¿Cuál es tu hijo preferido? Si tienes más de un hijo, es probable que en algún momento te hayan hecho esa pregunta. Y también es probable que hayas respondido que, para ti, todos son iguales y que les quieres de idéntica manera. Sin embargo, la ciencia afirma que aunque los padres pueden amar incondicionalmente a todos sus hijos, sí tienen un hijo al que consienten más y con el que establecen una mayor conexión emocional, de manera que, de cierta forma, sería su favorito.
El hijo mayor es el favorito
Investigadores de la Universidad de California analizaron la dinámica de 384 familias y descubrieron que el 70% de las madres y el 74% de los padres admitieron que preferían a uno de sus hijos.
En la mayoría de las familias analizadas, el primer hijo percibía que sus padres valoraban más sus logros que los de sus hermanos menores. Los investigadores creen que se debe a que como los progenitores viven la experiencia de maternidad y paternidad por primera vez, todos los hitos son más memorables y tienen un mayor impacto emocional.
En práctica, el primer paso, la primera palabra, el primer sobresaliente en el colegio o el primer trofeo deportivo son experiencias que marcan a los padres. Cuando las vuelven a vivir con los otros hijos, son importantes, pero su impacto emocional es menor.
Como era de esperar, los hermanos menores reportaron que su autoestima se veía afectada debido a las comparaciones con el hermano mayor, el cual era percibido como un tratamiento preferencial. El favoritismo por uno de los hijos puede impactar en la autoestima del resto.
Niñas o niños: ¿a quién prefieren las madres?
La respuesta llega de la mano de otro estudio, esta vez realizado en la Universidad Purdue con madres cuyos hijos ya eran mayores de edad. Los investigadores les hicieron una serie de preguntas, por ejemplo: ¿Con cuál de tus hijos es más probable que hables sobre un problema personal? ¿Qué hijo prefieres que te cuide cuando enfermas? ¿Con qué hijo te sientes más cercana emocionalmente? ¿De qué hijo te sientes más orgullosa?
Así descubrieron que las madres solían preferir a las hijas, sobre todo a las primogénitas.
Los investigadores también entrevistaron a los hijos, pero descubrieron que no siempre acertaban al valorar las preferencias de su madre. La mitad de los hijos no sabía cuál era el hermano con el que su madre se sentía emocionalmente más cercana o en el que más confiaba. Y solo el 39% de los hijos lograron identificar al hermano favorito.

La carga que implica ser el hijo favorito
Aunque a primera vista puede parecer genial ser el hijo favorito, lo cierto es que esa preferencia viene con una carga.
Sobre los hijos preferidos suelen pesar más las expectativas de los padres, de manera que estos niños son sometidos a una tensión mayor desde pequeños para que sobresalgan. La decepción de los padres también pesa más sobre ellos, por lo que es probable que desarrollen un mayor temor al fracaso.