La siesta es un momento importante del día para todos los niños menores de 4 ó 5 años. Es un factor básico para su buen desarrollo, tanto físico como psíquico. Cuando falta, aparece la intranquilidad, el nerviosismo y la irritabilidad.
La siesta reduce el nivel sanguíneo de colesterol y adrenalina en el niño, lo cual contribuye a que esté más tranquilo.
Deberíamos pensar en la siesta como el momento que aprovecha el organismo del pequeño para eliminar toda la tensión y el cansancio que ha acumulado durante la mañana.
Así estará preparado para las actividades de la tarde de una manera más armónica y tranquila.
¡No hay que quitar la siesta en el colegio!
Por eso, es un verdadero desatino la costumbre de algunas guarderías y, por ello, con más problemas para dormir.
Otra cosa es la pérdida esporádica de la siesta, eso no debe preocuparnos.
Como padres, debemos exigir que hasta los 5 años se les deje dormir la siesta en el colegio, y que los centros tengan las infraestructuras necesarias para ello al menos en los dos primeros cursos del segundo ciclo de Educación Infantil.
Asesor: Gonzalo Pin, experto en sueño infantil.
Siesta y colegio, ¿algo incompatible?
Los niños de 3 a 5 años deberían dormir la siesta en horario escolar para mejorar su rendimiento escolar. Con ese periodo de descanso y de ruptura en su proceso de aprendizaje, refuerzan su capacidad de aprendizaje y de memoria, lo que les permite aprovechar mejor las horas de clase que les restan, asegura una investigación que se publica en la prestigiosa revista The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Se sabe que en los adultos, tener un sueño reparador mejora el aprendizaje al consolidar la información y su almacenamiento. Sin embargo, hasta ahora había pocas evidencias científicas que demostraran que dormir la siesta pudiera tiene un importante efecto en la capacidad de aprendizaje de los niños. Los datos de este trabajo podrían tener importantes implicaciones en los programas de educación de muchos países, entre ellos España, donde se han ido eliminando progresivamente las siestas escolares para los cursos de 3 a 5 años.
Precisamente debido a que algunos programas de educación infantil de EE.UU. están eliminando las siestas escolares para aumentar el tiempo de enseñanza, el equipo de Rebecca Spencer, del Instituto Salk de la Jolla (EE.UU.), trató de determinar si la siesta tenía o no algún beneficio sobre los niños. Así, examinaron en 40 niños, de 3 a 5 años, y valoraron los cambios de su rendimiento gracias a una prueba visual-espacial, muy similar a los juegos de memoria, en los que los niños ven una serie de imágenes y tienen que recordar dónde se ubicaban. El estudio confirmó que los niños recuerdan mejor si duermen la siesta, ya que ayudan a consolidar la memoria y el aprendizaje, y se ha convertido en el primer estudio de este tipo en niños de preescolar.