Las intensas y frecuentes ganas de orinar aparecen en las primeras etapas del embarazo, en ocasiones incluso antes de saber que estás embarazada, y, al contrario de lo que ocurre con las nauseas y los vómitos (que en la mayoría de las mujeres van desapareciendo o como mínimo disminuyendo con el paso de las semanas), este deseo contante de ir al baño se va incrementando.

¿Por qué necesito orinar continuamente?
El volumen cardiaco durante el embarazo aumenta entre un 40% y un 50% entre el inicio y el final del embarazo, para poder atender las necesidades del útero en crecimiento y del bebé en formación. Al mismo tiempo aumenta el gasto cardiaco, que es el volumen de sangre que sale del corazón en cada contracción. Este aumento de la sangre que circula por nuestro cuerpo durante el embarazo, hace que los riñones también deban trabajar mas para eliminar los desechos de la sangre, por lo que aumenta el volumen de orina. Además, es muy frecuente que estas molestias se den incluso por la noche, alterando con frecuencia el sueño.
Con el crecimiento y el cambio en la forma del útero, se presiona la vejiga, la cual está delante del mismo, y al hacer presión sobre ella, nuestro cerebro recibe una señal de que está llena (aunque en realidad no lo esté), y esto hace que tengamos ganas de orinar. Y la gran mayoría de las ocasiones, vamos muchas veces al baño, pero orinamos poco. Lo cual es totalmente normal.
¿Cómo puedo mejorar estas molestias?
Ya que esta necesidad constante es debida a cambios fisiológicos que no podemos modificar, no hay ninguna manera de reducir esta sensación, pero algunos cambios pueden ayudarte a mejorar un poco esta molestia:
- Intenta eliminar o reducir todo lo posible las bebidas con cafeína y teína, pero no debes beber menos líquido, ya que es importante mantener una buena hidratación durante el embarazo.
- Si te despierta por la noche la necesidad de orinar, procura beber más líquido durante el día y menos al anochecer.
- Cuando estes orinando, inclínate hacia delante (todo lo que puedas sin suponer una molestia) hacia delante para permitirle a tu vejiga que se vacíe por completo.
No obstante, es muy importante no confundir el aumento de la necesidad de orinar con las molestias al orinar propias de una infección de orina o cistitis.
¿Como puedo diferenciarla de una infección de orina?
Las infecciones de orina son las infecciones más frecuentes del embarazo, causadas principalmente por los cambios que sufre nuestro cuerpo. Al crecer el útero, la presión sobre la vejiga hace que en ocasiones el vaciado de la misma sea incompleto. Esto puede provocar una infección de la orina retenida y ocasionar molestias.
Generalmente la orina no contiene bacterias, sin embargo hay diferentes situaciones que pueden facilitar la llegada de estas a la orina como las relaciones sexuales pueden facilitar el paso de las bacterias que se encuentra en la piel de la zona genital a la uretra o la realización de la higiene de la zona genital desde el ano a la vagina facilitando la contaminación por bacterias fecales.
Además, el crecimiento del útero puede comprimir estructuras vecinas, entre otras los uréteres que son los conductos de salida de la orina desde los riñones hasta la vejiga. Esto también dificultará la salida de la orina desde los riñones, lo que podría provocar molestias renales.
Los síntomas que deben orientarte a que las molestias ya no son propias del crecimiento del útero, sino que pueden indicar una infección son:
- Presencia de escozor o dolor al orinar
- Aumento de la frecuencia de micción
- Las molestias pélvicas o dolor en la zona baja del abdomen
- Presencia de orina turbia o con sangre
Ante cualquier síntoma sospecho, o tan solo ante la duda, siempre debes consultar para descartar infección de orina, ya que está relacionada con abortos, bajo peso al nacer, amenaza de parto prematuro o rotura prematura de membranas.