Si tienes un hijo "intenso" o "altamente sensible", sabrás rápidamente que lo tienes. Cuando un niño es intenso es más de muchas cosas, como por ejemplo: más enérgico, emocional, sensible, empático, centrado, distraído, inquieto…
Hay algunas características comunes que tienen los niños y niñas intensos, y si encajan con tu hijo, quizá necesites un enfoque de crianza diferente.
Características de los niños intensos
Partimos de la base de que todos, cuando nacemos, vivimos con más intensidad, sin medida en nuestras emociones, con reacciones desmesuradas. Es normal que los niños sean intensos en mayor o menor medida. ¡Son niños y están aprendiendo a vivir en sociedad!

Pero s cierto que hay niños más intensos, y estas serían las características de los "niños intensos":
- Sensible. Los niños intensos tienen alta sensibilidad. Son conscientes de los estados de ánimo de otras personas, de los ruidos, luces, olores… Las palabras de otros las pueden malinterpretar. Las texturas de los alimentos pueden ser todo un problema, todo les molesta.
- Emocional. Los niños son muy emocionales, hay días que estarán mejor y otros peor, sin término medio. Sus emociones son poderosas.
- Perseverante. Es persistente, con una mente hacia una sola dirección cuando quiere o se propone algo. Que cambien de opinión es complicado. Pueden volverse demasiado exigentes.
- Perceptivo. Se centran en todo lo que ven, sienten y escuchan. Parecen distraídos, pero la realidad es que están muy enfocados en su alrededor.
- Problemas con los cambios. Los cambios le pueden generar angustia.
- Impredecible. Los niños intensos suelen ser niños que las rutinas parece que no les sirven para nada. Es difícil conocer sus necesidades y esto les hace impredecibles.
- Tienen mucha energía. Un niño intenso necesita correr, saltar… Necesita moverse de cualquier forma que pueda hacerlo. Desde bebé ha sido muy movido.
- Le cuesta adaptarse a nuevas situaciones. Las situaciones desconocidas le desconciertan. Incluso puede tener reacciones físicas si siente estrés.
- Propenso a la ansiedad. Los niños intentos pueden ser propensos a tener ansiedad y malhumor. Pueden ser perfeccionistas y que se malhumoren sin parece que no tienen la razón, se piensan que los demás les atacan y se ponen a la defensiva. Puede tener dificultades para disfrutar de la vida diaria.
Cómo tratar a un niño intenso
Para tratar a un niño intenso y que podáis vivir en armonía, será necesario que identifiques siempre los desencadenantes de su malestar o de sus reacciones negativas. Si tienes un hijo irritable y malhumorado cuando empiezas a tararear, escribe en un papel el motivo de su enfado y haz esto durante un par de semanas. Del mismo modo, si notas que tu hijo se pone muy enérgico en otras situaciones, apúntalo también.
Escribe todo lo que consideres oportuno para después poder saber cómo actuar en el futuro porque aprenderás cuáles son los desencadenantes de su malestar o su energía excesiva en la mayoría de ocasiones.
Cuando te asegures todas las características, comportamientos y desencadenantes de tu hijo y lo tengas apuntado, podrás asegurarte cómo actuar y que toda la familia lo tenga en cuenta también para que todos vayáis por el mismo camino. Algunas de las cosas que tendrás que hacer son:
- Reconoce que tu hijo también tiene muchas cosas buenas y resalta éstas por encima de lo que consideras negativo.
- Habla con tu pareja para centraros en la situación y que ambos vayáis por el mismo camino.
- Aceptad a vuestro hijo como es, es su temperamento y no va a cambiar, solo tendréis que aprender a tratarle.
- Enseña empatía y habilidades sociales a tu hijo, las necesita para comunicarse mejor con otros.
- Ten rutinas y el día estructurado.
- Mantén unas normas y unos límites claros y sé consistente con ello.