"Mi hijo me cae mal" Abordamos este tabú a través del libro de la psicóloga Sarra Tarrés

Son muchos los padres y madres que en alguna ocasión experimentan sentimientos de aversión hacia sus hijos. 
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¿Alguna vez has sentido que tu propio hijo te cae mal? Pues apaga el motor de la culpa, ni estás loca ni eres mala madre. Lo dice la escritora Sara Tarrés en su libro Mi hijo me cae mal (editorial Plataforma), donde empatiza con los padres y madres que alguna vez han tenido este sentimiento, desestigmatizándolo y ofreciéndoles herramientas para gestionarlo.

Sara Tarrés, que es divulgadora en www.mamapsicologainfantil.com, hace en su libro un exhaustivo análisis de las expectativas irreales en torno a la maternidad y de los distintos estados emocionales que atravesamos durante la crianza, descargándonos la conciencia al destapar un tabú que es más común de lo que creemos.

Es normal que haya veces que nuestros hijos nos generen malestar y la clave para gestionar este sentimiento es, indica Tarrés, darnos cuenta de que no viene provocado por ellos, sino por nuestras expectativas de cómo deberían ser y por un entorno aparentemente pluscuamperfecto con el que nos/les comparamos.

La crianza es esa etapa de tu vida que pasa entre que te culpas y te disculpas a ti mismo. Por eso, la psicóloga propone en el libro tratarnos con más autocompasión y “pararnos a escuchar qué hay detrás de cada una de nuestras emociones para poder satisfacer de algún modo esas necesidades no cubiertas

El hijo favorito

Otro tema complicado que trata la psicóloga en su libro es el del “hijo favorito”. Estudios que realizados apuntan a que entre un 65% de las madres y un 70% de los padres muestran preferencia por alguno de sus hijos. Tarrés indica “sentir mayor afinidad por una de nuestros hijos en un momento determinado no es en sí mismo nada negativo. Siempre que esa mayor afinidad no se traduzca en favoritismo, perjudicando a los otros hermanos.”

Ante ese sentimiento de aversión que en ocasiones los padres experimentamos hacia alguno de nuestros retoños y que, al parecer, es más habitual de lo que creemos, la autora propone como estrategia cambiar el foco de la negativo a lo positivo. Hacer un esfuerzo por focalizarnos más en todo aquello que hace correctamente y menos en eso que nos disgusta.

En definitiva, Tarrés nos invita en su libro a ser más empáticos, porque, según señala “sin empatía todo es más difícil, la convivencia se erosiona lentamente”.

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