Mi hijo muerde: ¿por qué lo hace y cómo debo actuar?

¿A tu hijo le encanta morder? ¿Es su forma de “solucionar las cosas”? Mira aquí las posibles razones por las que lo hace y cómo puedes ayudarlo.
Mi hijo muerde qué puedo hacer

Es muy habitual que los bebés se dediquen a morder y mordisquear todo lo que hay a su alrededor… ¡están explorando su entorno! Sin embargo, cuando empiezan a hacerse mayores y continúan mordiendo, lo hacen ya de otra manera. Si tu hijo tiene tres años o más y peca de este hábito, te interesará conocer las posibles causas por las que lo hace y cómo puedes actuar cuando lo haga.

Reírse, dar abrazos o buscar acurrucarse entre sus padres. Son cosas que a los niños pequeños les encanta hacer. No obstante, también hay algunos a los que les gustan otras cosas no tan adorables, como gritar o morder.

Las mordidas son habituales durante la primera infancia, pero no quiere decir que sean parte de una fase del desarrollo y, por tanto, que todos lo hagan. Por esta razón, lo importante es saber identificar cuáles son los motivos que llevan a los niños a morder para así evitar que recurran a esta práctica.

Mi hijo muerde, ¿qué puedo hacer? - Keren Woodgyer/iStock

¿Por qué los niños muerden?

Cada niño muerde por una razón distinta y los motivos son muy variados:

  • Por el deseo de llevarse algo a la boca y morderlo.
  • Por la dentición, es decir, la salida de los dientes que les provoca algo de dolor.
  • Porque buscan obtener una reacción.
  • Porque quieren experimentar con el cuerpo.
  • Porque quieren llamar la atención de padres, cuidadores o los adultos que estén con ellos.
  • Porque buscan proteger algo que consideran de su propiedad.
  • Porque no saben expresar sus sentimientos, emociones y deseos.
  • Porque no tienen el lenguaje suficiente que les permite expresar sus emociones y pensamientos. Por eso, según va mejorando su capacidad para comunicarse también van desapareciendo las mordidas.

Cómo actuar para que deje de morder

Un niño que muerde lo hace por algún motivo - Fuente: iStock

Un niño cuando muerde a otro puede obtener atención de los adultos al decirle que eso no lo debe hacer. Cuando un niño muerde a otro es importante verlo como una forma de comunicación, es decir, el niño quiere expresar algo que no sabe decir en palabras. Por eso, no se debe pensar que es un mal comportamiento. Una vez que se entienda esto se podrá entender que hay más formas de responder ante esta actitud.

Así, los padres podrán fijarse por qué los niños muerden y en qué situaciones lo hacen exactamente. Pero es necesario recordar que cada niño es un mundo y que las soluciones que sirven para uno, no tienen que servir para otros.

Lo primero es tener en cuenta que lo más útil es actuar justo cuando un niño acabar de tener esta conducta. Para ello, toma nota de estas recomendaciones:

  • Mantén la calma, pero de forma firme y de manera inmediata, dile al peque que no debe morder y que no es un juego. Explícale que morder hace daño, pero de una forma sencilla (no utilices explicaciones largas).
  • Por otra parte, céntrate en la víctima y comprueba cómo está. Si tiene alguna herida conviene limpiarla adecuadamente.
  • Si el niño que ha mordido sigue alterado, debes intentar que se tranquilice. Para ello, puedes ir con él a solas a otro lugar y sujetarlo tranquilamente para que no vuelva a morder. Cuando se calme, explícale lo sucedido. Si no ha entendido lo que ha provocado puedes consolarle, pero no refuerces en exceso lo que ha hecho para que no busque repetirlo.
  • Si el niño ya sabe hablar, puedes explicarle que, en vez de morder, si tiene algún problema, lo que puede hacer es decirlo para comunicarse con otros hablando. Es una buena oportunidad para explicar a los peques que los conflictos no se solucionan con violencia.
  • De hecho, si tanto la víctima como el niño que ha mordido pueden comunicarse, puedes tratar de que hablen entre ellos, para que también aprendan a dialogar y a pedir disculpas.
  • Trata de no etiquetar a los niños. No digas que el niño es un violento o que le encanta morder, aunque busquemos conseguir el efecto contrario, al final esto es un problema porque se sentirá animado a reforzar esa forma de ser.

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