Aunque nos saquen de nuestras casillas, las rabietas son comunes en los niños; especialmente en las edades más tempranas. Son comunes porque, alrededor de los dos años de edad, los pequeños comienzan a experimentar la necesidad de autoridad, y también algunas emociones que se alejan de las primarias (como la frustración o la injusticia). Pero, su cerero aún no está preparado para hacer frente a esas emociones y lo hacen como buenamente pueden: con llanto, gritos y pataletas.

- Getty Images
Las rabietas son, de hecho, uno de los motivos de consulta que más atiendo es a padres que no saben cómo afrontar las rabietas de sus hijos.
Existen miles de alternativas para sobrellevar esta situación, aunque algunas son más eficientes que otras. Desde mi experiencia como psicóloga infantil, suelo dar consejos y recomendaciones dependiendo de los contextos de cada familia. Sin embargo, existen dos trucos infalibles que sí o sí comento a todos los que quieran saber cómo hacer frente a este tema.
Ejercicio del globo para aprender a respirar

El primer paso para hacer frente a una rabieta es ayudar al niño a tranquilizarse. Es importante que un niño se calme antes de tratar de entender por qué se encuentra así. Si intentamos entender el motivo por el cual un niño está haciendo una rabieta, éste puede sentirse aún más frustrado y sus emociones pueden volverse más intensas.
Un truco para ayudar a un niño a que entre en calma cuando está atravesando una rabieta es el “ejercicio del globo”. Este ejercicio funciona muy bien tanto si estamos dentro o fuera de casa, ya que no necesitamos de materiales para realizarlo.
En este ejercicio el niño debe inhalar todo el aire que pueda hasta que infle completamente el pecho como si estuviera inflando un globo dentro de sí mismo. Deberá retener el aire lo más que pueda y, luego, deberá ir exhalando lentamente como si estuviera desinflando el globo. La respiración profunda ayudará al niño a sentirse más relajado y que sus emociones bajen de intensidad.
Es importante que los padres acompañen a sus hijos en este ejercicio, sobre todo si recién están aprendiendo esta técnica, para que puedan guiarlos en realizarlo correctamente y que los peques puedan entrar en calma de manera más rápida.
Proyectar las emociones en un vaso

Durante una rabieta, los niños pueden sentirse abrumados por la intensidad de sus emociones y, a veces, les puede resultar difícil identificar qué es lo que están sintiendo. Como sabemos, el primer paso ante una rabieta es tranquilizar al niño, pero el segundo paso es ayudarlo a identificar sus emociones.
Si un niño no aprende a reconocer qué es lo que siente, volverá a expresar sus emociones en rabietas. En cambio, si un niño sabe identificar sus emociones, será capaz de elegir expresarlas de una manera diferente. Es por ello la importancia de ayudar a nuestros peques a que entiendan exactamente qué es lo que están sintiendo cuando están frente a una rabieta.
Para ayudarlos a ello, podemos recurrir al “vaso de emociones”. Se trata de un vaso de plástico o cartón en donde, al rededor, están dibujadas todas las emociones básicas y que, además, se puede girar para enmarcar una de ellas en un recuadro. Así, el niño puede ir girando el vaso hasta encontrar la emoción que sienta en ese momento.
Este material, que suelo hacer al iniciar un tratamiento con niños, los ayuda a proyectar la emoción que están sintiendo de una manera más dinámica. Es una herramienta práctica que los padres pueden llevar consigo a donde vayan y que les facilitará ayudar a sus peques a identificar aquellas emociones no agradables que sienten cuando están en un rabieta.