Tres madres primerizas comparten en un reportaje publicado originalmente en la edición en papel de la revista Ser Padres sus experiencias en primera persona durante sus respectivos partos, cada uno con un desarrollo y sensaciones distintas.
Esta es la historia personal del parto de Jessica, Silvia y Eva, tres madres primerizas lectoras de Ser Padres, que comparten sus respectivas experiencias en primera persona para que otras mujeres en su situación tengan distintas referencias de cara al parto de su primer hijo o hija.

“Mi niña fue prematura”. Jessica.
Así narra Jessica Gregori, lectora de Ser Padres de Pontevedra, su parto:
“Soy lectora de Ser Padres desde que me quedé embarazada y esta sección siempre me emocionó un montón, así que ahora me gustaría mucho contaros cómo fue mi parto.
Tenía poco líquido amniótico, así que me tuvieron que programar una cesárea en la semana 33ª. La verdad es que estaba muy nerviosa cuando entré en el quirófano y tenía mucho miedo de no poder ver a mi hija hasta un par de días después.
Por suerte, me tocó una matrona excepcional que me prometió que si la niña estaba bien (era prematura y pesó 1.500 g), me la traería para que la viera antes de que me sedaran. Y así fue, pude darle el primer beso y tenerla conmigo hasta que me durmieron para terminar la operación.
Cuando vi a mi marido, lo primero que le dije fue: '¡He podido besar a Mara!' mientras lloraba de la emoción”.

“Se quedó en un susto”. Silvia.
Silvia Martínez González, lectora de Ser Padres de Barcelona, vivió así su primer parto:
“Me hicieron una cesárea en la semana 38ª de embarazo. Todo fue genial y después de cuatro días en el hospital nos dieron el alta, tanto a mí como a mi hijo Héctor.
Lo peor vino a la mañana siguiente, ya que tuvieron que volver a ingresar a mi bebé: tenían que operarlo de urgencia porque tenía los intestinos girados.
Menos mal que después de tres largas horas nos dijeron que todo había salido perfecto y después de 20 días le dieron el alta definitiva. Ahora está completamente recuperado.
El pequeño ha sido un ejemplo de superación y todo quedó en un susto”.

“El parto me daba terror”. Eva.
Eva López Fernández, lectora de Ser Padres, cuenta cómo afrontó su parto:
“No quería tener hijos por no pasar por el momento del parto, al que tenía terror. Finalmente pudo más el deseo de convertirme en madre que la fobia a ese momento (fobia que luego se convirtió en el momento más maravilloso del mundo).
Tenía claro que quería un parto lo menos medicalizado posible, aguanté en casa todo lo que pude: paseando y yendo a la compra, acompañada por mi madre y mi marido.
Sentía a mi pequeño continuamente, cada vez más fuerte, no paraba de moverse en cada contracción. Cuando estas pasaron a ser cada 15 minutos me di un baño relajante, tanto, que salí de la bañera feliz y sin una contracción. Me senté en la cama y cuando comencé a notar cómo mi hijo empujaba, nos vestimos corriendo y fuimos al hospital.
Prácticamente entré gateando. Enseguida me subieron al paritorio y en 13 minutos, sin epidural y con un par de empujones, Gabriel llegó al mundo para hacernos sonreír cada día. Fue un día maravilloso, tal y como había soñado”.