Cinco rutinas que hacen más felices a los niños, según la neurociencia

Hay rutinas avaladas por la neurociencia que contribuyen positivamente a la felicidad de los niños. Nosotros te contamos algunas de ellas para que las pongas en práctica lo antes posible.
niño feliz

La neurociencia no solo nos ayuda a entender el funcionamiento del cerebro, sino que nos da algunas pautas de gran ayuda para contribuir positivamente a nuestra felicidad y, sobre todo, a la de nuestros hijos.

Algo especialmente importante si hablamos de los padres de niños pequeños, pues es en la infancia donde se conforma gran parte de lo que será nuestra personalidad. Y porque todos queremos que nuestros hijos sean lo más feliz posible.

niño feliz - Getty Images/iStockphoto

La neurociencia deja, día a día, algunos consejos preciosos y muy fáciles de seguir para conseguir que los niños sean un poquito más felices cada vez que se levanten. Hay ciertas rutinas avaladas por la ciencia que contribuyen positivamente a su felicidad y nosotros os las vamos a definir a continuación.

Jugar con ellos un ratito cada día

De acuerdo a varios estudios científicos de los que ya te hablamos en este artículo, pasar tiempo de calidad con los niños es uno de los mayores secretos para criar niños felices. Por tiempo de calidad no entendemos mucho tiempo físico, si no aprovechar el tiempo que pasemos cada día con ellos (sea el que sea) para estar emocionalmente presentes: sin móvil, sin preocupaciones externas, sin ver la tele,… única y exclusivamente disponibles para su juego, para que nos cuenten cómo ha ido el día o qué es aquello que les preocupa o que querrían saber.

“Amar a nuestros hijos toma muchas formas, como atender sus necesidades o mostrar afecto”, dicen desde la Universidad de Harvard.

Jugar todos los días un rato

Para los niños, el juego es mucho más que tiempo de entretenimiento. El juego es el principal vehículo de aprendizaje infantil y tiene tanta importancia en su desarrollo que, incluso, está recogido como uno de los derechos fundamentales de la infancia en la Convención sobre los Derechos del Niño.

“Cuando un niño juega, es capaz de pensar y de actuar con mayor inteligencia y madurez que las propias de su edad, porque el juego expande su mente como ninguna otra actividad”, dice Álvaro Bilbao.

Pasar dos horas a la semana en la naturaleza

El neurocientífico Jonathan Benito, que ha publicado varias investigaciones en la revista Nature, explica en su libro, Redefine imposible (Ed. Planeta) que pasar dos horas a la semana en la naturaleza nos hace más felices (tanto a pequeños como a mayores).

En concreto, recomienda caminar al menos tres horas y media por semana e intentar que el máximo de tiempo sea en un medio natural, como un bosque, un parque o el mar. Esto hace, según él, que el cerebro mande estímulos eficaces para generar nuevas neuronas.

Dormir las horas necesarias para su edad

Una buena rutina de descanso es otro de los mayores secretos de la felicidad infantil. Y de los mayores, según explica el mismo neurocientífico antes referenciado. En su libro también explica que hay que conseguir respetar el ciclo del sueño para mantenernos sanos.

En el caso de los niños, respetar las horas de sueño habituales para su edad. De acuerdo a Álvaro Bilbao, estas varían desde las 12 o 13 entre el año y los tres años, hasta las diez horas diaria en caso de niños que tienen entre seis y nueve años. 

Adelantar la hora de la cena

A fin de que los niños coman mejor y duerman mejor, Álvaro Bilbao recomienda adelantar la hora de cenar. ¿Por qué? Porque si cenan a la hora habitual y a esa hora ya tienen un poco de sueño, muy posiblemente lo antepongan al hambre y, por ende, prefieran dormir y se irritarán. “Mi recomendación es que en lugar de esperar al último cartucho adelantéis media hora el momento de la cena”, afirmaba en su cuenta de Instagram. 

niño feliz - Yuri Arcurs peopleimages.com

Pasar tiempo con otros niños

El mayor estudio sobre la felicidad, en el que llevan participando más de 80 años diferentes científicos de la Universidad de Harvard afirma que lo que más felices nos hace en la vida es nuestra conexión con los demás. “El motor de una buena vida no es el yo, si no nuestra conexión con los demás”, decía en nota de prensa Robert Waldinger, profesor de dicha universidad y uno de los autores. “La ciencia ha demostrado que los amigos reducen nuestra percepción de las adversidades, hacen que las veamos menos estresantes y cuando experimentamos un estrés extremo pueden reducir su impacto o duración”, afirman.

Por ello, es importante cerciorarnos de que los niños pasan tiempo de juego en compañía de sus amigos.

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar