Esto es lo que necesitan los niños de preescolar para desarrollarse, según la Universidad de Yale

Erika Christakis tiene muy claro por sus estudios y su experiencia que los niños de preescolar, en torno a los tres años de edad, necesitan más juego y menos lecciones escritas para desarrollarse adecuadamente.
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Como destacada educadora de primera infancia, maestra asociada del Silliman College, ex maestra de educación preescolar y directora que ha enseñado en el Centro de Estudios Infantiles de Yale (vinculado a la prestigiosa Universidad norteamericana), las apreciaciones de Erika Christakis sobre educación infantil despiertan un gran interés en toda la comunidad educativa.

Ella sostiene que la mayoría de los preescolares actualmente “pasan su crucial periodo de aprendizaje temprano” que puede ser de varios años, en “entornos que ignoran o malinterpretan sus necesidades.”

Está viendo como cada día “la escolarización y el aprendizaje son a menudo dos cosas diferentes”, según señala ella misma.

Más juego y menos rigidez

Para la profesora Christakis, los niños en edad preescolar, los que llenan las aulas de la educación infantil en su primera etapa, estarían mejor atendidos si sus educadores “se quitaran de su camino” y les permitieran desarrollar experiencias educativas más centradas en el juego, con guiones menos rígidos y formales que los actuales, creando entornos menos abarrotados y visualmente exigentes que los que existen ahora, donde los niños “naturalmente curiosos puedan explorar y pensar en voz alta”.

Peter Salovey, presidente de la Universidad de Yale, destacaba el profundo y duradero compromiso de la profesora Christakis con la educación de los niños, enfocada en que “los estudiantes de todas las edades no solo hablen entre sí sino también que escuchen”.

Sus propios ritmos

Erika Christakis defiende la necesidad de que sean los propios niños los que marquen sus ritmos de aprendizaje siempre con la ayuda de sus profesores. En este sentido, reconoce que los profesores de educación infantil “necesitan verdaderas habilidades, conocimientos y colegialidad profesional para crear ambientes en el aula donde los niños se vean a sí mismos como ingenieros, físicos, narradores, filósofos y este tipo de enseñanza no es fácil.”

Bajo su propia experiencia, considera que les pedimos demasiado desde el punto de vista más pragmático “pero demasiado poco desde el punto de vista cognitivo”.

Además, en la entrevista que concedió a la publicación de la propia Universidad de Yale, ponía el foco en la necesidad de cambiar las aulas de preescolar porque para ella “son entornos innecesariamente ruidosos, sobre estimulantes y estéticamente poco atractivos, con un ritmo rápido y unos horarios agotadores.”

A lo que la propia Erka Christakis añade que a su modo de ver “hay demasiadas charlas dirigidas por los profesores, sobre temas banales y periodos insuficientes de tiempo ininterrumpido para jugar”, algo que para ella debería ser justo al contrario.

Quizás sea, añade ella para terminar que “construimos los entornos de los niños en el hogar y la escuela con ojos y deseos de adultos. Esperamos que los niños en edad preescolar se ajusten a nuestros horarios, nuestros hábitos, nuestro horario de sueño, nuestro uso de la electrónica, nuestros caprichos.” Y quizás sea el momento de centrarnos un poco más en el niño en esta edad tan importante para su desarrollo.

Niños y niñas en clase con su profesora - Pexels

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar