Los papás de un recién nacido hacen frente de un día para otro a un mundo tan maravilloso como desconocido. Un mundo en el que tendrán que aprender a limpiar el cordón umbilical, a dar de comer al bebé –ya sea con lactancia materna o con biberón-, a entender e interpretar sus diferentes llantos, a acostumbrarse a sus ritmos diurnos y nocturnos, y también a diferenciar sus cacas y sus diferentes texturas y colores.
Las cacás de los bebés varían mucho en función de la edad y del tipo de alimentación. Nada más nacer, por ejemplo, y debido a la inmadurez de su sistema digestivo, las cacas de todos los bebés serán negras y pegajosas, se extenderán por todo el pañal y nos recordarán al alquitrán. Éstas reciben el nombre de meconio y no son otra cosa que la consecuencia de la digestión del bebé mientras estaba dentro del útero materno (por tanto contienen líquido amniótico y productos de deshecho). Esas cacas que suelen durar entre 24 y 48 horas son la clave para comprobar que su aparato digestivo, pese a su inmadurez, funciona.
Tras esas primeras deposiciones habrá un cambio hace unas deposiciones más color mostaza si el bebé está siendo alimentado con leche materna, o más parduzcas en el caso de que su alimentación se base en biberones y leche de fórmula.
El verdadero máster de los padres respecto a las cacas de sus bebés llegará un poquito más tarde, cuando los pequeños comiencen a comer purés y en su dieta empiecen a introducir alimentos sólidos, aunque estén pasados por la batidora. El color de cada verdura que les vayan introduciendo en la dieta modificará el color de sus cacas que podrán tener tonalidades de lo más variopintas.
Únicamente deberemos preocuparnos y acudir a nuestro pediatra si las cacas de los bebés son de color blanco como la tiza (indicativo de problemas biliares) o negras como el alquitrán (indicativo de sangrado). El resto de tonalidades no supondrá ningún problemas y vendrá condicionado por la alimentación que sigan los bebés. Si vemos cacas moradas y el bebé a comido remolacha es de lo más normal y no hay que asustarse.
Resumen de las cacas más habituales y sus características
La primera caca del recién nacido
Como ya hemos dicho es el meconio y tiene consistencia de alquitrán (además de un color negro característico). El meconio se elimina en las primeras veinticuatro horas de vida, en una o dos cacas. Es señal de que su sistema digestivo funciona bien. Si hay un retraso en la evacuación del meconio se deberá estudiar posibles enfermedades del aparato digestivo.
Caca del bebé que toma leche materna
La caca del niño que toma pecho suele ser amarilla mostaza, con grumitos y un olor suave (aunque un poquito ácido). Puede ser algo acuosa.
Caca del bebé que toma leche de fórmula
La caca del bebé que toma leche de fórmula suele ser de un color más pardo, aunque en realidad puede ser de cualquier color, incluso verde. Ya que las tomas artificiales están enriquecidas con hierro, éste puede darle ese color verdoso a la caca. Es más olorosa y suele ser más densa, como puré.
Caca del bebé que ha iniciado alimentación complementaria
La caca está compuesta por el alimento descompuesto, bacterias y células del intestino y bilis. Incluso una manzanilla puede cambiar la caca del bebé. Una vez se introducen nuevos alimentos lo más probable es que empecemos a asistir a una variada gama de deposiciones, con nuevos matices.
Además, la consistencia de las cacas también será muy variada pero sólo deberemos preocuparnos cuando sean completamente líquidas o acuosas y cuando sean muy duras ya que pueden ser indicativos de problemas de absorción o estreñimiento respectivamente.
