Sabemos que la crianza de los hijos, en ocasiones, provoca agobios y algo de desesperación. Pero, ante esto solo tenemos que decir que hace falta mucha paciencia y que, como todo, acabará pasando. A lo largo del desarrollo emocional, los niños pasarán por algunas crisis madurativas que provocarán en ellos incapacidad para gestionar sentimientos nuevos a los que se enfrentan.
Lo hacen con las herramientas que, hasta ese momento, tienen a su alcance: los gritos, el llanto, la tristeza... Nosotros, como padres, hemos de proporcionar poco a poco esas armas para que vayan recorriendo el camino hacia la madurez emocional que acabará llegando en la etapa adulta.

Saber qué le pasa a tu hijo a veces es complicado. Piensas que tienen suplidas todas sus necesidades básicas pero, aun con esas, te encuentras ante un niño apático, que a veces llora, que se enfada y tiene rabietas de manera rutinaria... Y solo se te ocurre pensar una cosa: "ojalá pudiera leer su mente para saber qué pasa por ella". De momento no tenemos poderes paranormales, pero sabemos, más o menos, cuál es el comportamiento infantil y queremos ayudarte con ello.
"Si no sabes qué le pasa, lo mejor es acercarse desde la ignorancia, pero con la predisposición de estar a su lado para que, poco a poco, vaya pasando por su particular montaña rusa emocional", recomienda la psicóloga Lourdes Garoz. Y es que, advierte, no hay una única expresión de las emociones, al igual que no hay una forma exclusiva de resolverlas o gestionarlas. No debemos obsesionarnos por interpretar, ya que las emociones, en niños de 2 a 6 años, aparecen desordenadas y mezcladas.
¿Qué le pasa al niño cuando llora?
“Lo primero es no alarmarnos, ya que el llanto es una emoción que ayuda a sentir el alivio por algo que ha pasado. Hay que mantenerse tranquilo y permitir que lloren”, afirma la psicóloga. Si se manifiesta la emoción de tristeza es necesario acompañarles, ya que, como nos explica, “a veces el origen no es lo más importante. Lo que se va a quedar en su cerebro es qué ocurrió a su alrededor, cómo respondieron sus padres cuando se sintió así”. Así, permitiéndoles estar tristes, aprenden que no es malo sentirse de este modo, porque recibieron consuelo.
¿Muy nervioso o muy callado?
En estos casos, debemos observar si son momentos puntuales o si, habitualmente, se siente así. Si este es el caso, “habría que mirar si está ocurriendo algo en el entorno que pueda estar generándole estas emociones”. También debemos tener en cuenta que puede estar más nervioso porque siente curiosidad por explorar. Tampoco deben saltar las alarmas si se muestra muy callado. “Puede ser timidez y nuestro papel es el de acompañarle en estas dificultades apoyándole cuando habla, alegrándonos por sus logros, ayudándole a poner palabras cuando no sabe qué decir”.
Ayúdalo a identificar sus emociones
Una de las claves, quizás la más importante, para saber qué es lo que le pasa a tu peque es que él pueda ser consciente de lo que está atravesando ¿Verdad que sería genial que ellos mismos nos contaran por qué hicieron esa rabieta? No, no es imposible. Podemos educarlos desde pequeños para estimular su inteligencia emocional.
Aquí te dejamos algunos consejos para ayudar a tu peque a identificar sus emociones:
- Utiliza frecuentemente en casa un vocabulario emocional. Enséñale palabras para describir sus emociones. Cuanto más amplio sea su repertorio emocional, mejor podrá expresarse. Es decir, mientras más puedan explicar sus emociones mediante palabras, menos las expresarán a través de su comportamiento. Puedes acompañarte de libros o cuentos que aborden emociones como recurso.
- No olvides que los adultos de casa también debemos expresar las emociones de manera adecuada para servir como modelo. Por ejemplo, si estás frustrado, explícale cómo te sientes y cómo intentas calmarte. Los niños aprenden mucho al observar a sus padres.
- Señala emociones en situaciones cotidianas. Cuando estén juntos, comenta las emociones que estás experimentando o que observas en otros. Por ejemplo, "hoy me siento muy feliz porque es un día soleado" o "mira cómo está sonriendo tu amigo, parece que se siente contento”.
- Utiliza juegos y actividades que lo ayuden a identificar las emociones. Puedes jugar al juego de las emociones, donde actúan diferentes emociones y él tiene que adivinar cuál es. También puedes usar fichas o tarjetas con caras que representen emociones y hablar sobre cómo se sienten en diferentes situaciones.