La escoliosis consiste en un trastorno que ocasiona una curva anormal de la columna, la cual origina que se doble hacia un lado. Esta curvatura puede estar en cualquier parte de la columna, aunque existen dos regiones que suelen verse más afectadas: la columna superior y la espalda baja.
Se estima que entre un 70 a un 80 por ciento de los casos no tienen una causa que pueda ser identificada. Es común que sea diagnosticada durante los primeros siete años de vida, y las causas -identificables- más comunes suelen ser defectos de nacimiento, condiciones genéticas y anomalías neurológicas.
De hecho, se estima que alrededor de un 20 por ciento de los casos de escoliosis pueden ser congénitas, en el que las deformidades son evidentes al nacer, o neurológicas, que ocurre cuando las anomalías nerviosas afectan los músculos de la columna.
Los síntomas suelen variar dependiendo del grado de escoliosis. No siempre se nota, pero algunas personas sí pueden tener hombros o caderas desiguales como consecuencia de la curva de la columna, o bien inclinarse hacia un lado. De hecho, los síntomas más comunes incluyen un omóplato que sobresale más que el otro (o más alto), caderas desiguales, problemas para respirar debido a la reducción del área en el pecho para que los pulmones puedan expandirse con normalidad y dolor de espalda.
No obstante, si se tiene escoliosis y también una prueba de embarazo positiva (¡felicidades!), es normal que te preguntes cómo afectará al bebé, y si la escoliosis podría interferir o no con el embarazo o con el parto.
¿Cómo afecta la escoliosis al embarazo?
En la mayoría de las ocasiones, la escoliosis no tiende a afectar en absoluto al desarrollo normal del embarazo. Es decir, no tiene un impacto adverso en la gestación.
Sin embargo, cuando existe escoliosis grave sus síntomas sí pueden volverse más dolorosos durante el embarazo. Por ejemplo, el dolor podría aumentar a medida que el centro de gravedad se desplaza con el vientre en crecimiento, y la futura mamá se inclina hacia atrás naturalmente para poder soportar el aumento de peso.
El dolor de espalda puede aumentar ligeramente. Y también es posible sufrir dolor de espalda de intensidad moderada a severa.
Por otro lado, el útero en constante crecimiento ejerce cierta presión sobre el diafragma, lo que dificulta la respiración de la madre. También es posible que la dificultad para respirar se deba al aumento de la progesterona, una hormona que a su vez eleva la frecuencia respiratoria.
Cuando las piernas se encuentran disparejas a consecuencia de la escoliosis, caminar podría convertirse en un problema a medida que continúa tanto el aumento de peso como el crecimiento del bebé, y los cambios que ocurren en el centro de gravedad.
¿El embarazo podría empeorar la escoliosis?

Aunque se trata de una preocupación válida debido principalmente a todos los cambios que ocurren con la gestación, no existe evidencia de que la escoliosis pueda aumentar o verse afectada por uno o dos embarazos.
Es decir, afortunadamente, los estudios muestran que tener uno o más embarazos no parece empeorar la curvatura de la columna vertebral para la mayoría de las mujeres embarazadas con escoliosis.
¿Es posible poner la epidural cuando se tiene escoliosis?
La epidural consiste en uno de los anestésicos más comunes que se utilizan para aliviar el dolor durante el trabajo de parto, la cual es administrada por un médico anestesiólogo, quien inserta una aguja y un tubo diminuto (catéter) en la parte inferior de la espalda. Debido al lugar donde es administrada, es habitual que surjan dudas sobre si las embarazadas con escoliosis pueden ponérsela.
Lo cierto es que la mayoría de las mujeres con escoliosis pueden recibirla. Aunque es cierto que la afección sí puede dificultar la colocación de la aguja, especialmente si con anterioridad le colocaron una varilla correctiva en la columna, y si sobre todo esa varilla fue colocada en la parte baja de la columna.
¿Será necesario un parto por cesárea?
Tener escoliosis no significa necesariamente que el bebé deba nacer por cesárea. De hecho, la mayoría de las mujeres embarazadas con escoliosis tienen partos vaginales exitosos.
En algunos casos, debido al empuje requerido durante el parto vaginal, es posible que sí sea necesario un parto por cesárea, dado que puede acabar siendo demasiado doloroso o difícil.
No obstante, puedes estar tranquila. Aunque sí es posible que se sienta un poco más de incomodidad y dolor, en comparación con otras mamás que no tienen la afección, la escoliosis no molesta ni afecta al bebé en lo más mínimo.