El exitazo que supuso el estreno de ‘Del revés’ (‘Inside Out’), la película de Pixar (Disney) en cuyo guion participaron profesionales de la neuropsicología de gran prestigio, fue un antes y un después para la industria cultural infantil. Desde entonces, este perfil de profesionales ha tenido en la cultura una ventana más a la divulgación. Sobre todo ha ocurrido con la literatura, con numerosos cuentos para trabajar las emociones, pero también en la ficción audiovisual. Y el último ejemplo de ello es la serie de YouTube Pim Pam Pino, una producción española en clave Montessori en la que han colaborado pedagogos y educadores que está triunfando desde su estreno el pasado otoño.
Niños y niñas de tres años tienen en su vocabulario la palabra YouTube. Lo queramos o no, los tiempos han cambiado, y esta es una muestra más de ello. En esta plataforma no solo han crecido creadores de contenidos, streamers, muy populares para los adolescentes como El Rubius. También lo han hecho personajes infantiles que son toda una referencia para los más peques de la familia. Por ejemplo, Pocoyóó y otros dibujos gratis para bebés y niños pequeños que se pueden ver en YouTube.
Y es en YouTube donde siguen viendo muchos niños y niñas la televisión. Y donde la industria se sigue atreviendo a estrenar propuestas familiares innovadoras, como es el caso de Pim Pam Pino, la última serie infantil de dibujos de éxito en esta red. Una producción española en cuya creación han trabajado educadores y pedagogos.

La serie de inspiración Montessori
La serie, que es ideal para niños de hasta cinco años aproximadamente, según sus creadores, tiene en su estética su gran seña de identidad: diseños simples, colores que favorecen el descanso visual, un ritmo alejado de la sobreestimulación y enorme protagonismo de la música.
Creada por The Frank Barton Company, este diseño, en el que se incluye todo el universo de madera del mundo de Pim Pam Pino, está inspirada en la metodología Montessori “y otras corrientes educativas respetuosas en las que el niño se encuentra en el centro del proceso de aprendizaje donde juega, experimenta y desarrolla su imaginación”, apuntan sus creadores.
Estos se han inspirado en los juguetes de madera que los niños y niñas utilizan para crear sus propias historias. “Los niños utilizan piezas de madera para jugar mientras se inventan sus propias historias. Nosotros hemos ido creando Pim Pam Pino con esas mismas piezas, construyendo espacios a una escala pequeña y real, inventándonos nuevas figuras y personajes y juntando todo para crear un entorno amable en el que contar nuestras pequeñas historias”, asegura Walter Belenky, Director Creativo del proyecto en The Frank Barton Company.

Capítulos cortos y educativos
En apenas dos meses de historia, Pim Pam Pino acumula ya 40.000 suscriptores y más de 30 millones de visualizaciones en todo el mundo en sus canales de YouTube en inglés y en español.
La serie fue lanzada en colaboración con el popular canal de habla hispana El reino infantil, lo cual ayudó a difundir rápidamente a Pim Pam Pino, que esta Navidad ha regalado a los peques de la casa nuevos capítulos especiales —seis episodios—, como ya hiciera en Halloween.
Todos sus capítulos, como los de series de dibujos de éxito como Bluey —aunque pronto Bluey tendrá su película y dará el salto al cine y ya se estrenó un capítulo largo este año— o Peppa Pig, los capítulos de Pim Pam Pino son cortos, entre dos y cinco minutos; la mayoría de ellos, tres minutos como máximo.
Además, todos están centrados en cuestiones concretas del aprendizaje de los más pequeños de la casa. Por ejemplo, la importancia de las rutinas (la hora del baño, de la comida o de ir a dormir, entre otras...), las emociones, la comida o la alimentación saludable.

En definitiva, dejando a un lado el debate de las pantallas —ya sabes que las asociaciones pediátricas desaconsejan las pantallas en los niños menores de dos años—, si tu peque consume tecnología y televisión, la nueva serie viral española inspirada en el método Montessori, Pim Pam Pino, es una opción muy a tener en cuenta.