La semana 33 se puede considerar como la curva que da acceso a la recta final de ese embarazo que pronto se acabará y nacerá ese deseado bebé.
Precisamente, el bebé está ya completamente formado y a estas alturas de la gestación seguirán madurando sus órganos vitales, al mismo que tiempo que coge peso de forma rapidísima para acumular la grasa que necesitará cuando en un par de meses, aproximadamente, nazca.

En la semana 31 desde la concepción, que es lo mismo que 33 de embarazo (mucha gente se lía a la hora de echar estas cuentas durante el embarazo de esa mujer), el feto mide unos 45 centímetros hasta los talones, una medida que se aproxima muchísimo a la habitual del nacimiento, que suele rondar los 50 centímetros, sin llegar muchos bebés a esta cifra. Por lo tanto, de aquí en adelante no crecerá muchísimo a lo largo, aunque como luego veremos, sí que seguirá estirando un poquito más en las semanas inmediatamente posteriores a la 33.
Sí, crecerá mucho, en cambio, “a lo ancho”, como se dice vulgarmente en estas ocasiones. La prueba es que su peso aproximado en este momento del embarazo es de 2 kilos, eso sí, cada feto es diferente, pero esa es la media, sensiblemente inferior al valor que suelen marcar en la báscula al nacer pocas semanas después, que sobrepasa generalmente los tres kilos de peso con creces en los casos más comunes.
Todo lo que ocurre en esta etapa del embarazo
Los dos kilos, y sobre todo los 45 centímetros, son más que suficientes para que se haga notar en el interior del útero. Sus patadas y sus movimientos bruscos dibujarán todo tipo de figuras en la piel de la mamá, que ya estará plenamente conectada a su pequeño. Es tal este vínculo, aunque todavía no haya nacido, que es muy habitual ver a la mujer gestante acariciarse la tripa cuando no siente al feto, como si echara de menos que no se comunique con ella, lo cual suele pasar cuando este duerme, ya que en la semana 33 el feto ya tiene períodos de sueño y vigilia como cualquier recién nacido.
Además, es capaz de ver imágenes borrosas en el interior del útero y escucha los sonidos que se suceden a su alrededor, de ahí que si le hablas o pones música alta puede que se muestre más activo.
Futuros cambios
En apenas siete días habrá crecido otros 200 gramos aproximadamente y habrá estirado un centímetro más, ritmo que mantendrá en la semana 35 también, momento en el que su sistema nervioso estará maduro casi por completo, al igual que el riñón y el hígado; órganos si cabe importantes en el desarrollo de ese bebé que se está formando poco a poco.
En ese momento tendrá ya como objetivo primordial ganar más peso si cabe, cosa que hará de forma constante durante las siguientes cuatro o cinco semanas, hasta que esté listo para salir al exterior y poder descansar por fin en brazos de su mamá.