de los medicamentos. La intoxicación por dosis altas de paracetamol es la intoxicación medicamentosa que con más frecuencia causa hepatitis agudas fulminantes. Seguir las indicaciones del pediatra, evitar la automedicación y utilizar lo menos posible paracetamol pueden ayudar a disminuir el riesgo de formas graves de hepatitis medicamentosa.
Si seguimos estas sencillas recomendaciones conseguiremos disminuir al máximo el riesgo de desarrollar hepatitis y consecuentemente el riesgo de secuelas por las formas crónicas que pueden aparecer en ocasiones.