El psicólogo Alberto Soler es una de las voces autorizadas en el ámbito de la crianza y de la educación infantil que más a menudo y con mayor claridad se moja sobre el uso de pantallas en la infancia y adolescencia. En una intervención reciente, el experto ha ido un paso más allá siendo tajante al respecto de si se debe regular el acceso a las pantallas en los menores de edad: para Alberto Soler, la autorregulación tecnológica no existe en la infancia. Ni los niños pueden controlarse solos frente a las pantallas, ni todas las familias tienen los recursos o conocimientos para establecer límites adecuados. En un contexto donde la industria juega con nuestra atención, su mensaje apela a la responsabilidad colectiva y a la necesidad de políticas públicas que protejan el desarrollo infantil.
La falsa idea de la autorregulación en el uso de pantallas
“A veces le echamos la pelota a las familias”, explica Alberto Soler, psicólogo y divulgador especializado en crianza, sobre la gestión y la relación de los menores de edad con las pantallas, ya sean smartphones, consolas, televisiones o tablets.
Alberto Soler critica que "damos por sentado que todas (las familias) son responsables, están informadas y tienen capacidad para establecer unas reglas de uso adecuadas. Pero eso no es así”. Y recuerda que la diversidad familiar es enorme y que, aunque muchos hogares intenten hacer un uso responsable de la tecnología, la falta de información y de acompañamiento hace imposible un control real.
Según el experto, delegar en las familias toda la gestión del uso de pantallas es un error estructural, comparable al de dejar a su criterio cuestiones de salud pública. “Igual que no dejamos al criterio de cada familia si sus hijos beben alcohol o no, tenemos evidencia suficiente para no dejar en sus manos el uso que hacen sus hijas o sus hijos hacen de la tecnología”, afirma con rotundidad.
En este sentido, Alberto Soler deja muy claro que es la ciencia, la evidencia científica disponible, la que avala el peligro que supone el mal uso de pantallas en la infancia y en la adolescencia: “Está sobradamente demostrado el impacto que tiene en su neurodesarrollo”.

Por qué los niños no pueden autorregularse con las pantallas
Uno de los puntos más contundentes del mensaje deAlberto Soler sobre la necesidad de regular el acceso y relación de los menores de edad con la tecnología es la imposibilidad biológica de la autorregulación.
“Es mentira que un niño o una niña pueda autorregularse en el uso de las pantallas”, dice el psicólogo. “Las regiones cerebrales encargadas del autocontrol todavía no están desarrolladas”, añade. De nuevo, la evidencia científica es concluyente: en la infancia y la adolescencia, el cerebro aún está madurando, especialmente las áreas del lóbulo prefrontal que permiten planificar, inhibir impulsos y sostener la atención.
Por eso, reflexiona Alberto Soler, esperar que un niño sepa parar a tiempo frente al móvil, la consola o YouTube es tan irreal como pedirle que se autorregule en otras situaciones que no puede controlar. Por ejemplo, comiendo chucherías.

Cuando el “uso responsable” favorece a la industria
En paralelo en su defensa a la regulación legal del uso de pantallas en la infancia en base a la evidencia científica disponible, Alberto Soler también cuestiona el mensaje del “uso responsable” o la “autorregulación digital” como un mantra educativo vacío. “Ese mensaje interesa mucho a la industria que comercia con nuestra atención”, advierte.
Las plataformas digitales, advierte el psicólogo infantil, están diseñadas para maximizar el tiempo de conexión: notifican, recomiendan y recompensan con estímulos inmediatos, lo que hace muy difícil —incluso para los adultos— dejar el móvil a un lado. “Si nosotros, como personas adultas, no somos capaces de regular el uso que hacemos del teléfono móvil, ¿cómo podemos esperar que lo haga un niño?”, se pregunta el psicólogo. El resultado es una infancia expuesta a estímulos para los que su cerebro no está preparado, en un entorno que fomenta la dependencia tecnológica.
Por todo lo expuesto, el psicólogo cree que el control debe venir “desde fuera” y debe ser estandarizado: no puede depende de que el cerebro infantil esté o no preparado para hacerlo “desde dentro” o de que una familia sea más o menos responsable con la educación digital. En su opinión, debe venir acompañada de normas, educación digital y límites institucionales.
En esto último, en el ámbito escolar, ya trabajan comunidades autónomas como la Región de Murcia, Galicia o la Comunidad de Madrid, donde ha entrado en vigor la una de las primeras normas que limitan su uso en colegios e institutos españoles.
cabe destacar que, a pesar de su diagnóstico crítico, Alberto Soler no culpa a los padres y madres. Al contrario: les libera de una responsabilidad imposible de sostener sin apoyo.
Su propuesta pasa por acompañar activamente, ofrecer tiempos sin pantallas, modelar el ejemplo adulto y reclamar entornos que protejan el bienestar infantil, del mismo modo que se protege frente al alcohol o el tabaco. "Ellos necesitan que le regulemos desde fuera hasta que no sean capaces de regularse desde dentro y para eso faltan muchísimos años desde que son pequeños", concluye.