La neurociencia es la especialidad que investiga el funcionamiento del sistema nervioso, con especial atención al cerebro. En los últimos veinte años, sus descubrimientos han supuesto una revolución para la educación, tanto en el ámbito de los centros educativos como en el familiar. Ha sido así por todo lo que nos ha enseñado sobre el cerebro de los niños.
A partir de los avances de la neurociencia se han desarrollado ramas específicas de la psicología y la docencia. En ellas encajan algunos de los divulgadores más conocidos sobre crianza e infancia en nuestro país, como es el caso de Álvaro Bilbao.
Gracias a lo que ahora sabemos sobre el cerebro, por la neurociencia, podemos hablar de neuroeducación, neuropsicología o neuropediatra. Todas integran dentro de sus amplias disciplinas los conocimientos neurocientíficos sobre cómo funciona y trabaja el cerebro desde la infancia.
Esto es, saber tanto del cerebro de los niños supone un impacto positivo para docentes, psicólogos y pediatras. Y también para los padres, aunque muchos todavía son reacios a evolucionar en la forma de educar a sus hijos e hijas con respecto a cómo les educaron a ellos y ellas. Cada vez menos, afortunadamente.
Y es que es la neurociencia la que nos está diciendo cosas claves acerca de nuestro cerebro. Cuestiones si cabe más importantes en la infancia.
Aprendizajes gracias a la neurociencia
A continuación, compartimos cinco detalles muy concretos de lo que la neurociencia nos ha enseñado acerca del cerebro de los niños.
Solo son cinco claves. Hay muchas más que podríamos destacar, pero estas tienen un impacto directo en el ámbito familiar porque pueden ayudar a entender a los adultos del grupo cómo la neurociencia les puede ayudar a lo largo de la crianza.

- Sistema nervioso incompleto: sabemos gracias a la neurociencia que nacemos con el sistema nervioso incompleto, que está en desarrollo hasta la adolescencia. Después, la velocidad de desarrollo se frena notablemente. Esto explica por qué, por ejemplo, nos cuesta reconocer nuestras emociones en la infancia.
- La memoria: la consolidación de la memoria es un proceso clave en el que el hipocampo, estructura del cerebro, tiene mucho que decir. Nos ha explicado la neurociencia que este área del cerebro se activa más si conectamos las zonas del cerebro donde se ponen en marcha las funciones ejecutivas y procesamientos complejos como el del análisis y la creatividad.
- Interacción social: la neurociencia también nos ha enseñado que los seres humanos, desde la infancia, aprendemos más y mejor cuando interactuamos con nuestros iguales, cuando cooperamos entre nosotros. El cerebro no se desarrolla tanto si nuestra vida se desarrolla en solitario.
- Emociones negativas: las emociones afectan en el funcionamiento del cerebro. Lo hacen las positivas, pero también las negativas. La neurociencia afirma que factores como el estrés o la tristeza perjudican a la corteza prefrontal del cerebro, que es la responsable de las funciones ejecutivas.
- Experiencias: la neurociencia también ha demostrado que el cerebro aprende más y mejor con las experiencias directas, a poder ser multisensoriales. Por este motivo, entre otros, la educación está tratando de dejar a un lado modelos antiguos como la clase magistral, o al menos, compaginar esta forma de enseñar con otras metodologías mucho más prácticas y activas.