Los pequeños detalles y variaciones en el número y consistencia de las deposiciones del bebé tienen escasa importancia, y su continua contemplación nos dice más bien poco acerca de la salud de nuestros hijos. Únicamente en caso de observar heces líquidas persistentes, heces de color negro o de color blanco como la tiza o heces muy malolientes y pastosas acompañadas de dolor de barriga deberemos consultar con nuestro pediatra.
Estas son algunas de las dudas más frecuentes de los padres sobre las deposiciones de sus bebés:

¿Qué es el meconio?
El meconio es la primera caca que hace el niño al poco de nacer. Es negra, pastosa y adherente, se parece al alquitrán y es resultado de la digestión del líquido amniótico y productos de deshecho del feto.
¿Cómo son las cacas del recién nacido?
Después del meconio (lo expulsa una o dos veces), el bebé hace durante cuatro o cinco días deposiciones de transición, poco abundantes, muy líquidas y grisáceo-verdosas.
¿La alimentación de la madre influye?
Normalmente, no influye en las heces del niño, salvo en casos de alergia. Si es alérgico a algo que ha comido la madre, puede tener diarrea, a veces con sangre, o de forma menos habitual, estreñimiento. Generalmente, la alergia es a las proteínas de leche de vaca que ingiere la madre.
¿Por qué está varios días sin hacer caca?
Hacia los dos o cuatro meses (a veces un poco antes), los niños que solo toman pecho suelen dejar de hacer caca cada día. Casi todos están dos o tres días sin hacer, muchos están cuatro o cinco, no es raro encontrar a alguno que haya estado siete o diez días sin defecar. Eso sí, cuando al final hacen caca, sigue siendo blanda, como un puré, y muy, muy abundante. Esto es totalmente normal, no es estreñimiento, y no hay que preocuparse. Lo que mejor nos indica que todo va bien es que el bebé sigue comiendo con normalidad y no muestra signos de dolor o malestar.
¿Qué es el estreñimiento?
Consiste en hacer bolas grandes, duras y secas generalmente. También lo podemos definir como la escasez de cacas asociando molestias de barriga frecuentes y rechazo de alimentación. Es una enfermedad, porque duele y puede causar fisuras anales (heridas sangrantes en el culito) y hemorroides, motivo por el cual los padres suelen acudir a la consulta del pediatra donde se les diagnostica.
¿Son más estreñidos los niños que no maman?
Sin duda. El verdadero estreñimiento, con bolas secas y duras, es muy raro, casi imposible, en niños con lactancia materna exclusiva. En la lactancia mixta a veces basta un poco de biberón para que aparezcan cacas más duras. En casos muy raros, el estreñimiento puede ser síntoma de alergia a la leche de vaca, aunque es mucho más frecuente que dicha alergia produzca diarrea con sangre.
¿Estriñen más unas marcas de leche que otras?
Sí, algunas marcas, según su composición, producen unas deposiciones más duras que otras. Si el niño toma el biberón y va estreñido consultar con tu pediatra es la mejor opción antes de cambiar por tu cuenta de leche de fórmula. Existen fórmulas “digest” que ayudan a mejorar el estreñimiento, aunque en ocasiones pueden empeorar el reflujo o hacer algo más pesadas las digestiones.
¿Es bueno estimularle con un termómetro?
La estimulación rectal no es aconsejable que se haga con frecuencia y mucho menos con termómetros de uso doméstico. Aún es frecuente encontrar abuelas que utilizan el termómetro de mercurio para la estimulación, algo muy peligroso y con el riesgo de romperse y producir no sólo una lesión sino intoxicación.
¿Puede tomar laxantes?
No. Algunos laxantes son peligrosos para el bebé; no deben administrarse, salvo que lo indique el pediatra. En casos contados serán necesarios, pero deben ser los adecuados para la edad del menor y para su situación concreta.
¿Las vitaminas estriñen?
No, pero el hierro sí. Y esto es un problema, porque en general los niños sanos no necesitan vitaminas, pero a algunos sí les conviene el hierro. En caso de estar en tratamiento con hierro y presentar un marcado estreñimiento será posible ajustar la dosis tras hablar con tu pediatra.

- Getty Images/iStockphoto
¿Sirve de algo darle zumo de naranja?
El zumo de frutas en grandes cantidades puede causar diarrea. Es uno de los motivos por los que se recomienda no dar nunca zumo antes de los seis meses. A partir de esa edad, no es muy recomendable, pero se puede tolerar (no más de medio vaso al día). Lo ideal es consumir las frutas enteras de forma que contengan la pulpa, el elemento donde se encuentra la mayor fuente de fibra. La fibra ayudará a mejorar el tránsito intestinal y además ayudará a que los azúcares propios de la fruta se absorban de forma más lenta, facilitando una mejor digestión y reduciendo los picos de azúcar en sangre.
¿Por qué aparecen alimentos enteros en el pañal?
Es totalmente normal y no tiene ninguna importancia; solo prueba que el pequeño no ha digerido en lo más mínimo ese guisante o ese grano de maíz que nos hemos encontrado. Los digerirá mejor si los aplastamos antes de dárselos para romper la piel.
¿Cómo deben ser sus heces?
Las típicas heces del niño de pecho son amarillo-doradas (existen variedades amarronadas y verdosas), blandas como un puré, grumosas como una sopa de arroz, con hebras de mucosidad y ruidosas. Serán frecuentes, casi siempre más de cuatro o cinco al día; normalmente una después de cada toma y a veces otras de regalo entre toma y toma. Esto es normal, no es diarrea y no precisa tratamiento.
¿Son distintas las heces si toma biberón?
Probablemente serán más oscuras y compactas, variando entre la papilla espesa y la bola más bien seca que no mancha el pañal.
¿Hay algún método natural para prevenir el estreñimiento?
Para los bebés, el único remedio natural es la lactancia materna. Para los niños mayores, es importante comer sobre todo alimentos ricos en fibra como las legumbres, así como cereales integrales, frutas y verduras. Aún así habrá niños que sean estreñidos y que tengan que controlar al 100% su alimentación de adultos ya que la predisposición al estreñimiento existe.
¿La erupción de los dientes les provoca cacas más blandas o líquidas?
No hay ningún tipo de relación directa. Se ha comprobado científicamente que, en los días anteriores y posteriores a la salida de un diente, las deposiciones no son ni más blandas ni más frecuentes de lo que son habitualmente, así que acabamos de romper un mito de las abuelas.