La participación activa de los padres en la crianza y educación de sus hijos es crucial para el desarrollo general de los niños. Sin embargo, en la sociedad actual, es cada vez más común encontrar padres ausentes en la vida de sus hijos. Lo grave es que esta ausencia puede tener consecuencias significativas.

Para educar debemos estar presentes. El tiempo que los padres dedican a sus hijos les hace sentirse queridos, importantes y valiosos. Si es necesario cubrir las necesidades económicas de nuestros hijos, cubrir las necesidades emocionales es de vital importancia, ya que les aporta estabilidad, confianza, seguridad y mejora su autoestima; reafirma su posición en el núcleo familiar, mejora los vínculos afectivos y la comunicación.
En la crianza de los hijos, nos encontramos con diversos tipos de padres, y entre ellos, existe un grupo conocido como padres ausentes. Estos padres y/o madres optan por delegar la educación de sus hijos a terceras personas por una variedad de motivos.
¿Cuáles son los tipos de padres ausentes?

- Padres/madres voluntariamente ausentes. Desaparecen tras la separación o el divorcio, se desentienden de sus hijos, generando en ellos inseguridad, sentimiento de culpabilidad, rabia y malestar emocional.
- Padres/madres involuntariamente ausentes. Padres o madres que permanecen fuera del hogar por motivos laborales. Se pueden tomar medidas para que la ausencia les afecte lo menos posible.
- Padres/madres emocionalmente ausentes. Aquellos que están físicamente presentes pero no ejercen su función parental. No sienten la necesidad de implicarse activamente en el día a día de sus hijos. No están cuando necesitan un elogio o una reprimenda. Por ello, pueden llegar a ser inmaduros e inseguros, o distantes e inaccesibles. La ausencia psicológica es más difícil de explicar y de entender que la ausencia física, asimismo es más dañina y difícil de superar.

- Padres ausentes a causa de madres absorbentes. El padre es apartado debido a una madre absorbente que no le permite participar en la educación de los hijos. Muchas veces no son conscientes de que relegan al padre a un segundo plano.
¿Qué consecuencias trae consigo la ausencia parental?
La ausencia de los padres en la educación y crianza de sus hijos, especialmente cuando es injustificada, puede tener numerosas consecuencias negativas en el desarrollo emocional y social de los niños:
- Desconfianza, inseguridad y desapego en relaciones futuras: los niños pueden experimentar inseguridad emocional y tener problemas para confiar en los demás, ya sea en relaciones de amistad o de pareja. Además, la falta de una figura parental presente puede llevar a un sentimiento de desapego emocional y dificultades para establecer vínculos profundos y duraderos.
- Dependencia emocional y/o relaciones tóxicas: la ausencia parental puede generar una fuerte necesidad de encontrar afecto y seguridad emocional en otros, lo que puede llevar a la dependencia emocional. Los niños pueden buscar relaciones cercanas de manera desesperada, temiendo quedarse solos o abandonados. Incluso, esta dependencia puede conducir a relaciones tóxicas en las que aceptan comportamientos dañinos por miedo a estar solos.

- Baja autoestima, falta de confianza, miedo y frustración: la ausencia de una figura parental presente puede impactar negativamente en la autoestima y la confianza en sí mismo de un niño. Pueden desarrollar una imagen negativa de sí mismos y experimentar miedo y frustración al enfrentarse a desafíos sin el apoyo y la guía de un padre o una madre. Esta falta de confianza en sus habilidades puede limitar su crecimiento personal y su capacidad para enfrentar los desafíos de la vida.
- Indisciplina y falta de voluntad: la ausencia de una figura parental que establezca límites claros y brinde orientación puede llevar a la indisciplina y la falta de voluntad en los niños. La falta de una estructura sólida y la ausencia de una figura de autoridad pueden dificultar la capacidad del niño para establecer metas.
- Poca tolerancia para seguir las normas o problemas con la autoridad: sin un padre presente que modele y enseñe la importancia de seguir normas y respetar la autoridad puede dar lugar a una falta de tolerancia hacia las reglas y dificultades en la relación con la autoridad. Los niños pueden resistirse a seguir instrucciones y mostrar una actitud de rebeldía o desafío hacia las figuras de autoridad.