Todas las etapas de la vida son importantes pero hay algunas en concreto que lo son especialmente. Durante estos tramos, los cambios cerebrales se producen de forma mucho más rápida y por esta razón, los expertos los llaman “periodos críticos de desarrollo”.
Dentro de estas etapas destaca el primer trimestre tras el parto, tal y como señalaron varias especialistas en el tema que han participado, recientemente, en un evento organizado por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao y el Colegio de Psicología de Bizkaia.

En este sentido, la psiquiatra Maite Ramirez explicó en su conferencia inaugural que los tres primeros meses después de dar a luz “constituyen uno de esos periodos críticos y, por tanto, la calidad de los cuidados que recibe el bebé, tanto de sus necesidades físicas como emocionales, va a ser un condicionante de su futura salud mental”.
En la charla titulada “El apego en la infancia y su relación con la futura salud mental”, esta experta señaló que si el padre, la madre y los cuidadores establecen un vínculo sano con el bebé durante sus primeros meses de vida esto le ayudará en el futuro “a regular sus emociones y a relacionarse mejor y será un factor protector que reducirá la posibilidad de que sufra trastornos mentales”. Por este motivo, Ramírez que ejerce como psiquiatra infantil en el Hospital de día de adolescentes de la Organización Sanitaria Integrada (OSI) del Servicio Vasco de Salud, considera que “tanto los servicios públicos como la sociedad en general deberían concienciarse de la necesidad de la importancia de apoyar a las familias en la crianza”.
De la misma opinión es Consuelo Panera, psicóloga clínica de la Red de Salud Mental de Bizkaia. La intervención de esta experta versó en torno a la salud mental en la primera infancia y destacó la necesidad de una mirada preventiva desde la asistencia sanitaria pública.
Según esta psicoterapeuta la prevención relacionada con la salud mental de los menores debe centrarse en el periodo que abarca desde el embarazo hasta los tres años: “Cuidar las condiciones del desarrollo temprano previene reduce la evolución hacia patologías de salud mental de niños y adolescentes”, señala la psiquiatra.
Por tanto, recalcó que es fundamental que en las consultas de los profesionales que atienden estas etapas se preste atención al cuidado del vínculo que se desarrolla entre el bebé y sus padres, así como a la detección de posibles situaciones de riesgo. “Los profesionales de salud mental infanto-juvenil y los pediatras y enfermeras deben colaborar estrechamente para atender al menor en los momentos clave del desarrollo temprano. Además de acompañar especialmente a familias con factores socioeconómicos y culturales de vulnerabilidad como la inmigración, evitando actitudes punitivas”, indica la misma experta..

Por otra parte, la psiquiatra Leire Erkoreka, señaló que no s encontramos un contexto de creciente preocupación social por el empeoramiento de la salud mental de los más jóvenes. De hecho, según un estudio, cada vez hay menos adolescentes con huesos rotos pero con más problemas de salud mental.
En este sentido, Erkoreka destacó que, además de incidir en la importancia de la prevención primaria de la salud mental infantil desde el nacimiento, no deberíamos olvidar que dicha prevención debería comenzar en la gestación.
Según afirma esta misma experta, “existe una evidencia creciente sobre el impacto que tiene la patología ansioso-depresiva materna, durante el embarazo, en la futura salud física y mental del bebé que se está gestando, por lo que, siguiendo el camino de otros países, se debería reflexionar sobre la importancia de desarrollar programas de salud mental perinatal que, además de mejorar la salud de las madres, puede servir de herramienta de prevención primaria de la salud de sus hijos”.
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