Cómo detectar y atender a las necesidades de los niños con altas capacidades
Es importante reforzar y reconducir el aprendizaje de los niños con AACC lo antes posible y desde varios frentes, tanto el familiar como el escolar o el social
Existen ciertos mitos acerca de los niños con altas capacidades intelectuales. La creencia popular da por hecho que estos pequeños no necesitan ayuda porque aprenden más rápido que el resto, porque pueden memorizar en minutos lo que otros tardan horas o porque tienen habilidades intelectuales tempranas que otros de la misma edad desarrollan mucho más tarde. Sin embargo, este tipo de pensamiento les hacen flaco favor y a las alarmantes cifras de fracaso escolar nos remitimos. La Asociación Españolas para Altas Capacidades y Talentos (AEST), asegura que “un porcentaje significativo de los niños con bajo rendimiento, fracaso o abandono escolar corresponde a estudiantes con AACC”. La clave está en reconducir su rendimiento académico a tiempo para exprimir todo su potencial.

Altas capacidades
Sencillamente, hay que ver a estos niños como personas que tienen unas necesidades específicas que hay que detectar lo antes posible para darles una solución adecuada y ayudarles en el proceso de aprendizaje. En caso contrario, es posible que su conducta derive en falta de motivación, aburrimiento o frustración, consecuencia de una mala gestión educativa. Como siempre, la educación de un niño debe comenzar en casa, pero ¿cómo podemos ayudarles desde el núcleo familiar?
Cómo ayudar en la educación de un niño con altas capacidades desde casa
Lo primero que se debe hacer en estos casos es identificar y comprender las necesidades del pequeño. Esto incluye hablar con los profesores o pedir una evaluación psicológica para entender sus habilidades y áreas de interés. Sin embargo, para llegar a un correcto aprendizaje también se deben trabajar y reforzar otros aspectos desde casa. La experta en altas capacidades, Beatriz Belinchón, que está detrás de la cuenta divulgativa @hijos_con_altas_capacidades, asegura que la parte emocional e intelectual deben ir de la mano, dando preferencia absoluta a la primera. Por eso, hace hincapié en los siguientes aspectos:
1. No tratar a estos niños como adultos: La avanzada inteligencia de estos niños hace que, en ocasiones, creamos que son pequeños adultos. Sin embargo, nunca podemos olvidar que siguen siendo niños y sintiendo como tal. Se pueden equivocar y también en esos momentos deberán recibir nuestro amor incondicional.
2. Responsabilidad afectiva: Habrá que hacerles responsables de sus conductas, pero siempre validando sus emociones para que aprendan, poco a poco, a gestionarlas y trabajarlas.
3. Vigilar la alimentación: Es muy posible que su sobreexcitabilidad intelectual pueda tener efecto directo con el aparato digestivo, el sistema inmunitario o la piel (acné, dermatitis, piel atópica, somatización de los nervios, cefaleas, intolerancias alimentarias…).
4. No proyectar nuestras altas expectativas en ellos: De esa manera, podrían convertirse en creencias limitantes. Se trata de hacerles ver el valor del esfuerzo (algo que no les suele hacer falta), de la constancia, de volver a intentarlo, frustrarse e intentarlo de nuevo. En estas experiencias es donde está la oportunidad de aprendizaje y crecimiento.
5. Respetar su autonomía: Demos a los niños con AACC la oportunidad de resolver sus problemas o, al menos, intentarlo, para que vean lo capaces que son.
6. Reforzar el lenguaje positivo: Este aspecto mejorará también el lenguaje con el que se hablan a sí mismos y ayudará a poner el foco en las cosas buenas.
7. Trabajar la autoestima: La aceptación de uno mismo es un tema en el que se debe profundizar y trabajar, cuanto más pequeños, mejor. El objetivo no es otro que ahorrarles dificultades que puedan ir desarrollando, atendiendo a sus tiempos y ritmos madurativos (disincronías), que habrá que aprender a respetar.

Altas capacidades
En este contexto, es vital adaptar la educación en la etapa escolar a las características y peculiaridades de cada niño. Están reconocidos legalmente como alumnos con necesidades específicas que precisan una atención distinta al resto para lograr el pleno desarrollo de sus capacidades. Por eso, es importante que los profesores conozcan qué es la superdotación intelectual, cómo se manifiesta y cómo intervenir de forma efectiva.
Cómo abordar la educación de un niño con AACC en el colegio
El protocolo de actuación comenzaría por una detección temprana para poder realizar más tarde una intervención. La aceleración, el agrupamiento y el enriquecimiento curricular, junto con otras técnicas de dinámica de grupos, trabajo cooperativo o trabajo en proyectos, son las principales medidas que se toman con este tipo de alumnos. Veamos en qué consiste cada una:
1. Aceleración: Esta medida consiste en adelantar al alumno de uno o más cursos, en una o varias materias. La aceleración facilita al alumno el acceso a los contenidos para una edad más avanzada y solo debe adoptarse siempre y cuando las medidas anteriores sean insuficientes. No solo hay que valorar las capacidades cognitivas, también hay que tener en cuenta su desarrollo emocional y social, ya que puede derivar en dificultades en cuanto a las relaciones personales con sus compañeros de clase. Aunque a nivel intelectual estén más avanzados, no siempre lo están a nivel emocional y madurativo.
2. Agrupamiento: Esta estrategia consiste en agrupar a los alumnos con altas capacidades que presenten características similares, modificando en cada caso los contenidos curriculares. El agrupamiento puede ser total, realizado en escuelas especiales o aulas específicas de cada centro, o parcial, en la que el alumno solo abandonará su clase durante un tiempo para asistir a un aula de apoyo. Esta opción suele ser efectiva y conlleva ventajas como el hecho de que el niño podrá volver con sus compañeros sin afectar a su desarrollo social y emocional. Sin embargo, muchas veces tiende a rechazarse por considerarse una medida segregadora.
3. Programas de enriquecimiento curricular: No se trata de adelantar contenidos de cursos superiores, sino de enriquecer y ampliar los contenidos de la materia a tratar. La estrategia más utilizada para este fin es diseñar programas específicos que se ajusten a las necesidades de cada alumno, teniendo en cuenta sus características personales, familiares, escolares y sociales. Esta medida integradora tiene la ventaja de que el alumno trabaja y permanece junto a sus compañeros de clase, por lo que no notará tanto un trato diferente con respecto a ellos.
4. Otros medios: La propia escuela también puede ayudar al niño con altas capacidades especiales ofreciéndole actividades de investigación sobre un determinado tema o un problema real, juegos de simulación, proyectos en los que tenga total libertad para investigar y desarrollar y otros proyectos transversales y multidisciplinares relacionados con diferentes áreas. Además, pueden poner a su disposición la posibilidad de realizar un periódico escolar, un programa de radio, publicar un blog, una obra de teatro, el mantenimiento del laboratorio o el aula de informática, participar en eventos académicos… Lo importante, en definitiva, será la creación de nuevos recursos para que florezca todo el potencial de estos niños, diseñando cada actividad con constancia y preparación previa por parte del docente.