Dos pediatras explican en qué consisten los principales tipos de trastornos de sueño infantil

Más de un 25% de los niños experimenta una alteración importante del sueño en algún momento, aseguran dos pediatras del Hospital General Gregorio Marañón.
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“Los trastornos del sueño son uno de los principales problemas que manifiestan los padres en las consultas: más de un 25% de los niños experimenta un trastorno importante de sueño en algún momento”, aseguran Estíbaliz Barredo Valderrama y Concepción Miranda Hererro, pediatras del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

En un informe titulado “Trastornos del sueño en la infancia: clasificación, diagnóstico y tratamiento” publicado en la revista “Anales de pediatría continuada”, estas alteraciones a la hora de dormir tienen consecuencias importantes tanto para los niños que las sufren como para sus padres, por lo que es importante detectarlas a tiempo para que se traten adecuadamente desde la atención primaria o especializada, si así lo requiere.

Alteraciones del ánimo, hiperactividad, problemas de conducta, falta de control de impulsos, somnolencia diurna excesiva, además de déficits cognitivos que conllevan problemas escolares y de aprendizaje son algunas de las nefastas consecuencias que lleva la falta de un descanso adecuado.

Según explican las mismas pediatras, los diferentes tipos de trastornos de sueño infantil incluyen las siguientes categorías que detallamos a continuación

Clasificación de los Trastornos de Sueño Infantil

La siguiente clasificación se centra en las enfermedades del sueño y valora los síntomas principales de éstas.  Además, también te puede interesar conocer cómo los trastornos del sueño más comunes en niños evolucionan con la edad según explica el neuropediatra Manuel Antonio Fernández en Ser Padres.

Insomnio

El insomnio se define como la dificultad reiterada de iniciar y/o mantener el sueño. Según algunos estudios afecta a un 30% de los niños entre 6 meses y 5 años. En el 5% de los casos se produce por causas médicas y en el 25% restante es de origen conductual.

Según afirman Barredo Valderrama y Miranda Herrero, el insomnio en la infancia se produce, en la mayoría de los casos por factores conductuales como, por ejemplo, una higiene de sueño inadecuada.

Bebé durmiendo - Getty Images

Parasomnias

Son trastornos de la conducta o comportamientos anómalos que tienen lugar durante el sueño o en la transición sueño-vigilia que pueden llegar a perturbarlo. En esta categoría se incluye el sonambulismo y los terrores nocturnos. El sonambulismo tiene una prevalencia del 15% entre los 3 y 15 años, las pesadillas entre el 10 y 50% entre los 3 a 5 años y el menos frecuente es el terror nocturno con una prevalencia estimada del 1 al 5% a los 3 y 4 años.

Según la pediatras del Hospital Gregorio Marañón están relacionados con cierta inmadurez relativa del sistema nervioso central por lo que tienden a remitir con la edad. Por otra parte, tanto el sonambulismo como los terrores nocturnos también parecen estar relacionados con una predisposición genética.

Trastornos con movimientos rítmicos

Tienen una prevalencia del 59% en lactantes y disminuye al 5% a los 5 años. En niños con autismo y trastornos del neurodesarrollo, pueden persistir en el tiempo. Son movimientos rítmicos, estereotipados y repetitivos de balanceo de la cabeza o de todo el cuerpo asociados en ocasiones a ruidos guturales que se emplean durante la conciliación del sueño o durante este. Hay diferentes patrones descritos: head banging, head rolling, body rocking, body rolling. Suelen durar entre unos minutos y varias horas.

Una buena higiene de sueño es fundamental para niños y bebés, según los expertos. - Getty Images/iStockphoto

Síndrome de retraso de fase

Suele afectar a adolescentes y en estos casos, el retraso en el inicio del sueño y del despertar se relaciona con somnolencia diurna y dificultades escolares y sociales.

Síndrome de apnea del sueño

La prevalencia de este tipo de trastorno en niños de entre 4 y 5 años se estima entre el 0,7 al 3%, con una edad media de inicio de 34 meses. Se caracteriza por la presencia durante el sueño de episodios de obstrucción total o parcial del flujo aéreo en la vía aérea alta, lo que provoca alteración de la ventilación normal durante el sueño y como consecuencia desestructuración del sueño. Las apneas deben durar al menos 10 segundos para ser consideradas tales. Producen ronquidos y microdespertares lo que que fragmentan el sueño, originando un sueño intranquilo. Esto supone somnolencia diurna, cansancio, cefaleas, irritabilidad, hiperactividad y peor rendimiento escolar.

Por último, las pediatras del Hospital Gregorio Marañón explican que a la hora de evaluar en consulta un posible trastorno del sueño, es fundamental la anamnesis (información aportada por el paciente y otros testimonios para confeccionar su historial médico) y la exploración física. En casos concretos, se podría completar el estudio con diversas pruebas complementarias. 

Una vez los padres entienden y comprenden los trastornos del sueño en los niños, pueden comenzar a aplicar una serie de pautas para solucionarlos. Pero la consulta previa a su pediatra, es fundamental.

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