Cómo prepararse las jornadas de puertas abiertas de los colegios: en qué fijarte y qué preguntar

Comparto de padre a padre, de padre a madre, qué cosas son útiles saber o priorizar de cara a escoger colegio para los hijos e hijas.
Una jornada de puertas abiertas
Una jornada de puertas abiertas (RG)

Madrid, Galicia y otras comunidades autónomas ya han compartido sus fechas clave del proceso de escolarización para el curso 2025-2026, que está a la vuelta de la esquina. Es el momento, por lo tanto, de que los padres y madres que deseen escolarizar a sus hijos e hijas el próximo mes de septiembre elijan colegio. Y eso pasa por valorar muchísimos detalles, pero todo empieza por las jornadas de puertas abiertas de los colegios en los que tenemos interés. Comparto de padre a padre, de padre a madre, qué cosas son útiles saber o priorizar de cara a escoger colegio para los hijos e hijas y preparar estas visitas a las jornadas de puertas abiertas.

Las jornadas de puertas abiertas de los colegios son una gran oportunidad para acercarse a los centros educativos que nos interesan. Visto con la perspectiva que da el paso del tiempo —lo justo para tener todos los recuerdos intactos y recientes, pero reposados—, es una ocasión que recomiendo aprovechar. Sin duda. Tanto o más que cualquiera de estos otros consejos para elegir colegio de una especialista Montessori.

Es verdad que los centros suelen prepararlas a conciencia y, como es lógico, enseñan lo mejor que tienen, pero hay factores que uno puede medir y ponderar mejor si visita al menos una vez cada colegio que entra en el debate de la elección. Por ejemplo, cómo son las instalaciones o cuál es la forma de trabajar de dichos centros.

Por lo tanto, el primer consejo válido sería conocer cuándo son las jornadas abiertas de los colegios que tengamos en la quiniela, seleccionados porque a priori nos encajan para que estudien nuestros hijos e hijas. Ya sea por proximidad al hogar, proyecto educativo, valores, instalaciones o cualquier otro motivo.

Pasillos de un colegio con alumnado
Pasillos de un colegio con alumnado (RG)

En qué fijarse al visitar un colegio por primera vez

El segundo consejo que comparto es descargarse o leer de la página web de cada centro su proyecto educativo. Ya sé que leerlos de pe a pa es complicado, pero es un ejercicio muy necesario, al menos, hojearlos. Y lo es, como comprobarás en el futuro, para evitar sorpresas inesperadas a medida que tus hijos e hijas avancen cursos. En el programa están las líneas maestras de cada colegio: cómo trabajan, en base a qué valores, qué metodologías, qué objetivos, etcétera.

Seguramente, el programa escolar no sea el factor definitivo para elegir colegio para tus hijos e hijas, pero sí puede ser un elemento decisivo para filtrar. Y lo mismo ocurre con la sensación que os llevéis de la jornada de puertas abiertas. Por eso, tener al menos una noción del programa del centro me parece esencial a la hora de elegir colegio y también, por qué no, de elegir instituto adecuado para un hijo o hija.

Ese día, doy por descontado que os fijaréis en las instalaciones del colegio, en cómo son las aulas y los espacios compartidos. En cómo es el comedor, si hay cocina propia o no y cómo es el menú. También preguntaréis por el horario escolar para saber si os encaja con el vuestro porque por mucho que no os guste un colegio no entra en la ecuación si no permite conciliar con el trabajo, y por los valores del centro para saber si encajan con aquellos que priorizar en casa. Pero hay algo importante que no puede pasar desapercibido y, lo más complicado, que no es tangible: cómo es la primera impresión.

En mi opinión, para estar a gusto a largo plazo como familia en un colegio serán esenciales las relaciones humanas que se tejan en él, y pensad que es ahí, en ese gran espacio, donde vuestros hijos e hijas pasarán buena parte de su infancia aprendiendo a desarrollarse. Si compartís opinión conmigo, prestad atención no solo a lo académico, sino también a cómo trabajan la parte social y emocional, a cuánta atención y dedicación ponen a todos esos detalles que construyen un espacio seguro para su alumnado. Para todo el alumnado. Ahí están los datos: el 41% adolescentes de 13 a 18 años cree haber tenido un problema de salud mental en el último año.

Un niño en la puerta del colegio
Un niño en la puerta del colegio (RG)

A partir de ahí, no me olvidaría del tema económico si el colegio en cuestión que os interesa es concertado. Si es privado, de nuevo, sé que lo tendréis en cuenta directamente, pero no siempre es así cuando los colegios son concertados. Tened en cuenta que no en todos se aporta lo mismo económicamente, ni en la famosa cuota voluntaria, que no es tal en el 72% de los colegios concertados según un informe —pueden repartir beneficios o ser un centro sin ánimo de lucro, donde todo lo ingresado revierte en el colegio, por ejemplo—, y tampoco en todos hay los mismos gastos a lo largo del curso: actividades extraescolares, excursiones, material de papelería, precio del comedor, uniforme…

No es lo mismo, además, y esto es un último consejo que comparto con papás y mamás novatos, que un colegio tenga libros que estudie a lo largo de educación infantil y los primeros cursos de primaria con fichas de elaboración propia. Y tampoco lo es si un centro está acogido a algún programa público de préstamos de libros como el programa Accede en el caso de la Comunidad de Madrid.

Todos estos detalles repercuten mucho en el gasto en educación al final de un año. Y no os olvidéis: el desafío económico de tener un hijo en España es real, ya que cuesta 758 euros al mes. Cada euro cuenta.

Una niña con uniforme y sus compañeros de colegio
Una niña con uniforme y sus compañeros de colegio (RG)

Factores complementarios: la cercanía al hogar familiar

Partiendo de esta visión en profundidad sobre cada colegio, os tocará añadir otros factores en función de lo que pesen en vuestra decisión. Uno muy importante, en mi experiencia —no pensé que lo sería tanto antes de comprobarlo en persona con mis hijas porque yo estudié lejos de mi casa— es la distancia del colegio hasta la casa familiar.

Son muchos días y muchos años los que pasaréis yendo y viviendo del colegio a casa y viceversa, y saldrán del colegio las principales relaciones de amistad de vuestros hijos e hijas. Que estén cerca y que el trayecto sea corto, evitando el coche, no está pagado.

Dicho esto, si habéis llegado hasta aquí para leer una opinión subjetiva como esta, estoy seguro de que os preocupa lo suficiente la elección del colegio para vuestros hijos e hijas como para tomar, sea la que sea, la mejor decisión para ellos y ellas. Aunque el tiempo os demuestre que no lo fue —siempre se puede rectificar—, la tomaréis pensando que era la mejor. Que no se os olvide.

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