La educación STEAM, el modelo que cada vez triunfa más en colegios e institutos

Estas son las líneas maestras de la metodología STEAM, una de las metodologías que está ayudando a evolucionar a la educación.
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Desde hace años, la educación busca evolucionar tras muchísimos años estancada en el modelo academicista o tradicional, donde la clase magistral y las materias estancas eran protagonistas, y donde la educación emocional y en valores apenas tenía peso con respecto a los contenidos. Mover a semejante mastodonte como es la vieja educación hacia un futuro acorde con lo que la ciencia avala no es sencillo, pero poco a poco está ocurriendo. Y es así gracias a nuevas metodologías, como es el caso de la educación STEAM.

Quizá hayas oído hablar de estas siglas, o las has leído en algún sitio. Pero es probable que no sepas lo que significa. STEAM condensa las siglas de un modelo educativo que apuesta por la interdisciplinariedad y, no menos importante, por poner a la misma altura las disciplinas artísticas que las científicas. De hecho, sus siglas, en inglés significan “Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas”.

El objetivo, a gran escala y grandes rasgos también, de la metodología STEAM es que el alumnado aprenda de manera empírica, con mucho peso para la resolución de problemas y el pensamiento crítico. Fomenta la creatividad, la reflexión y la capacidad para aplicar contenidos y aprendizajes en contextos prácticos y multidisciplinares.

Origen en Estados Unidos

El origen de la metodología STEAM hay que buscarlo en Estados Unidos. En concreto, en la Escuela de Diseño de Rhode Island, cuya metodología apostaba por la innovación a partir de la combinación de las cinco asignaturas o áreas.

Niña estudiando

Una de las formas en las que se materializa esta forma de entender y aplicar la enseñanza es a través de proyectos multidisciplinares que ponen en contacto las distintas áreas de aprendizajes. Conllevan estos trabajos un esfuerzo mayor para el equipo docente, que ha de coordinar sus contenidos, pero implica muchas ventajas para el alumnado. La principal, que la educación es mucho más atractivo por ese enfoque práctico y global que ofrece la metodología STEAM, donde las asignaturas no son estancas. Para esta metodología, no hay fronteras insalvables entre economía y lengua, entre arte y matemáticas.

Es más, entre los objetivos de la metodología STEAM está el aprendizaje de competencias que van más allá del ámbito educativo. Por ejemplo, el desarrollo de las habilidades sociales, el autoconocimiento, la autorregulación, o la autogestión, además de la citada resolución de problemas. Todas estas competencias también están reflejadas en las leyes educativas vigentes en nuestro país, por lo que STEAM encaja con un guante en el contexto educativo hacia el que desean caminar las instituciones educativas en España.

No confundir con STEM

Hay centros educativos, por ejemplo en la Comunidad de Madrid, que son centros STEM. No podemos confundir una metodología con otra, aunque tienen una fuerte vinculación.

En realidad, STEM es STEAM comparten su esencia, sus objetivos y su aplicación práctica en la educación, pero la primera deja fuera a las disciplinas artísticas, cosa que no hace la segunda, que las pone a la altura de las áreas científicas.

Niña leyendo

Ya en el 2007, la educadora estadounidense Georgette Yakman propuso incluir las artes en una época donde el humanismo se hacía cada vez más necesario en los distintos ámbitos de la vida. En la educación, las disciplinas artísticas siempre han caminado a la sombra (y detrás) de las científicas, pero en España se han dado pasos adelante en este sentido, como es el caso del denominado Bachillerato de Artes. La metodología STEAM, de aplicación global, va en esta línea.

Por supuesto, como otras metodologías educativas contemporáneas, STEAM también propone poner en el centro del proceso de aprendizaje al estudiante, al revés de lo que hacen las metodologías tradicionales. Esta filosofía también encaja en el contexto legal en el que se mueve la educación en España, donde quizá falta que una parte de los docentes se sume a la revolución educativa que proponen metodologías como estas, que tienen muy en cuenta cuestiones como el trabajo en equipo y la tecnología. 

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