La autoestima es un componente crucial en el desarrollo emocional y psicológico de los niños. La autoestima influye de manera significativa en su capacidad para enfrentarse a desafíos, para establecer relaciones sociales y para ir navegando con éxito por las distintas etapas a lo largo de su crecimiento. El reconocido psicólogo Rafa Guerrero ha destacado en uno de sus videos más recientes, la importancia que tiene cultivar una autoestima saludable en los niños como la base necesaria para una gestión emocional efectiva, tanto de las emociones agradables como de las menos agradables, las más desafiantes.
Según se explica Rafa Guerrero, existe una estrecha relación entre la autoestima y la capacidad de los niños para manejar sus propias emociones. Aquellos niños con una autoestima positiva tienden a mostrar una mayor confianza en sus habilidades y al mismo tiempo son menos propensos a reprimir sus sentimientos. Esta observación realizada por este conocido psicólogo, se alinea con investigaciones recientes que sugieren una correlación positiva entre la autoestima y la regulación emocional en niños en edad preescolar.
Un estudio realizado por Alba Fernández y colaboradores encontró que el aumento en el sentido de sí mismo entre los estudiantes de preescolar se asocia con un incremento en sus estados emocionales y conductuales, lo que viene a subrayar la importancia de fomentar una autoimagen positiva desde edades tempranas para promover un desarrollo emocional saludable en los niños y las niñas.
Rafa Guerrero enfatiza que los niños nacen sin la capacidad innata de gestionar sus emociones, lo que hace crucial el papel de madres, padres, cuidadores y maestros en la enseñanza de la inteligencia emocional, el proceso que implica guiar a los niños hacia la autonomía en el manejo de sus propias emociones y en la interacción con los demás.

Autoestima y regulación emocional
La inteligencia emocional, definida por Guerrero como la habilidad para reconocer y gestionar las emociones propias y ajenas, es fundamental para el bienestar y el éxito futuro de los niños. Desarrollar esta capacidad desde la infancia puede conducir a una mayor resiliencia y una autoestima más sólida.
Los padres, educadores y profesionales de la salud mental desempeñan un papel crucial en este proceso, ya que son ellos los que pueden proporcionar a los niños el apoyo, la orientación e incluso las herramientas necesarias para que desarrollen una autoimagen positiva y unas habilidades de regulación emocional sólidas. Reconocer y aceptar las emociones de los niños, realizar una validación emocional incluso cuando esas emociones son difíciles de gestionar, les ayuda a construir una base sólida de autoestima.
Los adultos además, son los modelos y el ejemplo vivo para los niños, los adultos pueden mostrar formas saludables en las que expresar y con las que manejar las emociones que sirvan de ejemplo a los menores.
Permitir que los niños, poco a poco y de forma progresiva y adecuada para su edad, vayan tomando sus propias decisiones y busquen la solución a sus propios problemas, hace que se fortalezca su sentido de competencia. Además, proporcionarles herramientas prácticas para manejar el estrés y las emociones intensas es una forma de enseñarles habilidades para gestionar sus emociones y al mismo tiempo, desarrollar una autoestima robusta sobre la que apoyarse emocionalmente.

Una carrera de fondo
Una autoestima saludable no se consigue de un día para otro, es más bien una carrera de fondo. Lo bueno es que una autoestima saludable no sólo beneficia de forma individual en el manejo emocional del niño o la niña sino que también ayuda a mejorar las habilidades sociales y por tanto, las relaciones interpersonales y no solo durante la infancia, sino en todas las etapas de la vida.
De hecho, según los expertos, la verdadera resiliencia, se basa precisamente en una autoestima saludable. Cuando los niños creen en su propio valor y sus propias capacidades, están mejor equipados para enfrentar desafíos y recuperarse de los contratiempos. Este concepto se alinea con la teoría del sociómetro, que sugiere que la autoestima actúa como un barómetro de nuestro valor social y capacidad de afrontamiento.
Por contra, muchos niños, especialmente aquellos con emociones intensas, luchan con problemas de baja autoestima. Rachel Bailey, psicóloga clínica, señala que los niños con emociones más grandes a menudo reciben mensajes negativos sobre sí mismos, lo que puede socavar su sentido de valía. Bailey propone una estrategia llamada "ver y enseñar" para ayudar a los padres a apoyar a sus hijos a través de sus emociones intensas. Este enfoque implica reconocer la razón detrás del comportamiento del niño sin juzgarlo, y luego enseñar estrategias positivas para manejar esas emociones.
También se pueden plantear actividades prácticas y sencillas como cocinar, porque pueden tener un impacto significativo en la autoestima de los niños. Incluir a tus hijos en la cocina, enseñar a los niños a cocinar no solo les muestra que son competentes para alimentarse a sí mismos y servir a otros, sino que también les permite aportar un valor práctico a la familia. Son experiencias de competencia y contribución que tienen un valor fundamental para construir una autoestima sólida.
Unas necesidades que crecen con el niño
Las necesidades de apoyo emocional y desarrollo de la autoestima cambian a medida que los niños crecen. Los expertos señalan que el enfoque para trabajar con preadolescentes y adolescentes debe adaptarse para reflejar su creciente necesidad de autonomía y autodescubrimiento.
Al adoptar un enfoque que valide las emociones de los niños, fomente su autonomía y les proporcione estrategias prácticas para manejar sus sentimientos, podemos ayudarles a construir una base emocional fuerte que les servirá a lo largo de sus vidas.
Si hablamos de trabajar la autoestima de cara a una mejor gestión emocional por parte de adolescentes o preadolescentes, hablamos de la necesidad de fomentar la toma de decisiones más o menos de manera independiente, de proporcionarles espacios para la expresión creativa, de validar sus experiencias emocionales sin minimizarlas y de ayudarles a desarrollar una identidad positiva que se base en sus valores y también en sus fortalezas.
Referencias
- Reuma Gadassi Polack, Jonas Everaert, Chelsea Uddenberg, Hedy Kober, Jutta Joormann. 2021. “Emotion Regulation and Self-Criticism in Children and Adolescence: Longitudinal networks of transdiagnostic risk factors.” DOI: 10.1037/emo0001041
- Nancy Eisenberg, Tracy L Spinrad, Natalie D Eggum. 2011. "Emotion-Related Self-Regulation and Its Relation to Children’s Maladjustment." DOI: 10.1146/annurev.clinpsy.121208.131208

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