Cada vez son más los docentes que apuestan por aplicar en el aula metodologías centradas en el alumnado. Una de estas propuestas innovadoras es el Aprendizaje Basado en Retos, conocido como ABR.
Este proceso de aprendizaje se basa en el desarrollo de las habilidades de resolución de problemas a través de la resolución de retos o tareas. Una metodología con la que el alumno aprende a trabajar en grupo, a desarrollar su pensamiento crítico y con la que se convierte en protagonista de su propio aprendizaje.
El ABR parte de un problema real que hay que resolver de forma cooperativa. El estudiante, en lugar de recibir instrucciones sobre cómo realizar una actividad, parte de sus conocimientos previos y aprovecha sus capacidades y puntos fuertes, para explorar el problema desde diferentes perspectivas.
De esta forma, el ABR se adapta a la manera de aprender y comprender de cada alumno, así como a su contexto. Es una metodología de aprendizaje personalizada.
Así aprenden los maestros a poner en práctica el ABR
Algunos maestros de Primaria aprenden a poner en práctica esta propuesta innovadora a través de su propia experiencia. Es el caso de Inés. Cuando esta docente estudiaba en 2013 el grado en Educación Primaria en la Universidad Europea de Madrid realizaba sus prácticas en un pequeño colegio.
Este centro contaba con una biblioteca con muchos libros, pero muchos de ellos estaban en mal estado o desactualizados pues no había personal para hacerse cargo de ella. Inés tuvo una idea. Una de sus asignaturas era, precisamene, Biblioteca, y pensó que lo mejor para aprender la teoría de esta materia era ponerla en práctica. Así que propuso ir con sus compañeros al colegio para transformar y mejorar la biblioteca escolar basándose en los contenidos de la asignatura.

Este proyecto puesto en marcha con una docente de la Universidad y un grupo de diez estudiantes de la UE dio vida a la biblioteca escolar del centro e inspiró a la UNESCO y la IFLA (Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas) que en sus páginas escribieron directrices y sugerencias, tomando la idea de Inés como ejemplo.
Este tipo de colaboraciones entre la educación universitaria y la no universitaria son fundamentales a la hora de aprender y enseñar prácticas educativas como por ejemplo el ABR. Para potenciar este tipo de inter-relaciones que proporcionan a los futuros docentes una formación más práctica antes del aterrizaje en las aulas, las Universidades ponen en marcha proyectos como la Clínica Educativa de la Universidad Europea de Madrid.
El objetivo de la Clínica Educativa es acercar la universidad a los centros educativos a través de retos reales (como el proyecto de Inés) de manera que los estudiantes de la Universidad puedan poner en práctica sus conocimientos y competencias, guiados por docentes universitarios y por profesionales en activo para dar respuesta, ideas y soluciones a los retos que los centros tienen que afrontar cada día.
De esta forma, el futuro docente aprende ABR y después podrá utilizar esta metodología, cada vez más frecuente, en las aulas de Primaria.
Beneficios del ABR
Estos son los beneficios que los alumnos obtienen con el ABR según explica Ruth Martín, experta en educación y herramientas digitales que publica contenidos en el blog de Genially:
- Desarrolla habilidades como la resolución de problemas y el pensamiento crítico: Al basarse en la resolución de retos reales, los estudiantes aprenden a identificar y resolver problemas (una habilidad imprescindible para la vida y el futuro profesional de los alumnos.)
- Fomenta el trabajo en equipo. Cada alumno utiliza sus propios conocimientos y habilidades en aras del bien común.
- Se produce un aprendizaje enriquecedor y gratificante. Ayuda a cada estudiante a ser consciente de sus fortalezas y así reconocen su valor único dentro del grupo.
- Desarrolla la confianza y la autoestima: Cuando resuelven un reto real, sienten sensación de logro y confianza en sus propias capacidades, lo que les motiva a seguir trabajando y aprendiendo.
- El estudiante se compromete con su propio aprendizaje, su rol ya no es pasivo y tiene que contribuir dentro del equipo. De esta forma, al ser consciente de que su opinión y participación es importante, se esfuerza más para lograr el objetivo final.
- Además, aprender mediante la resolución de retos es muy divertido. Con el ABR los estudiantes aprenden a la vez que se divierten, ¿Hay mayor beneficio que ese?
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