¿Embarazada en la playa? Trucos para disfrutar al máximo

El verano en la playa embarazada no se olvida jamás, especialmente si es el primero, y mientras tires de sensatez y adaptes una serie de hábitos a las circunstancias de dicho momento, podrás disfrutar de ella con la misma tranquilidad y gusto con la que lo has hecho toda la vida.
¿Embarazada en verano? ¡Estos bañadores premamá son lo más!

Embarazo y playa no es lo mismo que playa a secas. En realidad, nada es lo mismo si va acompañado de embarazo, para qué engañarnos. Toca cuidarse un poquito más de la cuenta (o un muchito) y prestar especial atención a esas cosas que no se deben hacer, porque ahora está en juego la salud de forma doble, no solo la propia. Esto no quiere decir que las mujeres gestantes no puedan disfrutar de la playa como la ocasión lo merece; solamente es necesario tomar una serie de precauciones y adaptar los hábitos a las circunstancias de ese verano especial.

Con toda probabilidad no podrás pasarte horas tumbada en el suelo y lo de tomar el sol es mejor dejarlo para otro año -en realidad, para nunca, porque es una costumbre nada saludable-, pero, por otro lado, es el año en el que, sobre todo si eres primeriza, más se puede saborear la playa. Esa calma previa a la tormenta, la quietud de bucear en un buen libro mientras solo escuchas las olas durante el tiempo que quieras, o simplemente un paseo por la orilla aunque sea a dos por hora si ya estás en la fase final del embarazo, son privilegios que no dispondrás en próximos años -descubrirás otros nuevos que te dejarán momentos inolvidables-, así que intenta agarrarte fuerte a ellos y exprimirlos al máximo.

En cualquier caso, lo que no debes hacer es agobiarte más de la cuenta por tu estado, sino todo lo contrario. Al fin y al cabo, ir a la playa embarazada es un plan que debería fomentar la relajación mental y el descanso físico, que falta hace cuando se está esperando un pequeño. Además, ninguna de las precauciones que se deben tomar en este contexto son muy difíciles de asimilar, por lo que no vas a tener dificultad en hacerlo. Lo vas a ver en cuanto leas cuáles son los seis consejos más importantes, estos que compartimos contigo a continuación, nada que seguramente no hayas pensado por ti misma tirando de lógica y sentido común. Aplícalos en la medida de lo posible y ¡disfruta de la playa!

Ropa de baño

Según los expertos, la exposición solar intensa puede afectar al ritmo de sueño del feto, pero en realidad no hay grandes contraindicaciones que desaconsejen el uso del bikini estando embarazada. La más importante es que si se usa bañador, se protege la tripa de la exposición directa al sol de una piel que suele estar tirante y sensible, pero con las precauciones oportunas, estando la mayor parte del tiempo a la sombra, se puede optar por el dos piezas.

Crema solar

Esto es un hábito que deberías ya tener asimilado pero no siempre se es tan consciente cuando no hay embarazo de por medio, así que es el momento de asimilarlo y mantenerlo de por vida, si es posible. El factor de protección solar debe ser muy alto para proteger la piel y evitar problemas derivados de la exposición solar, ya que por breve que esta sea siempre existe cuando una va a la playa. Sé muy responsable con este punto, y recuerda que la crema solar se debe aplicar cada dos o tres horas.

La postura

Ya hemos hablado de la importancia de la sombrilla, pero no está de más tampoco hacerse con una silla plegable que te sea realmente cómoda porque si quieres disfrutar durante ratos largos de la playa estando embarazada, la postura lo es todo. Debes priorizar el confort, pero tener en cuenta también que la silla no pese demasiado y se transporte con cierta facilidad por si tienes pensado bajar sola en algún momento del verano. Desde luego, aquello de tumbarse vuelta y vuelta se acabó, al menos por este verano, y sin estar cómoda es imposible disfrutar en plenitud de la playa.

En el agua

Todo lo que sea hacer un poco de ejercicio sin impacto siempre es bienvenido, de modo que estar en el agua e incluso atreverse a nadar un poquito es positivo, siempre que no haya contraindicaciones médicas, por supuesto. Es recomendable hacerlo aprovechando los momentos de tregua que da el mar, evitando los tramos en los que haya más corriente y sobre todo más olas, que es el elemento del que más hay que proteger la zona de la tripa. Si te golpean, por precaución, que sea de espaldas. Por otro lado, no conviene arriesgar adentrándote mucho en el mar para evitar sustos como el cansancio repentino o que aparezca algún calambre en el peor momento.

Adaptar los horarios

No viene mal de cara al futuro readaptar la rutina diaria para bajar a la playa evitando las horas centrales del día en la medida de lo posible, pero es que también es necesario en el presente porque el sol se debe evitar lo máximo posible si estás embarazada. Bajar antes por la mañana para no estar a las tres de la tarde en ella, y hacer lo contrario por la tarde, apurar un poquito más la hora de bajada tras la siesta, son el horario más recomendable. Y si esto no puede ser, la sombrilla debe ser tu compañera de baile inseparable.

Hidratación

A lo mejor eres de las que prefería tomarse una cervecita y subía a casa con la botella de agua intacta, pero cuando hablamos de hidratación en la playa en mujeres embarazadas, el agua es la bebida apta para ello. Durante todo el embarazo, por diferentes motivos médicos, es fundamental mantenerse muy hidratada a lo largo del día, de modo que en la playa, donde el sol hace estragos, hay que prestarle un poco más de atención si cabe a este detalle. No se trata de beber solo cuando aparezca la sed, sino de hacerlo de forma frecuente, aunque sea en pequeñas dosis.

Recomendamos en