El hábito de un bebé para saber si va a ser una persona tímida o extrovertida

Este es el truco de James Clear, autor del bestseller ‘Hábitos atómicos’, para saber si un bebé será una persona tímida cuando crezca.
bebé

Hay un autor, especializado en formación de hábitos de larga duración, que tiene un truco para saber si un bebé recién nacido será una persona tímida cuando crezca o no. Hablamos de James Clear, que firma el bestseller Hábitos atomicos.

Cuenta el autor norteamericano que cada persona nace ya predispuesta con unas habilidades concretas. Son hábitos, dice Clear, vinculados a una alta carga genética, que se suman a la personalidad como los dos factores que definen cómo será un bebé cuando crezca. A medida que lo haga, eso sí, aunque esto lo especifica James Clear en sus libros, entrarán en juego también las circunstancias ambientales: las experiencias que viva y cómo le influya su entorno.

Pero, puntualizado esto, lo que nos interesa, al menos como curiosidad, de lo que expone James Clear, es lo que denomina dimensiones de la personalidad. En total, define hasta cinco distintas en el libro que ha ocupado lo más alto de las listas de ventas. Es decir, James Clear define hasta cinco espectros de la conducta. Lo hace en base a una antigua investigación de 1943, y los denomina ‘Big Five’.

Estos cinco espectros son los siguientes: apertura a la experiencia; responsabilidad; extroversión; amabilidad; y neuroticismo. De todos ellos, nos interesa especialmente el tercero para lo que nos ocupa en esta pieza: la extroversión, si alguien es activo y sociable o solitario y reservado.

El hábito que define la extroversión de un bebé

Para James Clear, las cinco dimensiones de la personalidad descritas tienen un fundamento biológico. Por ello, considera el autor que la extroversión se puede “medir” o al menos conocer desde que las personas son recién nacidas.

bebé - Dejan Kolar

Para explicarlo, James Clear cita en su libro un experimento realizado con bebés en una habitación de hospital. Este experimento consistía en observar la reacción de los bebés cuando los investigadores reproducían un sonido alto al lado de la cuna de recién nacido.

Algunos bebés se daban entonces la vuelta, buscando el lado del origen del ruido, y otros hacían justo lo contrario, lo evitaban. Este estudio siguió con los años, comprobando que aquellos bebés que se giraban buscando el ruido eran más proclives a convertirse en personas extrovertidas. En cambio, quienes se giraban hacia el lado opuesto del que venía el ruido, tenían mayores probabilidades de ser tímidos.

No es más que un hábito concreto y una investigación, por lo que no se puede decir que haya consenso al respecto de la relación entre el gesto de un bebé y su carácter cuando crezca, pero no deja de ser curioso e interesante esto que afirma James Clear. Desde luego, lo que sí parece evidente es que en la timidez, el componente genético es importante.

Así lo afirman expertos como los del gabinete psicológico Investe: “Existe evidencia de que la timidez puede tener un componente genético. Algunas personas pueden tener una predisposición hereditaria a ser más tímidas o sensibles a situaciones sociales”, afirman. Eso sí, dejan claro al mismo tiempo que no es el único factor que afecta en la timidez, ya que también influyen cuestiones como el tipo de crianza y las experiencias que se van acumulando. 

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