La llegada de un hijo no siempre se planifica, a veces ocurre cuando menos se espera, ya sea porque no es el momento adecuado, las condiciones económicas no son las mejores o simplemente no estamos preparadas/os para afrontar esa enorme responsabilidad. De hecho, se estima que en España el 35% de las gestaciones no son planificadas, una cifra que asciende al 43% en toda Europa.
¿Cómo afecta a los padres tener un hijo no deseado?
Una investigación llevada a cabo en la Universidad de California desveló que llevar a término un embarazo no deseado podría tener repercusiones negativas para la salud física y emocional de la madre. Sin embargo, lo peor suelen ser las secuelas psicológicas, de las que muy pocas veces se habla. Y por eso es buena idea acudir al psicólogo durante el embarazo.
Muchas de las parejas que se enfrentan a una maternidad o paternidad no deseada son más vulnerables a padecer alteraciones emocionales, como depresión, ansiedad o estrés. En algunas ocasiones incluso pueden llegar a pensar en el suicidio, sobre todo cuando se trata de parejas jóvenes que tienen poca madurez psicológica o escasas herramientas emocionales para hacer frente a este tipo de conflictos.
Las madres que tienen hijos no deseados también son más propensas a desarrollar depresión postparto, como reveló un estudio realizado en la Universidad de Ciencias Médicas de Kermanshah. En muchos casos también presentan dificultades para adaptarse a su nuevo rol, lo que puede derivar en la separación de la pareja o el abandono de la responsabilidad paterna.

Las consecuencias de venir al mundo sin ser un niño deseado
Los padres no son los únicos que sufren las consecuencias de tener un hijo no deseado, los niños a menudo también se ven afectados. En algunos casos estos pequeños suelen crecer en un entorno de privaciones afectivas, lo que conlleva a que se sientan rechazados y desarrollen una baja autoestima y autovaloración. A la larga, muchos de ellos se convertirán en adultos inseguros y con dificultades para establecer relaciones emocionales con otras personas.
De hecho, algunos de estos niños crecen con miedo a no encajar en su entorno, por lo que pueden sufrir trastornos de adaptación o dificultad para desarrollar su sentido de pertenencia hacia un lugar o grupo. Por supuesto, todo esto se puede dar o no. Un embarazo no deseado puede ser difícil al principio, pero no quiere decir que desemboque en rechazo hacia el niño o hacia la pareja, puede ser un niño muy querido igual que un bebé buscado. Para esto, trabajar la resiliencia es muy importante.
En ocasiones pueden presentar problemas académicos debido fundamentalmente a que no se sienten lo suficientemente seguros de sí mismos y carecen del apoyo de sus padres, como reveló un estudio realizado en la Universidad Complutense.
Todo esto se puede prevenir. Se puede pedir ayuda tanto a los profesionales del centro de salud (médico de cabecera, matrona, psicólogo...), en los servicios de las Comunidades Autónomas o a la familia o amigos de confianza que sabes que no te van a juzgar, porque muchas veces hablar de ello ayuda. Hay muchas situaciones inesperadas en la vida y hay que plantear todas las opciones para afrontarlas.