El hábito que el psicólogo infantil Javier de Haro recomienda enseñar a los niños: cómo diferenciar entre chivarse y ayudar

¿Realmente todo lo que se cuenta es chivarse? El psicólogo Javier de Haro profundiza en este hábito y nos enseña a explicar a nuestros hijos e hijas la diferencia entre chivarse y ayudar.
Un niño habla con su profesora
El psicólogo Javier de Haro explica cómo enseñar a los niños que el hábito de ayudar y de chivarse es distinto (Midjourney RG e Instagram @psicologo_teayudoaeducar) - Un niño habla con su profesora

Seguramente recuerdes, de cuando éramos pequeños, una regla no escrita en el colegio: no te chives. Eran tiempos donde se llevaba hacerse el duro, no llorar en público si eras chico, y donde cuestiones de actualidad como la importancia de la educación emocional sonaba a chino. Y ahí encajaba esa idea de que contar algo a un adulto, especialmente si tenía que ver con un compañero, estaba mal visto y podía llevar a que otros niños nos etiquetaran como "chivatos". Pero, ¿realmente todo lo que se cuenta es chivarse? ¿O hay situaciones en las que hablar es necesario y correcto? El psicólogo Javier de Haro profundiza en este hábito y nos enseña a explicar a nuestros hijos e hijas la diferencia entre chivarse y ayudar.

“Cuando éramos pequeños entendíamos que que decirle algo al profe, por ejemplo, era chivarse, y no estaba bien, pero no todo es chivarse", asegura Javier de Haro, psicólogo infantil y divulgador en redes sociales que nos ha enseña cuestiones tan útiles en crianza como su decálogo para crear complicidad con tus hijos. Esta confusión entre lo que es chivarse y lo que no lo es sigue presente en muchos niños y niñas en la actualidad, y los padres a veces no sabemos cómo ayudarles a entender la diferencia.

Saber distinguir entre chivarse y ayudar es un aprendizaje clave para el desarrollo social y emocional de los niños. No solo evita problemas dentro del entorno escolar, sino que también les ayuda a reaccionar de manera adecuada ante situaciones de injusticia, peligro o abuso. Y, algo en lo que no siempre caemos, que aprender a diferenciar los matices de este hábito es también una forma de ayudarse a sí mismos en muchas ocasiones porque en lugar de callar contarán aquello que sea importante compartir.

Y de esto sabes mucho si tienes uno de esos adolescentes en casa que no te habla ni por el móvil, ¿verdad?

Un niño habla con sus padres
Como padres, no siempre resulta sencillo encontrar la manera de enseñar a los hijos que no todo es chivarse (Midjourney - RG)

La clave: enseñar cuándo es necesario comunicar algo

Muchos niños evitan contar situaciones que les preocupan porque temen la reacción de sus compañeros y compañeras, incluso la de sus adultos de referencia. No son pocos los menores, también adolescentes, que creen que cualquier tipo de aviso o advertencia cae dentro del saco "chivarse", lo que puede llevarles a callar cosas y sucesos importantes, tanto que hayan visto en su entorno como testigos como experiencias sufridas en primera persona. “¿Sabéis cuántos niños se callan cosas importantes por no ser etiquetados como chivatos?”, se pregunta el psicólogo Javier de Haro. No responde, pero su gesto lo dice claramente: muchos.

Por ello, el divulgador hace hincapié en que la educación en casa y en el colegio debe enfocarse en normalizar la idea de que hablar sobre situaciones injustas no es una traición, sino un acto de responsabilidad y empatía. “No todo es chivarse y eso es algo importantísimo que nuestros hijos deben entender”, recalca Javier De Haro, que también nos enseñó a educar hijos menos influenciables.

La clave, según el psicólogo, para enseñar esta diferencia está en explicarles cuándo es necesario hablar y por qué. Los niños deben comprender que avisar a un adulto de referencia cuando alguien está en peligro, está siendo maltratado o sufriendo una injusticia no es chivarse, sino ayudar. “Que entiendan que ir a fastidiar a alguien acusándole o ir a ayudar a alguien advirtiendo de algo son dos cosas muy diferentes”, dice de Haro.

A menudo, los niños, niñas y adolescentes necesitan ejemplos concretos para interiorizar este concepto. Podemos preguntarles: “Si ves a un niño empujando a otro en el recreo y le cuentas a la profesora, ¿es chivarse o ayudar? O si tu amigo no quiere hacer los deberes y se lo dices al maestro, ¿es necesario o solo estás acusándole?”.

Este tipo de preguntas, de exponerles a situaciones que pueden vivir en su día a día, les puede ayudar a tomar la decisión correcta cuando se enfrenten a ellas. Es por ello que los expertos en crianza y docentes insisten en los beneficios de los roles

niños en clase
Es importante enseñar a los niños la diferencia entre chivarse y ayudar para que sepan aplicar el hábito en su entorno (Midjourney - RG)

Un hábito que les ayudará toda la vida

El miedo a ser etiquetado como "chivato" puede hacer que los niños, niñas y adolescentes callen tras experimentar situaciones importantes o en el momento de vivirlas. Por eso, es fundamental que entiendan que no todas las situaciones son iguales.

De Haro lo resume con claridad: “Cuando hay alguna injusticia. Cuando alguien les hace algo mal a ellos o a otras personas, o cuando hay algún peligro, no es chivarse”. “Eso es ayudar, denunciar, avisar, eso es hacerlo bien”, agrega el experto. En cambio, continúa explicando Javier de Haro, “chivarse no es ayudar, es querer acusar a alguien para fastidiarle sobre cosas que no tienen importancia y que no hacen daño a nadie”.

Enseñar a los niños y niñas cuándo y cómo deben hablar porque no es chivarse es un hábito clave para su futuro. Tanto en la adolescencia como en la vida adulta: aprender a comunicar situaciones de injusticia o peligro con responsabilidad es una habilidad esencial. Y si tu hijo o hija entiende esto, “le estarás ayudando a que pueda ayudar a otras personas, y a que pueda ayudarse incluso a sí mismo”, asegura Javier de Haro.

El psicólogo, a modo de conclusión, te invita a que reflexiones sobre este hábito y sobre la diferencia entre chivarse y ayudar: “parece un poco de lío pero tiene sentido; piénsalo”.

Recomendamos en